Está limpiando las escaleras como siempre. No se puede dormir en los laureles, porque antes del medio día deberá haber acabado la limpieza del bloque de enfrente y el de la calle Blás Infante, nº7.
Se escucha a toda pastilla en el 1º principal, como siempre desde que salió al mercado, la canción de Juan Manuel Serrat, "Princesa". Ni a cosa hecha, vamos, igual que si hubiera estado en su pellejo, como si hubiera conocido su vida el cantante. Su hija tampoco se incó de rodillas, ni fregó un solo suelo. Gracías a Dios, estudió y no le faltó de nada. Bueno, si le faltó el calor de un padre, unas Navidades en familia, el regalo de Reyes de los abuelos y ella..., ella no la pudo cuidar en sus resfriados ni cuando pasó la varicela. Tan solo lo hizo, cuando las monjas la llamaron al pasar el sarampión, ¡estuvo tan malita, cómo la reclamaba en su delirio febril!
Se escucha a toda pastilla en el 1º principal, como siempre desde que salió al mercado, la canción de Juan Manuel Serrat, "Princesa". Ni a cosa hecha, vamos, igual que si hubiera estado en su pellejo, como si hubiera conocido su vida el cantante. Su hija tampoco se incó de rodillas, ni fregó un solo suelo. Gracías a Dios, estudió y no le faltó de nada. Bueno, si le faltó el calor de un padre, unas Navidades en familia, el regalo de Reyes de los abuelos y ella..., ella no la pudo cuidar en sus resfriados ni cuando pasó la varicela. Tan solo lo hizo, cuando las monjas la llamaron al pasar el sarampión, ¡estuvo tan malita, cómo la reclamaba en su delirio febril!
En las pequeñas vacaciones que conseguian disfrutar, sí que gozaron, pero que esfuerzo costaba. Tenía que pagarle a una compañera para que le hiciera el trabajo y cuando se hizo mayor..., le avergonzaba ir de vacaciones con una madre, que tan solo sabía fregar, limpiar. Limpiar, fregar. Fregar y vuelta a empezar.
Ahora vive en el estranjero. Su marido es ingeniero y ella traductora de inglés, alemán, sueco y se defiende bastante bien con el francés e italiano. ¡Qué orgullosa está de ella! pero..., ¿y su hija, estaba orgullosa de su madre?. Unas lágrimas se mezclan con el agua de fregar el suelo. Mientras tanto, se sigue escuchando los versos de Juan Manuel Serrat: "No princesa, tú no, tú eres distinta, no eres como las demás chicas del barrio, así los hombres te miran..."
Se sentía cansada y tenía ganas de que llegara la jubilación, para poder tener tiempo y hacer vestiditos y rebequitas para su nieta, pero..., ¿adonde los enviaría?, la última vez que habló con ella, le dijo que se mudaban y el paquete de Navidad se lo devolvieron. Seguía con su tarea y pensó que la próxima vez, le pediría a los señores del 1º principal, que no pusieran más esa canción. No les importaría, la apreciaban. Esa canción le recordaba demasiadas cosas y la ponía tan triste, que casi no lo soportaba.
Ese día llegó a su casa más cansada aún. Abrió el buzón por inercia, siempre lo hacía..
Ahora vive en el estranjero. Su marido es ingeniero y ella traductora de inglés, alemán, sueco y se defiende bastante bien con el francés e italiano. ¡Qué orgullosa está de ella! pero..., ¿y su hija, estaba orgullosa de su madre?. Unas lágrimas se mezclan con el agua de fregar el suelo. Mientras tanto, se sigue escuchando los versos de Juan Manuel Serrat: "No princesa, tú no, tú eres distinta, no eres como las demás chicas del barrio, así los hombres te miran..."
Se sentía cansada y tenía ganas de que llegara la jubilación, para poder tener tiempo y hacer vestiditos y rebequitas para su nieta, pero..., ¿adonde los enviaría?, la última vez que habló con ella, le dijo que se mudaban y el paquete de Navidad se lo devolvieron. Seguía con su tarea y pensó que la próxima vez, le pediría a los señores del 1º principal, que no pusieran más esa canción. No les importaría, la apreciaban. Esa canción le recordaba demasiadas cosas y la ponía tan triste, que casi no lo soportaba.
Ese día llegó a su casa más cansada aún. Abrió el buzón por inercia, siempre lo hacía..
¡Hay carta, el matasellos el de Montevideo. Tiene que ser de ella!
Las sienes le van a estallar y le cuesta abrir el sobre. Dentro hay un pasaje de avión, con una nota escrita a toda prisa que dice: "Mamá, recoge tan solo lo más preciso. Te necesito, por favor perdóname. Tenemos que recuperar el tiempo perdido. Te esperamos. La niña llama a su abuela desde que vió tu foto. Te quiero, te quiero. He sido la persona más idiota del mundo. Te queremos con nosotros, por favor, por favor. Perdona a esta imbecil que un día diste a luz, y que hoy se da cuenta, que el la hija más afortunada del mundo".
nani. noviembre 2007