-"Victor es un borracho un drogata, dice la voz popular. Es alguien de quién no te puedes fiar".
-"Es verdad. Últimamente, sólo se le ve con una litrona o un cartón de vino, sentado en uno de los escalones de la iglesia".
-"A veces, también se le ve sentado al borde de la fuente donde cualquier día, le da un vahído y amanece flotando sobre el agua".
-"Es verdad, la mayoría de la veces, está ciego, y ¿de qué?".
-"Pues seguramente, de alcohol, de alguna raya o de algo parecido".
-"Pero a mí me duele, que digamos que es un borracho o un drogata. Más bién creo y repito -CREO-, que es un pobre desgraciado o un pobre indigente, que no le hace mal a nadie. Bueno, a veces nos molesta verle con ese aspecto cuando entramos a las ceremonias religiosas".
-"Anda bonica, dame un eurillo, que tengo hambre".
-"Si hombre, pa droga o vino",- contestamos.
-"Seguro que si, que es para droga, para vino o litrona, pero... ¿acaso no es también hambre?. Hambre que provoca la miseria, la sociedad, el consumismo, la poca solidaridad, nosotros mismos".
-"¡Cómo nos molestan, Victor, Paco o Juan!"
-"Sus ojos están como traspuestos y muy rojos".
-"A mi me dan miedo y, ¿si sacan un arma?
-"Pero por Dios, ¿no te das cuenta que ya no le quedan fuerzas?, ¿pero no te das cuenta de la tiritona, que lleva acuestas?, ¿pero no te das cuenta, que cualquier mañana amanece en un portal, con su vida apagada sin apenas molestar? .
-"Yo diría más bien, que es otro Jesús crucificado que procesiona por nuestras calles un día cualquiera, lo mismo da que sea jueves, viernes o sábado, sean santo o no. Después nos lamentamos, incluso lloramos cuando los medios de comunicación nos muestran estas miserias o como mueren de hambre las personas de otros países. De pobreza, de todo lo más básico y que al fin y al cabo es horrible. Luego decimos que el almuerzo o la cena no la pasamos, que no nos llega".
-"Pero seguimos sentados en el brasero, en un buen sillón, en nuestra buena mesa y no puedo por menos que preguntarme: ¿Habría que salir a la calle?. ¿Habría que gritar? ¿Habría que conformarse? ¿Qué hay que hacer?"
-"Luchar, luchar, dice una voz en mi interior. Pero es que la desidia y conformidad están de moda y luchar contra las modas, ¡ya se sabe!"
-"Hay demasiadas modas, diría yo. Unas nos enaltecen, otras nos enorgullecen y para que todo esto sea más aparatoso y se note más aún, tiene que haber modas miserables, gentes que mueran de hambre, indigentes que acaben en las cunetas o en un portal y como nos molestan en el ánimo y a la vista, nos quejamos pero, ¿qué hacemos para solucionar el mal?".
-"Seguramente aquellos inconformistas de los sesenta, u otras generaciones, hubieran dicho: Gritad, gritad. Pero en el siglo XXI esto no está de moda, y a veces nos preguntamos, ¿hay en algún lugar del mundo solidaridad? Un buen amigo me contestó un día. ¡Sal a la calle, alguien te responderá!".
Nani, Febrero 2008.