viernes, 8 de octubre de 2010

LLEVABA



Llevaba el pelo teñido de azul y muy corto. Llevaba una camiseta muy ancha y asimétrica de color pardo poco definido. Llevaba tejanos gris azulado, descoloridos y agujereados. Llevaba un piercing en la nariz, otro en el labio inferior, cinco en la oreja derecha y tres todos juntos, en el lóbulo de la oreja izquierda. Llevaba el tatuaje de un águila en el hombro derecho que asomaba por el escote posterior de la deslucida camiseta de tirantes y otro muy pequeño en la parte derecha del cuello muy cerca del pelo y que parecía una mariposa de color verde llamativo. Llevaba colgado en bandolera un pequeño bolso de crochet tejido en diversos colores aunque descolorido por el uso. Llevaba un dibujo de gena que ocupaba la parte superior de la mano derecha y continuaba en la palma. El otro dibujo de gena, lo llevaba en el pie izquierdo donde las sandalias de tiras de material marrón, le hacían juego. Llevaba los hombros algo encorvados dando la impresión de llevar un peso enorme sobre la espalda. Llevaba tal tristeza en los ojos, que al mirarla dolía el peso que acongojaba su alma. Llevaba tanto dolor en la cara que hoy he sentido su peso, su tristeza y hasta me ha dolido el alma. Llevaba tanto callado, tanto vivido y tanto visto, que sin decir nada, se sabía todo.

Nani. Octubre 2010.

martes, 28 de septiembre de 2010

ESE DÍA



Llevaba mucho tiempo haciéndole favores. A cambio, ese señorito le prometió sacar al hombre de su vida de la cárcel.

A él lo encerraron porque no soportaba que los señores les dejaran sin sopa. No admitió que los niños del pueblo se fueran a la cama sin haberse llevado en todo el día, un cachico pan. Se enfrentaba a ellos si apaleaban a los viejos del pueblo, cuando intentaban llevar lo que fuese a sus nietos. Los pobres ancianos sabían que ya tenían poco que perder y si podían agenciar unas uvas, manzanas o ciruelas, ¡buenas eran!

Se enfrentó a los que se decían caballeros y su hombría consistía en llevar a la cama a las mocitas. Para ellos era un triunfo estrenarlas y se jactaran de ello. No soportó nunca, que su madre volviera a casa derrotada y harta de limpiarles sus miserias, a cambio de un chusco y una manzana y por eso y otras cosas, le metieron en la cárcel, donde picaba piedras y lo encerraban en la celda de castigo si se revelaba contra el chulo de turno que jodía a todos.

Desde enero de 1935 estaba en el penal y ya contaban que la guerra había terminado. Su mujer le quería con todas sus fuerzas. La puta guerra no les había dado oportunidad de que se quedara preñada y ahora el asqueroso del general, le pedía sus favores prometiendo que haría lo posible por sacar a su marido de aquel antro asqueroso, húmedo y pestoso que era la cárcel de la ciudad. Ella que le dijo siempre que sería la madre de sus hijos, su esposa, su amante y su todo.

Había pasado ya demasiado tiempo y todo quedaba en promesas, falsas sonrisas y alguna vez, una botella de vino que se bebía mientras le metía mano y a la par, se emborrachaba y se volvía más miserable aún. A ella le dio siempre asco aquel baboso frustrado que en un principio, por miedo y falta de experiencia hizo que accediera a sus peticiones, pero ya no soportaba más la situación. Ahora, después de tanto tiempo de espera y de falta de esperanza, tanto le daba ir también a la cárcel, para el caso, su vida ya era una cárcel donde todo se volvía cada vez, más negro y triste. Ese hombre se estaba lucrando de su juventud y del amor que le tenía a su marido. Las esperanzas estaban perdidas. Los periódicos decían que las tropas estaban retiradas y el truhán que le había hipotecado la vida, se disculpaba diciendo que no podría conseguir nada, que las cosas habían cambiado y ya no tenía tanto poder.

Ese día, ella llevaba en el bolsillo del vestido las tijeras de cocina. Ese día, sabía que el asqueroso frustrado, no haría sufrir a ninguna otra mujer y mucho menos, presumir de virilidad. De un tijeretazo le quitó todos los humos.



Relato basado en un hecho real en época de guerra en mi ciudad.

Nani. Septiembre 2010.

jueves, 23 de septiembre de 2010

PENSAMIENTOS OTOÑALES


Así caminaba esta tarde. ©

Sigo caminando. Los pies cansados y un poco doloridos (o un mucho), pero siempre haciendo camino como dijo Machado.

Sigo caminando porque no concibo un mundo sin caminos y sin guijarros bajo mis plantas.

Sigo caminando con el peso a mis espaldas de lo perdido y con la sonrisa leve y serena de lo conseguido.

Sigo caminado porque necesito seguir buscando la luz y el destello de la verdad (mi verdad) y la sinceridad.

Sigo caminando para ver como nace el sol cada mañana, como se restriega los ojos y se despereza y como se acurruca entre sábanas de algodón otoñales al anochecer.

Sigo caminando para que el día comience con un proyecto nuevo, una meta medio realizada.

Sigo caminando para respirar el aire que me acaricia la cara.

Sigo caminando para encontrarme en el camino,

Sigo caminando para saber quién se esconde dentro de mí.

Sigo caminando para mirar mis pisadas y ver que me llevan a la persona.

Sigo caminado para que la luna me hable de cuentos de hadas.

Sigo caminando para encontrar almas gemelas.

Sigo caminando para seguir buscando.

Sigo caminando y buscando la vereda de la serenidad.

Sigo caminando, porque sin caminar me pierdo.

Nani. Septiembre 2010.




Esta tarde, así se ocultaba el sol. ©

jueves, 9 de septiembre de 2010

LA MORA CAVA

(Vista de la Fortaleza de la Mota, tomada a la entrada de Alcalá la Real) ©

Susana, espero que después de leer este relato imaginarás de donde viene "La Mora Cava" (leyendas de mi ciudad). Este relato lo puse en los comienzos de este blob, por eso a alguno de vosotros os puede resultar familiar.

Dejó la cocina patas arriba. No podía continuar en aquel ambiente. Todos comían, reían, hablaban y ella traía bandejas de canapés, ensaladillas, vasos, bebidas y más llevar, más pedir, más... Nadie la echaba en falta, hasta que cansada se sentó en un taburete de la cocina con los codos apoyados en la pequeña barra.
De pronto, la voz de su marido la saca del ensimismamiento: "Pero María, ¿es que estás dormida?, te estamos pidiendo más canapés, las bandejas están vacías. Que te estoy hablando, despierta".
Ella le mira casi en sueños. No está equivocado, dormida no, pero sí soñando, porque de lo contrario..., ¿quién aguantaría todo esto?
Se levanta del taburete y sale delante de él.
El marido sigue gritando: "¿Adonde vas, pero que haces, estás loca?".
Ella pasa entre los invitados de su marido, entra en el dormitorio y al instante sale con un abrigo de paño algo deslucido y anticuado. Coge el bolso que tiene colgado en el perchero de la entrada, dejando a su marido perplejo. Abre la puerta y desaparece después de dar un fuerte tirón con decisión.
Se encamina como casi siempre que necesita respirar hacía el castillo árabe. Allí se siente libre, el aire le golpea la cara, la ropa, todo su cuerpo y nota que se limpia de tanta falsedad, de tanta burguesía, de tanta diplomacia, de tanto… y ¿para qué?- se pregunta. Ya está bien de ser servidora, ya está bien de ser..., aquí soy la princesa de este castillo, aquí soy "Cava la Sultana".
Se dirige a una pared cubierta de hiedra. La aparta y aparece la entrada de una cueva. Tan solo ella sabe de dicha entrada y de la existencia de la mencionada cueva.
Su padre había sido guarda del entorno y este fue el gran secreto de padre e hija.
Entra con desenvoltura. Coge las cerillas que lleva en el bolso y enciende un velón que hay a la izquierda. Se ilumina la estancia. Es una cueva amplia y húmeda, pero a ella no le importa, incluso el olor le gusta. ¡Ha pasado tan buenos ratos aquí! Se dirige al fondo donde hay una gran caja de madera. La abre y saca de ella una especie de túnica de seda de color violeta. El velo es de gasa del mismo color. Las babuchas también de seda, llevan incrustadas cuentas de cristal de diferentes colores. Se desviste y mecánicamente se coloca las ropas árabes. Antes de ponerse el velo, quita las horquillas y su pelo largo y negro se deja caer por el peso. Brilla de forma especial a la luz de las velas que fue encendiendo y que están distribuidas por la rupestre habitación. Para colocarse el velo, se encamina hacía un antiguo espejo que hay colgado encima del cajón de madera que ahora hace las veces de tocador. Se lo pone de tal manera, que ahora la mujer que hay frente al espejo es una hermosa dama árabe de ojos rasgados y muy negros, labios rosados y bastante atractivos. Al llegar a este punto, con un impulso recoge el velo y se cubre la parte inferior del rostro, solo deja al descubierto los ojos que brillan como nunca. Se aparta un poquito para mirarse de cuerpo entero en el espejo. "Todo está correcto"- se dice.
Mira hacía la derecha. Allí en una cantarera de madera hay introducidas tres vasijas de barro. Coge una de ellas, se la apoya en la cintura y sale afuera apartando con mucho cuidado la hiedra. Con mimo la deja caer de nuevo para tapar la antigua entrada. Con una gracia inusitada en la mujer que había salido de aquella fiesta, desciende el atajo que la lleva a la "Fuente de la Mora". Sabe que allí la espera el soldado cristiano y dueño de su amor. El la deja coger agua para su madre enferma, ya que en el castillo se han terminado las reservas. Los cristianos como les quieren expulsar han cerrado todos los accesos al agua, así tendrán que salir o de lo contrario, morirán de sed.
No tarda en descubrir a su amado. La espera tan apuesto como siempre sentado al borde del manantial. El caballo lo ha dejado algo apartado y atado al ciprés milenario, ese que se ve desde el cerro de enfrente.
Se abrazan y ella se refugia en su pecho llorando de emoción, ¡hacía tantos días que no se veían! Con mucha ternura, él le seca las lágrimas con sus labios y después, la besa como nunca, como si hoy en todos los actos que ejecutan, les fuera la vida. Están más emocionados que otras veces, como si presintieran que quedaba poco tiempo y tuvieran que aprovechar cada instante, como si del último se tratara.
Así pasan las horas y al amanecer, ella recoge el cántaro, lo llena de agua y se lo coloca en la cintura. Él la besa de nuevo con tanta ternura, que tanto ella como él se estremecen de pies a cabeza. La tiene que sujetar porque presiente que le flaquean las piernas. No tienen que decirse nada, tan solo se miran, con eso basta. Después, muy despacio y como si se tratara de un rito, de nuevo le cubre el rostro con el velo.
El soldado lentamente se retira y acercándose al caballo, coge las riendas, monta en él y muy despacio, se va perdiendo entre la espesura del bosquecillo.
Como si le costara apartarse del entorno, comienza a subir muy lentamente el atajo que le llevará de nuevo al castillo. Antes de llegar de vuelta a la cueva, "Cava la Sultana" pasa frente a "Angelillas la loca" como la llaman en el pueblo. Sigue adelante sin decir nada. Angelillas la loca se restriega los ojos creyendo que ve una aparición.
Cuando Angelillas la loca baja al pueblo, llega a la taberna y después va a la plaza del ayuntamiento. A todos cuenta lo que ha visto en el castillo: "Si, es una mora muy elegante, igual que una princesa y además, llevaba un cántaro a la cintura".
Como siempre, los habitantes del pueblo se ríen de ella y la convidan a vino para poder mofarse a sus anchas de la pobre mujer. Luego, en la plaza del pueblo cuando habla, sentada en un banco hay una señora con abrigo de paño algo deslucido y pelo recogido, que la escucha con especial atención y dulce sonrisa que se desvanece en el aire frío de invierno, junto a un suspiro muy hondo y helado, que a los habitantes de aquella plazoleta les ha hecho estremecer. Después, se levanta y dirigiéndose a Angelillas la loca, le dice: "Angelillas, que sabrán estos de historia, de amores en esas murallas y piedras viejas, que sabrán. Anda, vamos a tomar una sopa caliente en mi cocina y mientras tanto, te voy a contar la historia de una mora y un cristiano, que todavía tienen amores, allí donde tú ves a "Cava la Sultana".
Nani. Septiembre 2010.

martes, 31 de agosto de 2010

ABRAZO ETERNO





Los dbujos se los cojo prestados a Mariapan



“Las musas son los besos y las caricias que sueña todo artista”

Sí, eso pensaba cuando se sentaba delante de la partitura en blanco y les rogaba que no se fueran de “picos pardos” sin pasar por su imaginación, sin hacer sonar las cuerdas de su guitarra e imaginar una melodía que le dejara un dulce sabor de boca.

… y era uno de esos días en los que no conseguía de “ellas” (las musas), al menos un susurro y fue por eso que dibujó a una de ellas a su lado. Unidos en un abrazo. Como la imaginaba a ella, su querida guitarra y como no, el artista. Quería que vieran cuanto las necesitaba y como le influía tenerlas cerca. Quería decirles cuanto las quería y como bailoteaban sus dedos, su alegría y todo su ser, cuando las sabía remolineando a su alrededor. Quería homenajearlas, sí, algo así era lo que pretendía.

Las imaginaba con grandes y hermosas miradas. Cabello oscuro y sedoso. Manos suaves como el armiño y sonrisa blanca y luminosa, dejando escapar estrellitas brillantes de los hermosos ojos almendrados y grandes como polvorones navideños.

Quería decirles tantas cosas que al final, sonó en armonía una bella melodía que hablaba de la musa, de todo su amor y de lo mucho que tenía para entregarle. Le habló de lo que le costó retenerla, de todo el esfuerzo y de que mereció la pena haberla perseguido.

Una persecución que duró toda una vida. Un dejarse perseguir que le acompañó en el camino. Una reconfortante vida de musa y artista, que duró mientras que ambos existieron y les duró el abrazo eterno.

Nani. Agosto 2010.

viernes, 20 de agosto de 2010

PARTIR, PARTI-DOS





ACTO DE INAUGURACIÓN EXPOSICIÓNDE ILUSTRACIONES
“AMOR, DESAMOR Y RENACIMIENTO”
MARIAPÁN
DÍA 21 DE AGOSTO DE 2010
CAFÉ BAR “CASABLANCA”
21:00 h.
CONCIERTO: LOS OPERATIVOS / TRIGLICÉRIDOS



Este es el cartel de la inaguración esposición de ilustraciones de MARIAPAN que hace por vez primera. Me ha pedido que escoja un dibujo y le haga un texto con lo que dicho dibujo me sugiere para acompañar a la exposición. Junto con los dibujos habrá tectos acompañándolos y por lo visto, nos tiene preparadas algunas sorpresas; seguro que lo vamos a disfrutar. Ha sido un placer y aquí os dejo el dibujo que escogí y mi texto, para que también lo disfruteis vosotros.





Partir para dejar en el lodo la hipocresía.


Partir para dejar la falsedad.


Partir para recuperar la confianza.


Partir para desnudar mi verdad.


Partir para mirar la luz.


Partir para ver-nos partir-dos.


Partir-dos para llorar-nos menos.


Partir-dos para mirar-me más.


Partir para agarrar la vida.


Partir-dos con valentía.


Nani, Agosto 2010.

jueves, 12 de agosto de 2010

COKO




Coko es la hija pequeña de mis amigos “los Valdivia”. Llegó ya cuando todos sus hermanos eran mayores y por lo tanto, el juguete de todos, algo que ella una niña muy inteligente, supo aprovechar y le sirvió para aprender más deprisa que el resto de compañeros.

Esta mañana cuando estaba haciendo las faenas de casa, llamaron al timbre de casa y he aquí que me encuentro con una “Coko” de 17 años, preciosa y alterada en demasía para su temple, contagiándome porque no es cosa habitual en la hija pequeña de mis amigos.

No me ha sorprendido que se presente así de sorpresa, ella lo hace siempre que le apetece e incluso se queda a comer, pero si es extraño verla nerviosa y alterada. La hice pasar, quité a Juan Manuel Serrat que era al que yo escuchaba esta mañana y sentadas en las escaleras empiezó su relato.

- Sabes que estaba interesa en las excavaciones que realizan en la Fortaleza de la Mota y me inscribí este año para formar parte del equipo. Estamos pasando un calor enorme, pero eso no ha impedido que hayamos trabajado con mucha ilusión, ¡ya ves lo morenita que estoy! Aprovechamos las horas más frescas de la mañana, a las seis ya estamos con nuestros palas y escobillas, rastreando palmo a palmo los trozos recién descubiertos y he aquí el motivo de la visita que te hago. Estamos en el descanso para el desayuno y aunque no salimos del recinto, yo he pedido permiso alegando que tengo dolor de barriga y que voy a casa de una amiga que está muy cerca para que me haga una manzanilla, así que aquí estoy, pero no quiero infusión alguna, sino comentar contigo lo que me acaba de pasar allí arriba.

La chica con el antebrazo y en un impulso mecánico, se quitó algo de sudor que le inundaba la cara y sacó de su mochila un objeto pequeño y brillante que me dejó boquiabierta, pero después de un instante le dije: “Coko, sabes que no está permitido hacer esto y que te puede perjudicar a la hora de finalizar el curso”.

Ella asintió con la cabeza y balbuceó: “Lo sé y por eso estoy tan nerviosa, pero no he podido evitar cogerlo y venir a enseñártelo, es precioso, pero estoy asustada, ¡si vieras que me ha pasado cuando lo tuve en las manos! Fue una sensación extraña y como si me diera una descarga eléctrica. Me dio una sacudida y al mismo tiempo, salieron unos reflejos muy llamativos. Tuve la intuición de que algo quería decirme y me sentí como “Aladino” en el siglo XXI. Sé que deberé entregarlo, pero primero quiero que veamos que es lo que esto quiere decirme, ¡por favor ayúdame esto es algo que debo hacer sola, lo he sabido desde el primer momento del hallazgo, pero me sobrepasa y por eso estoy aquí!

Agarré el objeto y me sacudió a mí también. Era una extraña experiencia nunca sentida anteriormente. La sensación era de algo familiar pero al mismo tiempo inquietante. Cuando me recuperé y procurando que no me notara lo alterada que estaba, miré con detenimiento. Vi que algo había escrito y le pedí que cojiera la lupa que hay en el cajón de la cómoda. Cuando lo teníamos bajo el cristal, pudimos ver que eran signos extraños (bueno extraños para mí porque la chica comenzó a decir muy despacio, procurando asegurarse de lo que leía): “Está escrito en griego y dice algo así. Este es el comienzo del camino a la obra perfecta, al conocimiento a la sabiduría, pero la persona que me encuentre y no me utilice con buena voluntad, todo se volverá en su contra…”

La chica temblaba, no se si de emoción o de asustada que estaba, así que le llevé un vaso de agua y la detuve diciéndole: “Coko cálmate, lo mejor es que vuelvas a enterrarlo donde nadie lo pueda encontrar, esto puede volverse en nuestra contra y no estamos preparados para saber que puede ocasionar, así que si estaba enterrado por algo sería, estas cosas vuelven locas a las personas egoístas y perjudican a todo ser viviente. Igual se trata de una prueba y lo mejor es seguir con lo que tenemos y saber aprovechar el día a día. No existen las pócimas mágicas ni los milagros. Las personas tenemos lo que con nuestro esfuerzo nos ganamos y conseguimos, así que esto muy bien puede ser una zancadilla en el largo camino que te espera. Vuelve con tus compañeros y oculta este hallazgo. Tú y yo sabremos que allá en la Mota hay un secreto que debemos guardar, ¡será nuestro secreto y lo que nos haga pensar siempre, que la vida no es sino la que todos nos elaboramos a cada paso, con nuestros aciertos y con nuestros errores, las maravillas las dejamos para los relatos de ficción. Luego cuando seas mayor y tengas a tus propios hijos, puedes contarle cuentos con relación al hallazgo y verás que fue un gran acierto dejarlo, nada te puede perjudicar si todo continua como está, pero que sabemos pueda pasar si lo cambiamos por un hallazgo que no sabemos que es ni que significa. La vida se compone de muchas cosas, pero todas construidas a su paso, sin prisas y elaboradas igual que se hace un pastel de frutos secos. Primero hay que comprar los productos, elaborar la masa, agregarle los frutos e ingredientes y meterlo a cocer al horno. Enfriarlo y estará dispuesto para consumirlo, así es la vida de todo ser que se precie. Nada se consigue sin un mínimo de esfuerzo, esa es nuestra bandera y nuestra insignia”.

La chica recogió todas sus cosas, metió todo en la mochila, se bebió otro vaso de agua y con un abrazo se despidió sonriendo.

Nani. Agosto 2010.