Recuerdo que cuando era adolescente y venías a buscarme, hacías malabarismos para asomarte a la tapia.
Recuerdo que cuando era adolescente, hacía malabarismos para buscarte por el parque.
Ahora no se trata de recuerdos sino de realidades. Gracias a aquellos malabarismos, hoy tengo descendencia y digo “tengo”, porque parece ser que cuando dejaste de hacer esos artilugios, perdiste el interés por lo que aquí quedaba.
Más tarde fui yo la que hice hasta magia, para que todo resultara menos duro.
Ahora, se trata de realidad y no de recuerdo. Pero te gustan los retos y vuelves a la carga.
Las piruetas y los juegos de magia perdieron su magnificencia. Serás un saltimbanqui, intentarás chupar las energías, pero esta vez será la de otros, porque tus malabarismos ya no me afectan.
Nani. Febrero de 2011.