Tenían
que encuadernar tres mil trecientos ejemplares del número 9 de la revista “La
Tregua”, en aquella inmensa imprenta ubicada en el bloque 20 de la calle
Bruguera del polígono de la ciudad, cuando vieron de nuevo entrar aquel depravado
perrito (por decir algo) que con sus locas carreras, fue a estrellarse contra
las botellas del super-detergente que acaban de entregar y que servían para limpiar los tipos, maquinaría y utensilios
que de no hacerse con ese material, resultaba imposible su limpieza; pero lo
que no podían imaginar es que las emanaciones tóxicas que despedían, podían
hacer que más de uno de los que allí estaban salieran muy mal parados y para
colmo, las encuadernaciones se quedaran en agua de borrajas y desaparecidos todos los textos por arte de magia.
Nani. Noviembre 2012