La sirena cautiva vomita
pulpos de siete patas en la taza del váter mientras que el rey Neptuno la consuela diciendo que queda menos para
ser libre. Pasados unos meses –le repite-, todo volverá a la normalidad, dará a
luz un principito y podrá volver a cantar y atrapar a los ingenuos pescadores, pero mientras tanto, debe mantenerse
resignada y sujeta al inodoro, de lo contrario los tentáculos se le enredarán en
la glotis y no volverá a emitir un sólo canto de sirena.
JUVENTUD
La sirena cautiva vomita
pulpos de siete patas en la taza del váter mientras su madre le da un ultimátum: “Si sales los sábados con tus
amigos y no sabes comportarte, ni moderar la bebida, arrestada seguirás hasta
que a las ranas le salgan pelos”.
Nani. Junio 2013