Mañana es el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Os propongo que os fijéis bien en los estereotipos machistas que viven en los cuentos infantiles y los transforméis. Pensad en esas hermosas doncellas que, pese a ser las protagonistas del cuento, su único fin es que llegue un príncipe a rescatarlas de las infamias. O que creen que pueden cambiar a la bestia y convertirla en bella —y buena— con el poder de su amor. Los estereotipos también afectan a los príncipes, podéis revisar lo que queráis para convertirlos en cuentos “de hoy”.
Propuesta de:
Érase que se era un famoso flautista que había dado conciertos en los mejores teatros
de las ciudades más hermosas de todos los continentes del mundo, mundial. En
uno de ellos el concierto se daba a una hora temprana ya que los espectadores eran
los niños de la escuela de primaria de la ciudad de uno de los continentes del planeta.
En esta ocasión la intención era hacer un taller musical impartido por nuestro
flautista protagonista, junto a la profesora de música de dicho colegio. Los
niños se encontraban sentados en sus butacas y aplaudiendo la primera
actuación. Seguidamente les pidió que todos fueran saliendo y unos detrás de
otro, subieran al escenario y le siguieran. Los profesores y AMPA que eran los
responsables de los niños seguían confiados todos los movimientos, hasta que
desaparecieron tras el decorado. Como no volvían a salir y al superar el desconcierto,
empezaron a buscarlos en todo el teatro sin conseguir encontrarles. Miraron
todas las salidas, las trampillas que utilizaban los magos y acto seguido,
hicieron la correspondiente denuncia a los medios de seguridad, que se unieron
a la búsqueda, junto a los bomberos y todos los ciudadanos de la ciudad y contornos.
Buscaron en todas las salidas, en casas, monumentos, comenzando a desplazarse
por campos, bosques, ríos y comarcas en general sin obtener resultado alguno. Los
medios iniciaron los informativos con la noticia y empezó a correrse la voz de que el flautista era
un artista venido a menos, resentido con el mundo y que pretendía vengar su frustración
haciendo de los niños un modo de conseguir una recompensa entregándolos a la
mafia de tráfico de órganos, trata de mujeres porque tras los niños irían las
madres y que los pederastas estarían en el ajo, así que entre unos y otros, el revuelo
y el agobio de familiares estaba servido bandeja.
Al
cabo de una semana los niños aparecieron todos sanos y salvos, felices y
disfrazados de sus personajes favoritos. Como es natural lo primero que se pidió a los críos es que contaran
todo lo que habían hecho en los días de su desaparición, coincidiendo todos que
habían vivido en un castillo lleno de golosinas, comidas riquísimas y
atracciones muy divertidas Terminaron pidiendo al unísono que una de las
actividades que querían para el colegio, que el flautista fuera quien
impartiera talleres tan divertidos como los que les había enseñado.
Cuando
llevaron a declarar al artista, todo el pueblo lo abucheaba y pedían que lo
encerraran para toda la vida. Estando ya en presencia del juez de guardia, este
le pidió que declarara que propósito tenía al llevarse a los niños y porque lo
hizo, a lo que el artista contestó: “Señoría, solo quería demostrar que tenemos
leyes desfasadas. Que a los niños no les enseñamos a defenderse de los
verdaderos lobos. Que los medios hablan por hablar y por rellenar páginas y que
consiguen confundir a los ciudadanos. Que los padres debemos aprender a educar
en valores para que los futuros ciudadanos sepan apreciar lo que la naturaleza
y la vida otorga, Que el día a día no lo podemos desperdiciar, porque todo es
pasajero, las horas no se recuperan y cuando nos damos cuenta normalmente es
tarde para volver al principio”.
...y colorín colorado el que no levante el culo, a la silla se queda pegado!!
Nani.
Noviembre de 2017