Hablar de muertos
vivientes y notar un
escalofrío recorrerme la dorsal, se incluye en el mismo paquete. No consigo
superarlo y no he podido ver una sola película, ni seguir una conversación con
los pompis de clase. Ya tengo bastante cuando llego a casa y me reciben papá y
mamá, me recomiendan que hacer y cómo llevarlo a cabo, desde que tuvieron el
accidente; además de pedirme que cuide de mi hermana pequeña que les acompañaba
en el viaje.
SIN-VIDA
Hablar de muertos
vivientes se ha
puesto de moda sin sentido y sin ser algo que esté contrastado, pero cuando
miro a mi padre siempre pienso que su existencia no tiene sentido y que por
supuesto, parece un sin-vida y sin ganas de tenerla.
Nani.
Junio 2018