jueves, 13 de febrero de 2020

COMO HOJA AL VIENTO



Javier siempre se despierta mucho antes que yo y le encanta acariciarme los pies, con los propios. Sus dedos hábiles, casi siempre acaban haciéndome cosquillas para hacerme saltar de un brinco y acabar sobre él. Despertarnos del todo, hacemos el amor o nos proporcionamos tanto cariño, que el día comienza con la energía del rayo de sol o la llama del fuego. Hoy las caricias son muy distintas, como si estuviera pasando una pluma sobre mi piel y sube lentamente por mis piernas, produciéndome un placer intenso y distinto. Sí, es todo diferente y sonrío pensando en lo ingenioso que es mi chico. De pronto, recuerdo que anoche me acosté sola y que hasta dentro de tres días no volverá Javi. Ha ido a un congreso a Madrid. Del fuego que empecé a sentir, ya no queda sino un sudor frío que empapa el diminuto pijama que suelo ponerme. No consigo moverme y el cosquilleo continúa. Quisiera tocar lo que me produce esa sensación, pero mis manos están petrificadas sobre mi pecho. Estoy aterrada y paralizada, pero pienso que así no puedo continuar. Quiero gritar, aunque de mi garganta no consigo sacar ni un solo lamento y de pronto, como movida por una descarga eléctrica, me destapo y salto de la cama. Enciendo la luz y tiro de la ropa. La cama está plagada de arañas. Chillo histérica, no consigo detener el llanto y el miedo. Alguien quiere hacerme mucho daño, porque todos los que me conocen saben que le tengo pavor a las arañas y a todos los insectos y arácnidos peludos.  La locura se apodera de mí, no consigo reaccionar y creo que me voy a desmallar. En ese instante siento que alguien me sacude y me llama por mi nombre. Me abrazo a Javi que me dice con voz queda, que he tenido una pesadilla y que debo tranquilizarme. No consigo entender qué está pasando y me aferro a su cuello, llorando, temblando y muerta de miedo. Todo ha pasado me dice. Yo no doy crédito a lo sucedido y tiemblo como una hoja al viento.


#52RetosLiterup (Aracnofobia)

Nani. Febrero 2020

martes, 11 de febrero de 2020

POR LOS ZUMAQUES


He decidido ir a visitar los zumaques. En esta estación del año, están en su momento y me gusta pasear por este paisaje y sus inmensos colores. Empiezo por la parte norte. Encuentro un verde intenso y un olor característico. En el instante que me adentro por su follaje, tengo que dar de lado a las zarzas, aunque la intención también es la de recoger si quedan en buen estado, unas cuantas endrinas para hacer pacharán del que en casa tanto gusta. A los primeros arbustos me resulta imposible acercarme, se ven con frutos pero las zarzas y sus espinas me lo impiden. Es una pena que estén tan abandonadas y este sector se vea tan tristemente lleno de matas dificultosas. Me voy hacía el sur y el panorama cambia. El verde intenso que me ha recibido en sus distintas tonalidades, pasa por la fogosidad del amarillo en sus variadas gamas, naranja, marrón claro, más oscuro, ocre y así toda la zona. La diversidad es tan intensa, que me embarga de tal manera la emoción, que tengo la sensación de perder la noción del tiempo. Me entretengo en acariciar las bayas rojizas, olerlas y mirarlas sin cansarme. Me dan ganas de arrancar unas cuantas, pero aunque sé que pueden ser usadas en la cocina, no sabría exactamente qué parte y en qué condiciones se debe utilizar, por lo que desisto; ademán tampoco soy pintora ni voy a teñir ningún tejido; así que las dejo en su habitad para que sigan su curso. Han salido a recibirme unas cuantas ardillas, que rápidamente se suben a las cimas, me esquivan y seguramente se refugiarán en el gigantesco y solitario pino del entorno. Cuando quiero darme cuenta, han pasado dos horas de estar en plena naturaleza y pienso que debo volver, además pronto empezará a ponerse el sol y no quiero que se me haga de noche por estos parajes, por lo que vuelvo a desandar el camino y comienzo a subir hacía la salida. Ya empieza a ponerse el sol por detrás de la fortaleza y el espectáculo  es tan sumamente bello, que no puedo evitar sentarme en una piedra prominente del camino y quedarme allí, empapada de ese amarillo rojizo que me arrulla y llena mi espíritu. Me coloco la rebeca que llevo ceñida a la cintura porque hace fresquito y salgo otra vez a la urbe, que me acoge en el comienzo de la noche.


(Vídeo de Resalía Víboras)

#52RetosLiterup (Ejercicio sin gerundios)

Nani. Febrero 2020

domingo, 9 de febrero de 2020

CONTENIDO/s





Todos sabemos que no naciste agraciado físicamente. Que tu cuerpo no era como el del resto. Normalmente un bebé nace sano y sin embargo, tú necesitaste  bastantes arreglos (prefieres llamar así a las operaciones que te hicieron), pero gracias a ello puedes caminar y valerte por ti mismo. Sabes que no eres guapo, pero no es algo que te afecte; dices que hay cosas más relevantes. Conseguiste terminar los estudios y aunque no puedas practicar ciertos deportes, sí que puedes participar en competiciones adaptadas a tus capacidades e incluso, has conseguido salir airoso. Tus triunfos no los necesitas en repisas, o colgados en casa. El mayor tesoro que tienes, es saber que cuando te abrazan digan que eres de lo más bonito que han encontrado, que les encante a tus amigos  tomarse una cerveza conmigo o disfrutar una sencilla cena compartiendo charla y sensaciones. El contenido siempre, el continente está en cualquier lugar.



ConARTE 2020

Nani. Febrero 2020

viernes, 7 de febrero de 2020

ASESINOS






Me encuentro agotada. He pasado toda mi vida defendiendo mis tierras, mi hogar, la vegetación que me rodea y todo se está incendiado sin conseguir apagar ese fuego que me rodea y que acaba con todo. Los árboles sucumben bajo el ardor que los devora, las platas se extinguen, las casas de mis amigos están destrozadas, los animales huyen despavoridos y al final mueren entre cenizas ardientes, asfixiados y rodeados por las llamas. Yo no sé a dónde ir y lloro como nunca lo he hecho, abrazada a las dos macetas que tenía a la entrada de casa. Quiero salvarlas y protegerlas. Sé que ellas también me quieren proteger y aquí me quedo sin saber a dónde dirigirme, a quién pedir ayuda, con la esperanza rota y muerta de impotencia y dolor. Me llamaron Tierra y a partir de ahora seré un desierto lleno de ceniza.

Nani. Febrero 2020

miércoles, 5 de febrero de 2020

VACACIONES EN TAIPÉI


Nos hacía mucha ilusión pasar unos días fuera de nuestro lugar habitual y celebrar con nuestros amigos de origen chino y junto a sus familiares, su año nuevo allá en su China de origen. Desde `pequeños dos de nuestros compañeros faltaban a clase por esa época y eso especialmente, nos llamaba mucho la atención, sobre todo a mí. Ahora de mayores nos prometimos acompañarles y sus padres estuvieron encantados de enseñarnos sus costumbres y sus vivencias. Estuvimos ahorrado este verano sirviendo copas en una cafetería del centro y hoy les estamos acompañando, hemos llegado a Taipéi. Todo es distinto. Los olores que flotan en el ambiente, las decoraciones, el color rojo, el barullo y todo lo que nos rodea es muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Las personas se desplazan muy apretadas y con paso rápido, como con prisa por llegar a su objetivo.  Ya en casa de mis amigos donde nos esperaban sus abuelos y tíos, fuimos invitados a tomar una reconfortante sopa para que todo vaya mejor en el nuevo año y que por cierto, resucitaba a los muertos como dice mi abuela cuando se toma un caldito. Además había en la mesa todo un surtido de camarones, fideos, pescado y carne en abundancia, ya que esos días no se cocina y todo está preparado con antelación. Una vez compartido el almuerzo, nos comunican que debemos  prepararnos ya que tenemos el tiempo justo para coger un autobús que nos llevará al lugar destinado donde se celebra la festividad de las linternas o faroles. Todos cogen su farol y por supuesto, a nosotros también nos habían preparado el nuestro. Son de un papel que no conocía y distintos a los rojos que hay colgados por toda la casa. Tienen dibujos y caligrafía que me cuentan mis amigos, son mensajes de buena suerte. La intención es dejarlos partir hacia el cielo, una vez encendidos y todos lanzados al mismo tiempo, con el fin de cumplir con las tradiciones. Hemos tardado en llegar como quince minutos. El recinto es enorme y está masivamente lleno de familias especialmente felices por poder compartir tan grandioso acontecimiento. Pronto empezará a anochecer y se van descubriendo una cantidad enorme de animales y plantas decorativas, llenas de luz y color. El olor a pólvora de los petardos nos invade y cada vez se acentúa más  el alboroto y la alegría. Las calles se ven a lo lejos llenas de faroles rojos que son como un reclamo para todos los que allí nos encontramos. De pronto, nos damos cuenta que el menor de la familia no está a nuestro lado y todos nos inquietamos. Nos repartimos para buscarle. Yo que creía que lo distinguiría entre tanto niño con semejantes rasgos, me desconcierto sobre manera ya que me parecen todos iguales, además los abriguitos son muy parecidos y comienzo a angustiarme. Hemos quedado en reunirnos pasados diez minutos en un punto concreto y pasado ese tiempo, volvemos a vernos. Todos estamos muy preocupados y decidimos dar parte a la policía. De inmediato y por los altavoces piden silencio. Las personas del lugar que son educadas por naturaleza, callan y atienden. Comunican la pérdida de un niño y piden que sea devuelto al puesto de policía más cercano. Todos estamos muy intranquilos y casi se está aproximando la hora de lanzar las linternas encendidas al cielo, pero lo que importa es encontrar al pequeño. A nosotros se nos han quitado las ganas de todo y ver tan desolados a padres y abuelos, nos parte el alma. De pronto vuelven a pedir silencio y anuncian que hay tres niños perdidos en el número cinco de la policía. Nos encaminamos en silencio y cuando llegamos vemos a nuestro pequeño, jugando con los otros dos en el suelo del improvisado puesto de policía. Vemos como los padres le abrazan y nosotros nos abrazamos al mismo tiempo. Volvemos a recuperar la alegría cuando están anunciando el momento de lanzar nuestras linternas. El abuelo que es el más anciano, se encarga de encender a toda la familia comenzando por el `pequeño que se ha perdido, puesto que así se agradecerá que todo haya quedado en un susto y cuando termina y miramos a nuestro alrededor, todo se ve iluminado por las linternas que son soltadas al mismo tiempo según se nos indica por los megafonía. Cuando dejo libre el mío, pido porque las personas estemos siempre unidas y por la paz del mundo, sobre todo  en los lugares donde falta de todo. Agradezco que mis amigos sean tan gentiles con nosotros y nos estén proporcionando unas vacaciones de ensueño. Pienso que por naturaleza las personas somos buenas y en estos lugares se siente de esa manera, la pena es que haya seres que les interesa dispersarnos para que no crezca el amor que debería ser el estado natural del ser humano.

#52RetosLiterup


Febrero 2020

martes, 4 de febrero de 2020

FUE LO QUE APRENDIÓ



Aquel chico tenía tanta curiosidad e inquietudes por todo lo que le rodeaba, que su único objetivo era crecer como persona y adquirid cultura. Estudió para poder ser juez e implantar justicia. Cada día veía más desahuciados a los que desgraciadamente, la sociedad les quita la paz y su dignidad. No concebía el futuro sin intentar cambiar lo que a sus manos llegaba.

Nani. Febrero 2020

lunes, 3 de febrero de 2020

PRIMOGÉNITA


Empezó  a llorar y después a reír. Todos esos impulsos eran nerviosos y mecánicos. El psicólogo dijo que ello se produce antes de que todo se haga añicos. Su progenitor veía natural que ella fuera la fuente de ingresos, era mujer y la primogénita. Ella lo que no veía normal, es que tuviera que ser la esposa de un anciano para así asumir, esa obligación impuesta.



MAMI ¿DE DÓNDE SALE EL LLANTO?

Empezó a llorar y le pidió a su madre que le quitara el alma si era de donde salía el llanto, que no quería seguir llorando. Mamá le contó que no siempre se llora por dolor, sino que a veces se derraman lágrimas de emoción, como cuando lo hace él al ver partir a E.T. El pequeño se la quedó mirando y le dijo: “Mami, enséñame a que no me duela tanto eso que sale del alma”.



PEQUEÑAS COSAS

Empezó a llorar al descubrir aquel colgante que creyó perdido. Todos los que allí estaban, la miraban sin dar crédito, se estaba derrumbando y eso no le estaba permitido a la jefa. Cuando fue consciente, les miró mientras se restregaba los ojos con el dorso de una mano y con la otra ofrecía un objeto: “Lo perdí hace mucho tiempo y hoy me lo ha entregado María la recepcionista. No tiene valor material. Creí que ya no lo vería más y era el mejor regalo que me hizo la persona que más quiero”.

Nani. Febrero 2020