Pluma,
verso, acento, despertar y galanura.
Aquella pluma estilográfica, que había traído un pariente del Protectorado Español y que heredaste, fue la que te inició en el verso y tus primeros escarceos literarios. Aprendiendo a colocar el acento dónde correspondía. Utilizar los signos de interrogación y los de admiración (de los que abusabas sobremanera), pero es que, por entonces todo te asombraba, ¡eras un niño!
Mas
tarde, la vida te hizo despertar y admirar con más mesura, aunque
siempre fuiste muy de confiar. Por ello te caías a cada instante, pero también
aprendiste a levantarte con galanura y lamer las heridas con dignidad,
para poder ser.
Nani.
Julio 2022