Foto ofrecida por Bienve Fajardo López
Esta
mañana hablaba con mi madre de hacer sábado en la casa y esta me contestaba que
a ella le estaba tocando hacerlo en su interior, ya que había demasiadas
telarañas que le impedían respirar con dulzura y que no tenía edad para
demorarlo.
Desde
que comenzó la guerra de Ucrania, le vienen a la memoria demasiadas secuelas de
la guerra que vivieron sus padres y de esa posguerra que padeció ella, escociendo
más de la cuenta.
Mientras
hablábamos de dichos recuerdos, mi hija pequeña nos debió escuchar hablar de
lavar, sacudir telarañas y metáforas que del todo no debió entender, pero a su
manera, quiso seguirnos con la limpieza. Cuando quise darme cuenta, tenía lavados
y tendidos todos sus peluches.
Al
preguntarle a qué se debía tal trabajo, me contestó que no quería que sus
muñecos tuvieran telarañas que le impidieran respirar como a la abuela. También
me aseguró que los sábados haría limpieza en su habitación, para que todo
oliera bien y se respirara mejor. Dice, que no quiere que se entristezcan como
su abuela, ni que le salgan arrugas y arañas por dentro.
Nani.
Agosto 2022