Imagen obtenida de la red
Como si de una plaga
venenosa se tratara
se fue alejando despacio pero con el corazón en un puño. El olor que desprendía
le causaba pavor y no es que fuera desagradable, pero si le producía inquietud.
Según escuchó en una ocasión, el perfume que se ponía era para atraer el pecado
y la lujuria. Nunca lo entendió cuando fue pequeño y ahora de mayor, le recuerda
tanto aquel nerviosismo que decidió mantenerse cuanto más retirado, ¡mejor!
APRENDIZ
Como si de una plaga
venenosa se tratara
se arrastran, se retuercen e invaden toda la cocina, el recibidor y empiezan a penetrar el comedor. Su pestilente olor y lo que debería haber sido aroma
agradable, se convirtió en un potaje quemado que nos dejó un día más sin comer,
y ya van seis.
Nani.
Junio 2016