Los dibujos se los cojo prestados a http://carapahn.blogspot.com/
La luna estaba zurcida al cielo,
con puntadas de nube alrededor.
La luna estaba zurcida al cielo con puntadas de nube púrpura. El sol ya se dejaba caer para descansar en un colchón marino, mecido y arrullado por la voz de las sirenas.
Los nativos del lugar siempre decían que cuando el sol se ponía, el mar se serenaba y se escuchaba ese ir y venir de suaves olas que le acunaban.
Los cantos de sirenas eran tan poderosos y sugerentes que algunos lugareños atraídos por sus melodías, se introducían en el mar como hipnotizados y no volvían a sus lugares de origen, corriendo el bulo de que las ninfas marinas se adueñaban de su espíritu y los hacían sus más fieles amantes, incluso que llegaban a ser servidores y criados incondicionales y hasta se llegó a escuchar, que se alimentaban con sus entrañas, las cuales les otorgaban juventud y belleza para la eternidad.
Lo cierto es que desaparecían algunos jóvenes guapos y varones famosos por su belleza y varonil semblante.
Una madrugada, la hija de Manuela la frutera y de Juan el pescador más veterano, no se conformó con la desaparición de su novio Pablo, se escondió bajo las redes de la barcaza y cuando Juan se hizo a la mar y advirtió su presencia, era muy tarde para dar la vuelta y dejarla. Ella le explicó que tenía que buscarle en los cantos de las sirenas. Que ella era capaz de cantar con más intensidad y dulzura que todas las ninfas juntas y que tenia que rescatarle de sus infames y egoístas poderes, así que el padre se dejó convencer y sentada en la proa la vio y escuchó hasta el amanecer y resto de la mañana. Sus melodías eran sentidas, pero según avanzaba la barcaza y la mar se vestía de luna llena, los cantos se hicieron tan sumamente melancólicos que dolía escucharlos. Juan no tenía que acercarse a su hija para saber que las notas que salían de su garganta eran un llanto lleno de súplica y también supo, que le costaría mucho superar aquel desengaño que los viejos del pueblo hacían creer que eran cosas de sirenas.
Mientras, “la luna estaba zurcida al cielo con puntadas de nube alrededor” y llanto de una joven enamorada.
Este relato ha surgido por la influencia playera, los recuerdos infantiles que a veces me asaltan por tantos y tantos cuentos leídos. Y es que las vacaciones y el relax, a veces tienen estas consecuencias además de la lectura de: “La ladrona de libros” que es muy sugerente.
Nani. Agosto 2010.