Foto Nani ©
No puedo evitar mirar la puerta del apartamento y sentir dolor. Te recuerdo allí parada para decir adiós. Te fuiste sola porque querías que te recordáramos como estabas ese día. Sabías que tu físico cambiaría y no dejaste que esa fuera la imagen que mantuviéramos, sino la que allí dejaste. Sólo imaginar tu soledad me hace sentir ese repelo que no sé si voy a poder superar. Actuamos creyendo qué es lo mejor para el otro, pero nunca pensamos cómo reacciona o piensa ese otro y como le va a afectar los actos que realizamos. Debemos respeto al otro, pero sobre todo, nos debemos respeto y eso es al fin, lo que verdaderamente debe importarnos.
Nani. Febrero 1012.