A seguir viendo la tele me decía cuando llegaba rompiendo todo
lo que encontraba a su paso. Yo fingía mirar los dibujos, mientras me tragaba
el miedo, los mocos y el llanto con ellos. Sabía que después vendría a por mí,
me diría que eran cosas de matrimonios y que no me asustara. Se sacaría un
caramelo pegajoso del bolsillo y con mucho asco y temor le quitaba el papel.
Después cuando se quedaba dormido lo tiraba al váter, me abrazaba a mami y le pedía
que me llevara lejos, solo que las palabras se me quedaban enganchadas en la
glotis y nunca salían.
LA MERIENDA
A seguir viendo la tele a su lado y sin mirar a otro lado. Se
enfada cuando me ve tejer o leer un libro. Me pregunta diariamente quién es el
que presenta por la mañana y no soporta que no le conteste al instante. Luego
quiere que le ponga su programa infantil predilecto, porque ella no recuerda a
que número hay que darle en el mando y si no lo hago inmediatamente, la
pataleta puede ser de órdago. Ganas me dan de ponerla en el rincón de pensar,
pero me desarma cuando me pregunta si viene pronto su madre a darle la
merienda.
Nani.
Octubre 2019