domingo, 5 de enero de 2020

5 enero 2020



Queridos Reyes Magos. Soy un niño que está cansado de ver discutir a los mayores, por eso este año no os pido nada para mí. Como sé que podéis con todo a pesar de lo ancianitos que sois, quisiera que entrarais al parlamento y dejéis sin sueldo y sin fama a todos los señores y señoras que allí se sientan, hasta que aprendan modales, responsabilidad y respeto. Y si pudiera ser, que su visión sea como la de los perros y no distingan por colores, puede que de esta manera sean capaces de ser coherentes con lo que un día prometieron y sobre todo, vean que el mundo se compone de personas y no solo de unos cuantos que solo piensan en su ego.
Os quiero mucho. Cuidaros y dejar mucho amor a mis papás, a mis hermanos y a mis abuelitos. Ahhh y a María, la niña de mi clase que se sienta a mi lado y me gusta mucho.
Besitos de Fer.

Nani. Enero 2020

viernes, 3 de enero de 2020

SIGO CREYENDO EN LOS REYES MAGOS

Y con el comienzo del año, mi entrada número 700 (Acaba en cero como esta década, creo que buen presagio es). Agradecida de antemano a todos los que pasáis por este espacio y dejáis vuestro comentario, vuestro cariño o simplemente, vuestro aliento y os vais sin hacer ruido. 

Nací en un pueblecito situado en una montaña y escondido del ojo humano (de hecho hay que conocer bien el lugar para encontrarlo), aunque cuando cumplí un añito mis padres debieron salir a la ciudad donde tuvieron su trabajo y nuestro sustento. En mi pueblo las inclemencias del tiempo hacen de las suyas, es por eso que se olvidó su nombre original para conocerse con el nombre de Pedrusco, ya que las tormentas y el pedrusco lo asolan con frecuencia. Cuando era pequeño y fui a pasar las primeras Navidades que recuerdo con los abuelos, me quedó marcado de manera muy dolorosa ver llorar al abuelo de impotencia porque en el  otoño recién pasado, el granizo y las lluvias desmesuradas se llevaron todas las cosechas, para culminar la desgracia de aquel año, con las heladas que se dejaron caer por aquellas fechas y lo poco que había quedado en el campo (era de lo que vivían los abuelos), se fue con la escarcha y las frías madrugadas.
En casa de los abuelos se seguía viviendo la Navidad tradicional y siempre después de la cena de Nochebuena, el abuelo sacaba su preciada libreta, arrancaba con mucho esmero una hoja para cada uno de mis hermanos, papá, mamá y por supuesto,  para mí. Después de este rito, seguía el de escribir a los Reyes Magos nuestra personal carta. Aquel día y después de haber visto al abuelo tan afligido, solo pedí no volver a verle en tan lamentable situación, ni que las cosechas terminaran podridas entre el barro y la escarcha. Desde entonces,  estaré eternamente agradecido porque al año siguiente hubo cosecha y al siguiente hasta que el abuelo faltó, por eso sé que los Reyes son magos de verdad y no de barro, ni pintados, ni de papel.
Hoy que soy mayor vuelvo a hacerlo y me dirijo a los que le escribí de niño, los reales, los que escuchan a las personas que piden con el corazón, a aquellos mágicos seres para que se acabe la injusticia, sobre todo la que provoca un ser humano a su semejante y sé que al menos en mi entorno, ese deseo será el más preciado y el más respetado por todos y cuando mis hijos entiendan estos valores, les contaré  y les pediré a quienes deben escribir cada año, con el deseo de que sus vidas sean más verdaderas.  Y les contaré que si de grano a grano están formadas las dunas que hacen los desiertos, de igual manera las personas de una en una y transmitiendo nuestro sentir, podremos conseguir lo que deseemos, sin tener que seguir los cánones que se nos impongan, porque las personas no necesitamos  otra cosa que ser y para ello, lo material sobra. Si somos amor, sembraremos lo que hace que la vida siga siendo.

#cuentosdeNavidad.

Nani. Enero 2020

lunes, 30 de diciembre de 2019

MIS DESEOS



Plumas, juegos, huérfano,semilla y baile. Cincopalabras.com


Las alas que pido y deseo para todo ser en el año que comienza,  es que estén llenas de plumas de colores, diversidad y aromatizadas como flores de primavera. Me gustaría también que la vida estuviera llena de juegos dulces como los que los niños realizan, sin pensar en otra cosa que no sea, buscar la felicidad. Desearía que no hubiese nadie huérfano de amor en ningún rincón de este mundo y que la semilla de la paz, se extendiese con cada pisada y cada aliento, dejando que surja un baile de palabras amables y llenas de bondad, tan limpias como el agua cristalina que corre por los ríos.

CON MIS MEJORES DESEOS PARA EL AÑO QUE COMIENZA. FELIZ 2020.

Nani. Diciembre 2020


jueves, 26 de diciembre de 2019

NO HEMOS PUESTO EL BELÉN


Mi mamá dice que este año no necesitamos poner el Belén en casa, ya que abajo en el portal de casa hay uno desde hace ya dos meses. Dice mami que las figuras no son de barro, sino de carne y hueso y me ha explicado que María es la señora que le da el pecho a su niño y que a veces llora mucho porque tiene frío y hambre, ya que la mamá no come mucho y la leche de su pecho está un poco aguada. José me cuenta mamá que es el señor que llega todas las tardes lleno de barro porque ha estado trabajando en el campo, aunque parece que le pagan poco y no pueden irse a pasar el día a una habitación con derecho a cocina, ¡qué cosas más raras cuentan los mayores! Nuestros vecinos y mis papás se pusieron de acuerdo y les permiten estar en el portal hasta que haya una habitación para ellos. Todas las mamás les bajan un poquito de caldo caliente todos los días, solo que como las autoridades han mandado un agente, ahora lo prohíben. Está allí para vigilar. Papá dice que eso es más costoso que pagarles una habitación. El agente lleva dos días en nuestro portal, porque hace tres noches unos gamberros quisieron prenderles fuego; decían que así entrarían en calor. Yo soy un niño y no entiendo de muchas cosas, pero me parece que todo es muy extraño y que las personas a veces somos muy raras y no nos portamos bien. Esta tarde he escuchado a Marta la del segundo decirle a Paula, que mañana los mandan a las habitaciones de la penitenciaría, ya que no quedan habitaciones en el albergue. Esta noche le voy a pedir a mi hermana que me explique estas cosas, porque no las entiendo y además me ponen triste. Todos dicen que soy muy pequeño, pero no creo que sea por eso. Si no soy pequeño para aprender la tabla del nueve, no creo que lo sea para entender estas cosas a no ser, que sea lo que imagino y eso no lo comprendo porque no es lo que se debe hacer.

#cuentosdeNavidad.

Diciembre 2019

lunes, 23 de diciembre de 2019

NAVIDAD 2019-2020


Os deseamos unas muy Felices Navidades.

Que el año que comienza te de mucha paz y alegría.

Besos y abrazos llenos de P A Z y A M O R, con este vídeo de unas chicas muy cercanas a mí. 

"LAS VIEJAS GLORIAS"




Nani. 2019-2020.

jueves, 19 de diciembre de 2019

SOÑANDO EN DO MAYOR



Imagen recogida de la red (Anacrusa)

Aquella mujer me enseñó cómo se hacían y la primera que degusté, fue la que ella hizo. Mientras terminamos de cocinar varias tandas, me contó que le gustaba mucho la música, el vals y la milonga. Volar sin tregua como un vencejo, aunque por motivos que no llegaba a comprender, le habían cortado las alas, si no fue que se las dejó cortar a cambio de una vida algo más cómoda, que al final no resultó ser tanto.
Ahora me dice que se siente tan débil como la anacrusa dentro de una pieza musical, aquella que quiso ser tan grande como la Sinfonía en Do Mayor, KV 96 de Mozart.

Nani. Diciembre 2019

lunes, 16 de diciembre de 2019

TEMORES



Le confesé a mi padre lo que había hecho y algo más tranquilo se quedó. Hice un agujero en el jardín y allí lo metí, le dije. Lo hice con precaución aprovechando que no hubo luna. Le dibujé gracias a mis conocimientos de diseño, un plano con todo lujo de detalles que guardó debajo de un ladrillo movible en la chimenea. Cuando pasaron los años y volví después de aquel duro pero gratificante trabajo, con ayuda del plano lo desenterramos. Allí, delante de nuestros ojos el sobre con las semillas de la paz, resplandeció.


PAPÁ Y MAMÁ

Le confesé a mi padre lo que había hecho y en su mirada vi miedo y preocupación. La verdad es que tirarse de cabeza a montar un negocio era una osadía, pero como siempre fui muy manitas, no podía dejar mis dedos quietos. Hoy cuando se lo recuerdo, se le saltan las lágrimas y me besa. Yo le digo que todo se lo debo a él y a sus habituales, “castigos en el rincón de pensar”. Mi madre decía que era rabo de lagartija, pero todo ello me hizo lo que soy.

Nani. Diciembre 2019