Armario o cornisa serían
ideales para desaparecer, solo que uno es más letal que otro.
No me apetece dejarme caer por ese
saliente del edificio; pero pensándolo bien y ahora que recuerdo, puedo borrar
mi pista definitiva saliendo por la puerta invisible de ese ropero que
perteneció al rey castellano y que compró el abuelo, en una subasta en el
Rastrillo madrileño.
Es lo mejor, para que no me cacen, ni
sigan mi rastro banqueros o Hacienda, pudiendo así evadir facturas e impuestos
que parece debo abonar.
¡Sí, soy un macarra, me viene de familia!
DIVERGENTES
─
¿Armario o Cornisa?, ─dice
─A qué viene eso, ¿no es mejor el
comedor?, ─contesta.
─Si te digo la verdad, la cornisa además
de estrecha, me parece peligrosa. El armario es oscuro y huele a suavizante. No
me parece el lugar adecuado, ─continúa.
─ ¡Mira que eres exquisita y delicada!, ─insiste.
─No se trata de remilgos, sino que no me
gusta mezclar olores y el vértigo no me dejará pasar bocado. Tu originalidad a
veces creo que es aposta. Seguirte es vivir en la cuerda floja. No me gustaría recibir
el pasaporte eterno, ─remata.
─ ¡Paciente soy!, ─dice en voz baja.
Nani.
Abril 2023