sábado, 1 de julio de 2023

LA CASA HECHIZADA

 


Imagen subida de la red


Aquella casa que decían estaba embrujada, era de los señores del pueblo.

Todos los niños deseábamos entrar a verla. De boca en boca, o de boca en oreja (como parece es más correcto) se corría el bulo o la certeza de que no le faltaba de nada, ni siquiera misterio.

Cuando pasábamos para ir de vuelta del colegio, los chicos más osados se atrevían a saltar la verja y mirar por los ventanales. Husmear en el cobertizo y hasta en la cochera, pero nunca encontraron nada raro, ni brujas, hombres lobo o niños monstruo.

Tan solo Pedrito que era muy atrevido, un día se tropezó con la anciana que habitaba la casona. Ella le amenazó con denunciarlo a la policía, si volvía a saltar. Aunque ahora que ya soy mayor, creo que lo hizo para que no volviera a repetir el salto, ya que era peligroso e incluso en una ocasión se dislocó una mano.

Cuando paso y veo las enredaderas y las hiedras que tapan fachada, ventanas y casi todo el edificio, dándole un aspecto tenebroso, frio y aterrador, sigo con el mismo deseo de adentrarme y averiguar si de verdad hay algo extraño en la casona.

Me contaron mis padres cuando estaba estudiando en la ciudad y volví en unas vacaciones, que encontraron en el jardín casi desfallecida, a la anciana del lugar y que días después falleció en el hospital, tan sola como había vivido siempre. Su abogado y servicio, cerraron pasados unos días la casona y ahí sigue tal cual, solo que, con más misterio, más tenebrosa por la dejadez y bastante más atractiva para mí, que he sido siempre curiosa por naturaleza.

Un día de los que hacía mi ruta matutina en bicicleta y me dirigía al gimnasio, al pasar delante de la casa de mis desvelos, vi como la puerta de la verja estaba abierta y me invitaba a pasar.

Dejé la bicicleta apoyada en los hierros y me adentré como poseída por algo que me impulsaba, sabiendo que estaba profanando una vivienda que no era mía, ni había sido invitada a adentrarme primero en el jardín, más tarde y con cierto temor, empujé la puerta de entrada que también cedió a mi requerimiento.

El recibidor estaba polvoriento y olía a rancio. Me paré para ver por donde seguía husmeando y decidí adentrarme en la salita de la derecha. Era muy coqueta y acogedora, a pesar del polvo que cubría muebles y mesita. Sobre ella, había un libro que recordé haber leído de jovencita. Se trataba de una edición de Tom Sawye, muy antigua pensé al observar la portada, con letras plateadas incrustadas en el lomo. Tenía un marcapáginas marcando la página nº 15. Estaba dibujado a mano con una dedicatoria que decía: “A mamá la más bella de las bellas y las más dulce de todas”.

Al observar estos detalles, la inquietud que tenía al principio se fue disipando. Cerca del libro, había también una tacita de té posado en un platito a juego, con motivos florales, rosas y azules y dentro de la tacita, una cucharita debía de ser de plata, porque estaba ennegrecida por el paso del tiempo.

Todo en aquella habitación, parecía detenido en el tiempo.

De pronto me estremeció un ruido, que no fue ni más ni menos que el cierre de una puerta ocasionado por la corriente de aire, con el consiguiente sobresalto que me erizó el vello.

Miré a todos lados porque el impacto me inquietó, pero pronto me aseguré que por mi descuido y haber dejado la puerta abierta, estas cobraban vida propia.

Salí otra vez al recibidor y pude comprobar efectivamente, que la puerta se había cerrado y no le di la menor importancia.

Como estaba en la casa que siempre me había fascinado, decidí subir las escalitas de mármol blanco y haciendo los ademanes de una gran señora ataviada con miriñaque, comencé el ascenso sin importarme que estaba allanando una propiedad ajena.

El primer rellano se dividía en habitaciones a derecha e izquierda. Me encaminé hacia la izquierda. Una puerta estaba entornada llamándome la atención. La empujé y pude observar que era un dormitorio de chica, ya que había muñecas, decoración muy femenina y sobre el tocador, espejitos, peines, cepillos de pelo y cajitas de música. La cama estaba cubierta por un edredón a juego con las cortinas y sobre dicho edredón, una caja con cartas y un cuaderno, dando todo ello la impresión de haberlo dejado allí por un descuido o un momento de apresurada prisa. Pienso que el libro de la salita bien pudo ser de la chica que habitó esa habitación.

Una vez se escuchó que los señores perdieron una hija jovencita. Había ido a recoger fresas, pero la encontraron ahogada en el rio.

En ese instante comprendí la soledad de los habitantes y el descuido de la casona que los acompañó hasta el final. Pero no encontré nada de casa embrujada o extraña. Soledad y amor desgarrado, nada más y nada menos era lo que allí se respiraba.

Me di la vuelta, sabiendo que ya no debía escudriñar más sobre los habitantes que residieron en la casona.

Emprendí la bajada y me pareció ver como una sombra iba de un dormitorio a otro. No me afectó en absoluto, sino que consideré que me estaban despidiendo y bajé con tranquilidad, deseando que todos en el lugar que se hallen, tengan la paz que no consiguieron en los días que allí vivieron.

 

Os animo a pasar por la página de la Fundación Five Words, que tras haber sido durante 10 años La Asociación Cinco Palabras, desde hoy ha pasado a ser fundación.

Además a todos los que por aquí andamos que somos forofos de las letras, os puede interesar el "I Concurso de Microrrelatos Cinco Palabras 2023-2024.



https://fundacioncincopalabras.org/concurso-literario/

Nani. Julio 2023

sábado, 24 de junio de 2023

MODAS Y MODOS, O DISTINTAS FORMAS

 


LAS PALABRAS DE JUNIBEL LANCHO

Las palabras de Junibel Lancho son las siguientes: 

Dolor, suicidio, acompañamiento, salud y soledad.


Las vocales sienten dolor y tristeza, al comprobar el suicidio de algunas palabras, que, por economía y rapidez en los mensajes escritos, desconciertan a mayores y eruditos del lenguaje.

Siempre fueron el acompañamiento imprescindible de algunas consonantes para conservar la buena salud del vocabulario, que en soledad no brilla de igual manera. Aunque la RAE parece no temer por los cambios.

Hoy por hoy, tendría que preguntar a un profesor de gramática, si corrigiendo exámenes no suda la gota gorda. 

Por el contrario, me pregunto: ¿Tendremos que estudiar una nueva lingüística?

 

Nani. Junio 2023

miércoles, 21 de junio de 2023

EL BAILE

 


Foto cogida de la red


¿Quién es este señor? ─Dijo mamá.

Mis hermanos y yo nos quedamos atónitos mirándonos. Los ojos de papá llovían como nunca los había visto.

Sobreponiéndose, papá la invitó a bailar y ella le contestó que le pidiera permiso a su padre, que todavía no había cumplido la mayoría de edad y, debía autorizarla.

Papá se acercó a Juanito, nuestro hermano y este asintió.

Bailaron toda la tarde y mamá me contó, que había un señor que le había recordado a algún conocido, pero que no sabía a quién.


Nani. Junio 2023

domingo, 18 de junio de 2023

SIN PROBLEMAS

 


LAS PALABRAS DE JAVIER MARTÍN

Las palabras de Javier Martín son las siguientes:

Bipolar, barandilla, túnel, humor y mental.


Mis padres decidieron llevarnos a un especialista que les recomendaron, no estaban seguros de qué pasaba.

Salimos con un diagnóstico. Yo bipolar, mi hermana de altas capacidades y un chico normalito, mi hermano.

Los pobres creyeron que el mundo se les caía por la barandilla, mientras bajaban las escaleras. Pareciera que pasaran por un túnel que los oprimía, habían dicho al doctor.

Con humor deben tomarlo, ─respondió D. Eusebio. Piensen que la salud mental mejora, si se sabe el motivo y como acatarla.  Son circunstancias que hoy se conocen y tan normales, como el color de los ojos.

 

Nani. Junio 2023

viernes, 16 de junio de 2023

SÍ, NO, NI IDEA

 


Neill Blomkamp con sus recién fundados ‘Oats Studios’,

Sí, fracturada soy o estoy, tal que si fuera una obra o diseño de un prestigioso ingeniero electrónico.

No se te ocurra tocarme, porque puedo propinarte una descarga tan potente, que no solo sentarte de culo en el suelo sería tu inminente reacción, sino que incluso te podría lanzar al espacio de dónde dicen procedo.

Tengo tantos iones positivos y negativos, que sería capaz de iluminar o no, todo el globo terráqueo, aunque mejor me estoy quietecita al respecto que no está la cosa para gastar energía innecesariamente. ¡No sabemos que no espera y por lo menos, necesitamos seguir congelando alimentos e iluminar a nuestras jóvenes generaciones, que los pobres andan más perdidos que el barco del arroz, más o menos como todos, pero la experiencia ayuda! Así que mejor, aprovechamos la energía para si podemos y nos dejan, dejarles positividad dentro de lo que cabe, aprendizaje del bueno (que, dicho sea de paso, tampoco sé muy bien cual es).

Unas veces nos dicen que tal cosa, reacción o investigación son las adecuadas, como a la vuelta de la esquina, nos comunican todo lo contario, así que creo que lo mejor es dejar la propia experiencia y que Dios los coja o nos coja confesados, porque vaya usted a saber por dónde van los que realmente mueven hilos.

Lo mismo ni soy una fractura del universo, sino un potente conjunto de átomos que no interesa que se desarrolle, para así no dejar al descubierto el ego de los interesados en hacernos creer, que no somos nadie.

En fin, que después de esta reflexión conmigo misma, me voy a ver si hago un revuelto de espárragos de la cosecha de mi cuñado que anoche me regaló, ya que los torcidos no los pueden vender y estos más desproporcionados son los que nos comemos los que verdaderamente los cosechamos. ¡Una incoherencia más de esta vida, como pasa con los pepinos o los tomates y, así nos va!

 

Nani. Junio 2023

martes, 13 de junio de 2023

SIN OLVIDO

 


 Foto subida de la red

Ahora intentan borrar todo lo que les grabaron a hierro, ─contaron en su momento.

Fueron marcas que les dejaron mientras estuvieron en aquel barracón.

También el hedor a chamuscado, cuando los que salían ya no volvían.

 

 

NI LA MILÁN

Ahora intentan borrar lo que dijeron aquel día, solo que la tinta de las palabras sucias y peores hechos, permanecen por siempre en la pizarra. No existe el borrador adecuado, ni el olvido preciso.

A veces, solo a veces el alzhéimer olvida, pero deja la huella y queda el hueco del dolor.

 

Nani. Junio 2023

sábado, 10 de junio de 2023

FERIA DEL LIBRO

 


Imagen subida de la red


Asistía a la feria del libro. Firmaba mi autor preferido. Había adquirido el ejemplar de la última publicación de dicho autor y me hacía una ilusión grande, hablar con él y me firmara. Tendría un recuerdo personal de la persona que más me hace sentir e ilusionarme ante unas hojas como otras tantas, pero con el toque personal de un autor inigualable, al menos para mí.

Llovía a cántaros y esperaba bajo mi paraguas al final de la cola. No me importaba que la lluvia movida por el viento, mojara mis bonitas medias y los botines recién estrenados.

Las horas pasaban y el tiempo se hacía eterno a los que esperábamos. De buenas a primeras, empezó a tronar y los relámpagos impresionaban aún más, cuando me tocó pasar a la firma.

Al tener frente a mí al respetado y admirado autor, no me salía palabra alguna, ni siquiera para saludar. Creo que me preguntó cual era mi nombre, pero atónita como estaba, no acertaba a decir que me llamaba Lucía.  Creí olvidar hasta mi nombre por unos momentos. Después le contesté y a duras penas, le conté que disfrutaba mucho con sus libros. Me firmó el ejemplar que llevaba, me dio un fuerte apretón de manos y cuando me disponía a darme la vuelta, me llamó por mi nombre. Me quedé paralizada y el corazón quería salirme por la boca.  Me paré en seco y con la mirada le interrogué. Me dijo que una chica tan joven como yo, como era posible que leyera a un autor tan mayor como él, en lugar de estar escuchando a los grupos de reguetón tan actuales hoy en día. Le contesté que siempre había escuchado en casa música instrumental, clásica y muchos boleros, así como la música de los 60, por lo tanto, no me llamaba demasiado la música actual. Que mientras leía, me había acostumbrado a escuchar la música que mis padres siempre ponían en el tocadiscos, que para ellos era su mejor joya y por lo tanto, también para mí.

Cuando terminé, me pidió que me sentara de nuevo en la silla que había para los que íbamos a pedir su firma, retiró unos libros de una torreta que tenía de tomos sobre una mesita auxiliar y me preguntó cuales no había leído. Le contesté que todos los que allí me mostraba, ya que mis padres fueron también lectores asiduos de sus escritos. Entonces me ofreció un bono para que retirara en una librería que había por allí cerca, los libros que deseara adquirir. Me entregó también su tarjeta personal, con su número de teléfono y me pidió que le llamara cuando me apeteciera. Por último, me dijo, que había sido el sol que había entrado en la caseta de firmas y siempre pedía llegara en algún momento, ya que últimamente solo percibía el desmesurado consumo y no, el placer que puede proporcionar la literatura, fuera suya o de otra persona.

Le di miles gracias y me despedí más contenta que unas castañuelas.

Esta vez, cuando le ofrecí de nuevo mi mano para estrechar la suya, me pidió permiso para darme un par de besos y pude percibir su perfume. Olía lo mismo que los libros recién salidos de la imprenta y al sublime perfume que da la madurez y la inteligencia.


Nani. Junio 2023