lunes, 20 de mayo de 2024

CON EL TIEMPO JUSTO

 



Huyendo de Ucrania

Sale apresurada con su hija de la mano y el de seis meses en brazos.

Se colocó con anterioridad la mochila grande, en la que puso algunos pañales, sándwiches, unos pocos frutos secos que tuvo la precaución de comprar cuando ya se escucharon los primeros rumores, dos botellas de agua y mudas de los críos. Pesa, pero no le importa, debe salir cuanto antes y llegar a la estación de ferrocarril.

Iván se había ido el día anterior destrozado, porque lo requería su patria. ¡Eso le dijeron, pero maldita la gracia que le hacía, dejar a su familia a la aventura saliendo del país para llegar a no sabían dónde! Le prometieron acogerlos en el sur de España, alli viven unos primos.

Dio el último vistazo a su pequeño hogar, y cerró. No se paró ni se volvió a mirar lo que dejaba atrás. Tenían que llegar con tiempo y aunque no era muy lejos, llevaba demasiado peso que compensaba con la mochila, pero por más que le pedía a su pequeña que se diera prisa, eran pasos de seis añitos.  La niña no decía nada. Era como si percibiera que les pisaban los talones el ogro más feo de los cuentos del abuelo.

Le apenaba observar como de un día a otro, los niños habían dejado su inocencia en las casas, para huir con sus madres, sabiendo que sus padres se quedaban. No lo sabría precisar, pero en sus ojos se ve dolor, ese que nunca conseguirá arrancarle y que le marcará para siempre.

Algún padre volverá a reunirse con ellos, aunque la mayoría saben que les besaron y despidieron por última vez.

De golpe, la detuvo un fuerte tirón y sus pensamientos se paralizaron. Era la pequeña que había tropezado y caído sobre el agreste terreno. No lloraba a pesar del raspón que se había dado en la rodilla y que se veía a través del agujero que se hizo en sus gruesas medias de lana. Era como si a pesar de su corta edad, supiera que lo primordial era salir de allí.

Da las gracias por haber puesto otras medias en la mochila. Ya coserá estas en la ocasión que pueda. Puso un neceser con utensilios precisos, como yodo y agua oxigenada, pero en aquellos momentos, aunque debería curar la herida, sabe que no pueden detenerse.

Seguía la pequeña sin llorar y eso le partía el alma. ¿Cómo puede haber crecido tanto en tan poco espacio de días?, ─piensa─, cuando hacía tan sólo una semana se tiraba al suelo con una rabieta si no le daba una simple chuchería.

Le pesa el alma por tanto dolor, mucho más que el hijo que lleva en brazos y la mochila. Quisiera abrazarla, besarla y decirle lo mucho que la quiere, pero ahora es más importante huir.

A lo lejos se escuchan los estruendos y no quiere que mire, ni hacerlo ella. ¡Siempre adelante mi niña, siempre adelante, ─piensaba para darse ánimos a sí misma─, ya queda poco!

Cuando se ve a lo lejos la estación, es la pequeña la que la señala y dice:

— ¡Mamí, mira el tren!

Le aprieta fuerte la mano y ella le corresponde.

Al entrar en la estación, le preguntan si tiene pasaje y con dificultad, les enseña los papeles que lleva preparados en el bolsillo del abrigo. Les dice que su marido lo dejó todo arreglado antes de incorporarse al ejército. Les dan un vistazo y asienten. Las hacen pasar a lo que fue la sala de espera, que está abarrotada, pero con un silencio sepulcral. ¿Cómo habiendo tantos niños no se escucha nada, a excepción de algún sollozo casi en silencio y el llanto de algún bebé?, ─repite para sus adentros─, es como si todos adivinaran que es un momento crucial y definitivo.

Se alegra de no haber retirado todavía la lactancia al pequeño. Al menos él estará alimentado y tranquilo, durante esta huida hacía no sabe dónde los lleve, ─sigue pensando.

Unas niñas que hay al lado y ocupan unos asientos, se levantan y se los ofrecen. Les agradece el gesto ¡tanto!, se le debe notar que están desfallecidas. La mujer pide a su pequeña que se siente con ellas, las tres apretaditas y ella ocupa una de las butacas, después de quitarse la mochila y dejarla a sus pies.

Siente un gran alivio al descargar algo de peso físico y el que le da saberse ya en la estación con sus pequeños. Ahora dependerá de cuando llegue el tren y como los ubiquen, pero ya está en el lugar donde hay más personas como ella y un poco arropada se siente.

Recuerda a sus padres que están intentando salir con su hermana pequeña, pero que aún no se han convencido del todo. Papá dice que se queda a defender lo que tiene y mamá, que le acompaña.  Al pensar en los tres, no puede evitar unas lágrimas que intenta disimular, para que el chiquitín que está enganchado a su alimento, no perciba la amargura que lleva por dentro, y su pequeña no vea a su madre triste.

Sonríe a la niña y con esfuerzo saca una botella de agua que le ofrece. Pobrecita mía, estará sedienta después de la caminata y ni ha rechistado, ─sigue pensando. La niña bebe con ganas y se queda casi dormida entre las otras dos chicas. Intenta instalar de nuevo la botella en el mismo lugar que había ocupado, pensando, que ojalá todas las familias ocupen de nuevo su lugar, aunque sea a duras penas, como acaba de hacer con la botella.


Relato publicado en el nº 28 de la revista PANSÉLINOS del mes de mayo 2024.

La puedes descargar y leer en el siguiente enlace. Espero que la disfrutes: 

https://drive.google.com/file/d/1sTXcCIrwuByByW4btgKWFZ4BN2H7OdfS/view?pli=1





Nani, Mayo 2024

viernes, 17 de mayo de 2024

DOMINGO EN EL PARQUE

 



La fotografía es de Garry Winogrand

 

De pequeña mis padres nos llevaban al parque en el centro de la ciudad, donde los domingos acudían muchas personas de la zona y alrededores. Había un templete en el que la banda de música dirigida por un señor robusto y ya rozando la edad de jubilación o quizá pasándola, dirigía a los músicos y ofrecían un delicioso concierto, compuesto por piezas de Mozart, Beethoven o Ravel para comenzar, mientras el personal se arremolinaba alrededor y se colmaba de espectadores que lo que disfrutaban de verdad, eran las partes musicales de las zarzuelas Agua, azucarillos y aguardiente, La Verbena de la Paloma o La Rosa del Azafrán por nombrar algunas de ellas, siéndoles mucho más familiares.

Por entonces aún era muy pequeña y junto a mis amigas y cogidas de la mano, dábamos vueltas saltando al ritmo de las melodías, por todo el rededor de la glorieta donde como por arte de magia, disfrutábamos de la armonía los más pequeños. Los padres de pie y con una sonrisa, nos vigilaban mientras con voz inaudible, cantaban las letras de todas las piezas que tan familiares resultaban a la gran mayoría y que alguna vez que otra, rompía dicho placer el más travieso del pueblo reventando algún que otro petardo a los pies de la concurrencia.

Las jovencitas siempre más apartadas y en los bancos de madera o piedra, se apiñaban para comentar los vestidos de las chicas más modernas que lucían vestidos adquiridos en el Corte Inglés o Galerías Preciados y que a las chicas más humildes, sus madres copiaban y confeccionaban durante la semana en la salita de casa, para lucirlos al domingo siguiente. Otra cosa que se hacía en aquellos bancos, era hablar de lo guapas o menos agraciadas que iban algunas chicas y lo atractivos que eran los jóvenes que más apartados, fumaban sus primeros pitillos en lugares donde no fueran vistos y reprendidos por sus mayores.

En aquellos bancos, la mayoría se ponía al tanto de todo lo que iba y volvía, las tendencias que llegaban y fue una de las más cotizadas salas de estar y donde se instituyó sin duda la tan cotizada prensa amarilla, rosa o quizá la apertura y salida de detrás del visillo de la ventana, de la diversidad de cotillas que suele haber en todos partes y que sin querer o queriendo, todos llevamos dentro.

 

Nani, mayo 2024

sábado, 11 de mayo de 2024

CAPRICHOSO EL DESTINO



Las Cinco Palabras del mes de Mayo de Mariló Sánchez Galdeano son ...

Mujer, sororidad, morado, cariño y madre. 


Sí, mujer, aunque no la esperada. Fuerte en apariencia y femenina para quien supo verla. La sororidad la entendió dando la mano, fuera o no mujer, pequeña o grande o si se ganaba el sustento arrancando hierbas o en una oficina. El empoderamiento así lo entendió. Dijeron que dio más de una zurra verbal, a quienes vistieron de morado la piel de aquellas que no supieron cambiar su destino. Demostró el cariño con respeto. Y aunque no pudo ser madre gestante, lo fue de todos los hijos de la tierra que la necesitaron y ella adoró.

 



Os dejo a un nuevo cantante como profesional (es su segundo sencillo "single"), pero con una larga carrera musical, por si os apetece seguir a LOPE CANOVACA. Nos deja una optimista y alegre canción. ¿Te apuntas a mover el esqueleto y a  seguir el ritmo? de "NO PARARÉ".

Si te interesa, el primer sencillo salió a la luz y a las plataformas hace unos meses, busca "TODO DE TÍ" de Lope Canovaca, seguro que te gustará.

Nani, mayo 2024

lunes, 6 de mayo de 2024

CERTERO

 


Imagen subida de la red


Pagaba al asesino por el trabajo realizado con un disparo. Decía que en boca cerrada no entraban moscas.

 

BAJA DEFINITIVA

Pagaba al asesino por el trabajo realizado con un aperitivo, un fajo de billetes y un suculento vino de cosecha. Tras degustar tan ricos manjares, el dinero regresaba a la billetera y el asesino, no volvía a ejercer los dotes asignados por la naturaleza.

 

Nani, abril 2024

viernes, 3 de mayo de 2024

REGANDO LA VIDA

 


 

La imagen  es de Virginia Lekuona.

 

─ ¿Qué hago? Creo que es evidente, riego el mar.

─ ¡El mar ya está mojado y no es necesario regarlo!

─ ¿Qué no es necesario? ¿Sabes que hay dentro de esta regadera?

─Agua, sobre agua. ¿Te quieres quedar con nosotros?, es como dicen en mi pueblo: “Pan con pan, comida de necios”.

─El agua de mi regadera es especial y puedes creer que estoy loca o que hago cosas de necios, pero eso no me importa.

─ ¿Bendita acaso, del manantial de los milagros o que cuento nos vas a contar?

─ ¡No llego tan lejos a recoger agua y no es milagrosa, ni bendita! Es el agua de la vida, la que bebemos de la fuente y que nace justo al lado de nuestro día a día. La que sigue el mismo sendero que nosotros, cuando nos levantamos y damos gracias por el nuevo día, los nuevos rayos de sol o el nuevo latido de nuestro corazón.

─ ¡Estás loca, mira que se te ocurren unas cosas!

─Cuando siembras las petunias con semillas, ¿no cubres estas de tierra? En ese caso cubres tierra sobre tierra y nadie dice que estás loco. Lo vemos tan normal, pero te has preguntado alguna vez, ¿si el agua del mar tiene sed y necesita agua dulce para calmarse?

─ ¡No entiendo tus razonamientos!

─Tampoco entiendo que mueran niños en las guerras, que cierren oficinas bancarias y un anciano tenga que coger un autobús al amanecer para ir a la ciudad a sacar dinero de “su cuenta” o que la gente se vuelva loca en un estadio de fútbol jaleando a unos chicos tras una pelota y para eso, se hayan gastado medio sueldo. Entiendo tan pocas cosas, que ¡qué más da si piensas que estoy loca y riego el mar, con agua de la fuente, que más da!

─ ¡Y sí, estoy loca! Loca de amor por la vida. ¡Loca por lo justo, loca, loca, loca!!!

 

Nani, abril 2024

martes, 30 de abril de 2024

DE ESPÍRITU SOLIDARIO

 


Las Cinco Palabras del mes de Abril de Rafael Lobeto Lobo son ...

Vida, mar, océanos, arte y salvamento.

  

Conectar con la vida de tío Felipe me emocionó. Iba temprano a pescar a la mar abierta y vendía lo obtenido a pie de playa. Más tarde, lo obligaron a vender en el mercado, pero no podía competir con las subastas de los grandes, por lo que se enroló en un trasatlántico y cruzó océanos, enseñó el arte de la pesca que era lo que mejor conocía, además del respeto que debían a esa manera de vivir los que se ganaron la vida luchando con las olas y formando parte del salvamento que era otro de los valores que le enseñaron.


Nani, abril 2024


 


viernes, 26 de abril de 2024

EL VIAJE

 


 

La fotografía es de Juan Crusoe «Antes de subirnos al Hello Kitty Shinkansen».

 

La aventura más fascinante que viví cuando visité Japón, fue la que nos ofreció el sublime viaje en el tren Hello Kitty. Al principio y aunque era muy distinto al tren de la escoba que llevaban a la feria del pueblo, hubo algo que me lo recordó. No sé si fueron los distintos túneles o el olor a chucherías, algodón de azúcar o, la verdad es que no sabría que decir.

Comenzó el viaje de manera dinámica y atravesamos paisajes de ensueño. Pasamos por puentes que dejaban al descubierto a nuestros pies, lagunas de flor de loto de colores diversos, ofreciendo a los que no estábamos habituados, paisajes llenos de encanto.

Al salir de un gran túnel largo y oscuro, el contraste al contemplar avenidas de cerezos en flor, fue tan maravilloso que casi había que frotarse los ojos para cerciorarse de que lo que se ofrecía ante nuestras miradas, era tan real como nosotros mismos.

Pero aún quedaban sorpresas. Pasamos un túnel y después otro. Ya creíamos que se había terminado la aventura, pero no. Cuando nos dimos cuenta, el continente estaba a nuestros pies y volábamos a una velocidad impensable. Parecía que íbamos a llegar a la luna, porque atravesamos nubes interminables y después el sol nos brindaba un insólito panorama. No sabría decir cuánto duró aquella parte del viaje, lo que si tengo la impresión es que transcurrieron días ya que caímos en un dulce sopor, que nos mantuvo tranquilos y percibiendo tan solo un sonido relajante que nos invitaba a dejarnos llevar.

Cuando alcanzamos al lugar de destino, bajamos y nos encontramos una fiesta de delicias y sabores. Al preguntar en qué lugar nos hallábamos, nos dijeron que nos limitáramos a disfrutar que el viaje de vuelta era largo y había que recuperar fuerzas, puesto que lo mismo llegábamos a recrearnos en otra aventura en los alrededores del monte Fuji y que lo de menos era saber si estábamos en la Tierra, la cara oculta de la Luna o en un planeta desconocido, que la mejor de las sorpresas de la vida, es disfrutarlas y nada más. Qué la vida puede ser algo más, si nosotros queremos que así sea.

 

Nani, abril 2024