La
imagen es del fotógrafo sueco Fredrik Axling.
Me
he levantado con ganas de pintar la vida. Esta noche he soñado que tenía
poderes y que no me gustaba lo triste y oscuro que estaba todo por este mundo.
He
decidido para empezar, dar pátina en algunos lugares y en otros, unos tonos luminosos
que alegren un poquito el estado decaído del hombre.
Me
voy a permitir por unas horas, jugar a ser dios y cambiar algunos semblantes e
intentar darles la vuelta a los pensamientos de algunas personas, que son
demasiado influyentes en lo que hoy nos rodea, por ello, cojo mi paleta de
colores y salgo a la calle. Comienzo en una pared que en su día fue blanca y
hoy, llena de carteles deprimentes y pasados de moda. Pienso que no podré
llegar hasta arriba, pero algo se me ocurrirá, ya veré como hacerlo. Para empezar,
he pintado un pino, otro y muchos más. La parte izquierda se ve luminosa, el
verde de las hojas que he utilizado es muy brillante. Descanso un ratito y
pienso como seguir con el resto, pero se está haciendo un poco tarde y se me
ocurre escribir antes de recoger: ¿Quién se atreve a pintar un arco iris y
debajo, personas dando abrazos? Vuelvo mañana y entonces seguimos.
Cuando
llegué a otro día, encontré un luminoso arcoíris y muchas personas abrazadas.
Había unos chicos pintando los abrazos y también personas sonriendo. Con todo
ello me di por satisfecha y pensé, que el experimento estaba dando resultado.
Entonces
me volví y me senté en un banco un poco apartado. Mientras me tomaba lo que
preparé para desayunar, pensé que a veces jugar a ser dios sin obsesiones ni fanatismos,
puede salir bien.
Nani,
octubre 2024