sábado, 30 de abril de 2022

SANANDO MI CACHITO

 



Foto cedida por Bienve Fajardo López

Desde que supe que la tierra está enferma (lo escuché en la emisora que mamá pone mientras hace la comida y yo desayuno), pedí para mi cumpleaños me regalaran un equipo de médico. Quiero curar a la tierra y quiero saber si sufre para decirlo en el cole. Nuestra maestra siempre nos dice que debemos cuidar de todo y más que nada ahora, del medio ambiente. Le preguntamos que era eso y cuando supimos que si no cuidamos de todo lo que nos rodea y que se llama naturaleza, no podrá sentirse bien la tierra, ya que a veces ponemos demasiada basura por todos sitios, sin llevarla a los contenedores y que, si no colaboramos, todo irá peor. También nos dijo que, si usamos menos bolsas, menos ropa, ya que al fabricarla se utiliza mucha agua que es más necesaria para regar o para beberla, pudimos entender un poquito más la enfermedad que sufre la tierra. Al entender mejor todo lo que nos fue explicando la seño, con más empeño seguía queriendo mi equipo de enfermería y medicina y todos los días cuando me preparo para ir a clase, en el mapa que tengo en casa, paso mi fonendoscopio para ver el sonido del pedacito donde vivo. El cachito de tierra me cuenta y yo lo digo en clase, así que todos estamos muy implicados y junto a la seño, hacemos ejercicios que sabemos nos servirán para al menos, poder adquirid un poquito de educación que dice es la mejor medicina que necesita el medio ambiente.

Nani. Abril 2022

jueves, 28 de abril de 2022

QUEDAN LOS RECUERDOS

 


Imagen de la red

Recuerdo a mamá cogiendo margaritas del campo, mientras su largo pelo y su vestido de batista, se mecían al viento. Recuerdo cuando nos llevaba a correr por la era, cuando limpia estaba. Entonces no había columpios, ni parques, ni aceras, solo charcos cuando llovía, polvo en la calle, desollones en las rodillas y leche migada al llegar la noche. Recuerdo cuando papá salía con veinte cabras y al regreso, olía a tomillo y jara. Recuerdo a mis hermanos con mocos a veces, pelo revuelto y ojos de abubilla. Recuerdo cuando la vida olía a limpio, hoy huele a cloaca.


Nani. Abril 2022

martes, 26 de abril de 2022

CANIJO

 

Las Cinco Palabras hoy llegan de un fabuloso atleta español, José Luis Blanco, que nos apoya en nuestra II Carrera Solidaria Virtual para la Erradicación de la Mutilación Genital Femenina, junto a otros grandes atletas españoles como Martín Fiz y Nicolás Abizanda.

Las palabras del atleta de Girona ,José Luis Blanco , son: 

Tesón, sacrificio, perseverancia, gratitud y constancia.


Enclenque le dijeron siempre. Canijo lo apodaron. Quizá por aquellos apelativos, se creció y con tesón se formó como la Providencia le dio a entender. A cambio, mucho sacrificio. Las circunstancias no parecieran estar a su favor. Su perseverancia le caracterizó. Acudía al colegio con aquellas muletas que primero fueron de palo y más tarde, mucho más resistentes las que la ONG le proporcionó. Siempre con gratitud siguió adelante. Constancia fue su emblema y el nombre que le puso a las piernas artificiales, para recordar que achantarse no cabía en su vida, ni en su pensamiento.

 

Nani. Abril 2022

domingo, 24 de abril de 2022

SOY YO

 



Soy grumete en el papel que desempeño en esta vida del carajo, que dicen se nos asigna. Por ello voy buscando atracar en la playa de la ilusión y la luz.

Nos enseñan a competir y no es eso lo que busco como mujer, sino ocupar mi lugar.


Relato finalista junto a 30 compañer@s más, en el "VIII Certamen YK de Relatos 2022". Habiendo quedado ganador Miguel Ángel Molina. Pinchando aquí podéis leer los 31 finalistas.


Nani. Abril 2022

sábado, 23 de abril de 2022

INOCENTES

 

Foto ofrecida por Bienve Fajardo López "Amigos de Valencia Escribe"

Somos marionetas en manos de unos puñeteros iluminados que nos venden unos colores, unas banderas o una manera (su manera de ver el mundo y que no es la que conviene al ser humano). Nos lo tragamos y tan contentos, nos ponemos y colocamos a los nuestros en sus manos. Cuando queremos darnos cuenta, estamos pegando tiros, matándonos unos a otros, sin cuestionarnos que disparamos a nuestros padres, hermanos o amigos. O simplemente al vecino de al lado. Si queremos retroceder, ya no es posible, estamos en una trinchera, en una fosa común o desesperados porque han destruido nuestro bien más preciado, que es el alma y nuestro pensamiento. Así que, para poder seguir viviendo, recurrimos a los productos químicos, sean cuales sean y seguimos consumiendo lo que ellos nos siguen ofreciendo. Porque si no hubiera armas y drogas que dicho sea de paso, las fabrican y nos las venden “ambas”, siempre con nuestro dinero para ellos enriquecerse, todo sería normal. Pero la normalidad para los iluminados, no debe existir. Ese es su objetivo y por eso nos ponen cebos tan atractivos, entre neones iluminados, oropeles y mierdas envueltas en papel plata.  Y lo peor es que después, se ríen de nuestra inocencia.


Hoy es 23 de Abril, día de san Jorge y día del libro. Os deseo un día precioso, lleno de letras y buenas lecturas y si es con rosas, ¡mejor!

Nani. Abril 2022

jueves, 21 de abril de 2022

DICEN QUE ERAN OTROS TIEMPOS

 


Relato publicado en la revista Nº 2 "Pansélinos", En el enlace siguiente podéis leerla:

https://drive.google.com/file/d/1yr27JhWq3kkZklX7KKgRBtDoL4k72qHl/view


Nací en una época dura, pero gracias a la familia, se suavizaban las carencias y todo lo que una situación semejante, acarrea. Recuerdo que los bocadillos de los niños, cuando salíamos a la plaza a jugar, nos sabían a gloria. El pan con aceite y azúcar el día que lo había o ese pan con manteca de la matanza, eran manjares de los dioses.

Luego, cuando volvíamos a casa mientras mamá preparaba las acelgas de la cena con unos ajitos, para que estuvieran más sabrosas; pedíamos a papá y mamá que nos contaran que les pasó, mientras eran jóvenes y la guerra les hizo vivir miedos, estallidos de bombas, carreras hasta el sótano cuando lo había o aquellos refugios improvisados que sus padres hicieron, para protegerlos en mitad de lo que había sido campo y siembra, aunque según nos contaban, lo pasaban mucho peor los familiares que vivían en el pueblo o las grandes ciudades que eran el objetivo de las bombas.

En particular me gustaba la historia de tío Juan, que fue cabrero hasta en los momentos más difíciles. Procuraba ir con las cabras, por los lugares donde había cuevas en los mismos tajos que rodeaban el pueblo y que le protegían en momentos de peligro, como cuando los aviones llegaban con una nueva carga de bombas que dejaban caer a diestro y siniestro. Esas cuevas siempre se habían utilizado para guardarse del calor, frío y lluvia, pero en aquellos momentos, eran su mejor refugio ante los desastres de la horrible guerra. Además, no quería alejarse demasiado. Dejaba a sus padres y hermanos en el pueblo, a merced de todo lo ruin que estaba sucediendo. Su misión era alimentar el ganado y gracias a su labor, había leche para los niños, abuelos y el alimento no faltaría a los lugareños; siempre podrían recurrir a un cabrito si no había otra cosa.  El tío Juan, llevaba el ganado a pastar por las encinas y las hierbas que crecían a desmadre, ya que los campesinos que podían labrar la tierra, estaban todos en el frente; creciendo las hierbas a su antojo, así como las zarzas y matojos, que las cabras ayudaban a que no crecieran demasiado, limpiando caminos y al mismo tiempo, consiguiendo alimento y buena leche. Los días que podía llevarlas a los tomillos, la leche tenía un aroma y sabor especial, ese que tanto gustaba a los abuelos y no tanto a los niños. Para los mayores que estaban protegidos y que sus piernas no le permitían salir a campear a sus anchas (podían llegar los bombarderos y no les diera tiempo a refugiarse), al menos les llevaba el sabor de todo lo que habían vivido cuando había libertad y alegría para sembrar, recoger e ir con el ganado a campo abierto, sin dificultad y con la lucha del día a día, que no era la que esos tristes años de conflicto, vivieron y sufrieron.

Más tarde nos contaba padre con lágrimas en los ojos, que hubo mucha miseria, mucha hambruna y mucha falta de todo, ¡hasta de cariño! Porque al que no le faltó un padre, fue un hermano o varios y siempre terminaba diciendo que todo esto que nos contaba no debíamos olvidarlo, porque si se olvida, es como si no hubiera sucedido y se podría repetir y esto era algo que todos debíamos tener siempre presente.

Esta parte era la que menos me gustaba, no por lo que padre expresaba, sino por verlo tan triste y por saber que escondía demasiado dolor en su pecho.

Mientras escuchaba las historias de padre, madre cocinaba y a veces la vi limpiarse con la manga unas lágrimas silenciosas que intentaba disimular.

Ahora, cuando veo los informativos o las discusiones de algunos políticos, me pregunto si alguna vez le contaron sus padres algo parecido o si ellos no tuvieron dificultades, porque de lo contrario, se abrazarían en lugar de insultarse, se respetarían y procurarían que todos los desvalidos de la tierra, tuvieran lo que les corresponde en lugar de pensar en hacer armas, misiles y lugares de exterminio. A veces, con todo el dolor pienso que en lugar de corazón tienen una piedra que ha ido rodando río abajo e incluso, hasta puede que esté tan desgastado que ni sienten, ni padecen. A veces dejo de creer en la humanidad, porque no tiene sentido que haya guerras, hambre, refugiados, xenofobia y todo lo que es ajeno a lo que se entiende por humanidad.

Pero eso lo pienso a veces, ya que sigo creyendo en el ser humano, en la fraternidad y sobre todo, en el amor. Una vez me dijeron que el ser humano es como un granito de arena. Todos esos granitos forman dunas y el ser humano, si se coge de la mano, hace vida, sonrisas y grandes dunas. Solo que como no les gusta hacer ruido, es como si no se les viera. ¡Pero están para dar! y eso es otra cosa que tampoco se percibe.


Nani. Abril 2022

 

martes, 19 de abril de 2022

VALORES NO OLVIDADOS

 


Las palabras del joven atleta de Sabiñánigo, Nicolás Abizanda, son:

Perseverancia, esfuerzo, valentía, empatía y humildad.

Disfrutaba haciendo las tareas agrícolas como su padre le enseñó. Siempre le admiró, sabiendo que sacó adelante las escasas hectáreas de las que disponía, con esas grandes virtudes que le caracterizaba. Aprendió de su perseverancia, sabiendo del esfuerzo que le hizo el gran hombre que, a sus ojos, se engrandecía cada vez más. Valentía nunca le faltó para emprender y arriesgarse, porque luchaba además con las inclemencias naturales y nunca no le faltó empatía hacía sus vecinos que por ello mismo le adoraban. Su humildad y todo su carisma, era un derroche de ejemplos.

 

Nani. Abril 2022