Al abrir la cajita encuentro un surtido de letras sueltas y recuerdo la pasta que mamá ponía en la sopa del cocido. El día que mis hermanos y yo no teníamos hambre, nos entreteníamos mientras ella salía de la cocina, en apostar quién de nosotros sería capaz de colocar alrededor del plato la palabra más larga y si conseguíamos una frase, la algarabía era tal, que hasta mamá entraba agitada y cuando veía el motivo, se unía al juego y aplaudía al ganador, pero lo que no perdonaba era que dejáramos la sopa en el plato. El juego lo seguía, lo celebraba y lo incentivaba, pero también era seguro que en el plato no podía quedar una sola letra. Si la excusa era que estaba fría, nos decía que el santo se nos había ido al cielo, así que no había nada que objetar, la sopa de seguro, antes de irnos a la cama estaría dentro de nuestros estómagos, costase lo que costase.
… pero todos estos recuerdos como decía, los he tenido al abrir la cajita. Hubiera jurado que en ella guardaba dos anillos de bisutería obsequio gentileza de un detergente que en casa se consumía hace ya miles de años. Hubiera jurado que estaban en la cajita y además un colgante que me regaló Jaime (¡Ayyyyy Jaime!, ¿dónde andará?), ¡que críos éramos!
Pero otra vez estoy divagando. Otra vez vuelvo al pasado y no encuentro lo que busco. Hubiera jurado que estaban aquí en lugar de esta colección de letras que no sé como ha venido a parar aquí. Y lo que me faltaba era que se pusieran a bailar. ¡No que parece que tengo un sueño surrealista!
Bailar no bailan, pero mis ojos, mi pensamiento y mis recuerdos si que bailan al son del vals de la cajita. Ha pasado mucho tiempo, pero la cajita de música funciona como el primer día. Sí, me gustaba muchísimo. Sí, se llamaba, ufff a ver si me acuerdo, sí, es “El vals de las mariposas”, ¡que cría era por entonces! … y lo cantabaaaa, a ver si me acuerdo, era, era, ¡ayyyyyyyyyy!, ¡sí, era aquel chico de pelo rizadito ¿asturiano?, ¡me cachísssssss! ¡Ahhhhhhh sí, ya me acuerdo, es Dany Daniel, ¡ayyy cómo me gustaba! ¿por dónde andará?, ¿seguirá cantando?
En fin, me tendré que ir a buscar a otro sitio cargada de melancolía y para colmo, todo por buscar unas simples bisuterías que necesita mi sobrina para disfrazarse en el cole, ¿será posible?
¡Mejor me voy con la música a otra parte!
"VALS DE LAS MARIPOSAS", DANY DANIEL.
¡Cuáaaaaantas veces bailé este vals con mi hija en brazos, enana era por entonces, pero a la puñetera le encantaba dar vueltas y más vueltas en mis brazos!