
El dibujo se lo he cogido prestado a MARIAPAN de: http://carapahn.blogspot.com/
Como tantas veces había hecho de niño, subí al tajo y me introduje en la Cueva del Agua. Desde allí, observaba mi mundo sin que este me coaccionara y volvía relajado, sabiendo si tenían razón los que me rodeaban. Cuando me enfadaba no era capaz de admitir mis errores, ¡siempre me pasaba más o menos lo mismo! Muy pronto supe que debía esperar antes de expresar lo que pensaba, ya que una vez dije algo que dolió tanto a mi hermana, que hoy de mayor, aún me rasca en algún lugar recóndito. Hoy vuelvo a la cueva, porque necesito mirar-les, mirar-me, mirar-nos, mirar, mirar, observar y esperar.
Nani. Noviembre 2011.