lunes, 27 de mayo de 2019

SABER CULTIVAR/SE



Mis hermanos decían que tenía mucha suerte en los exámenes a pesar de no estudiar casi nada. Mis compañeros me chinchaban diciendo que era una malvada por la potra que tenía. Como me daba rabia les tocaba el tambor y las maracas al tiempo que los volvía locos. Por entonces me atormentaban con sus comentarios. De mayor he entendido que la ciencia de las cosas, está en el saber vivir con coherencia y repartir el tiempo como es debido. La abuela me enseñó que no por estar delante de los libros más horas, se aprovechaba mejor lo descubierto.


viernes, 24 de mayo de 2019

MI PRIMERA VEZ




Cuando llegué a la ciudad de los rascacielos, quería experimentar por mí misma todos los tópicos y realidades que se contaban. Dejé en el hotel mi equipaje y decidí ir a cenar a un restaurante que me recomendó Javi, situado en la calle 45. Debería preguntar porque aquello era más grande de lo que había imaginado y estaba un poco perdida. Llevaba mi mapa y diccionario para ubicarme, pero no me resultaba suficiente. Decidí desplazarme en metro por eso de observar, estaba ansiosa por ver a las personas que se desplazaban en ese medio tan típico. Creo que soy una persona muy mediatizada por los film americanos y por familiares que ya habían estado o vivido en la ciudad. Me contaron maravillas y al mismo tiempo, cosas nefastas o que no les habían gustado, por eso mi curiosidad había crecido en demasía. Quedaba un asiento libre y lo ocupé. Frente a mi observé a un señor con gabardina y careta de Mickey Mouse. Pensé que ya empezaba a ver ciertas cosas típicas de las que solían aparecer en las peli o de las que me contaron. Me daba la impresión que dicho señor se fijaba con insistencia en mí y sin poderlo evitar, comencé a sentir miedo. ─ Pensé─, ¿y si cuando me baje resulta ser un lugar solitario y me persigue, que deberé hacer? Acongojada como ya me encontraba, quise entablar conversación con mi pareja de asiento, que resultó ser un asiático que no entendía nada de nada de lo que por mi boca salía. Cuando volví a mirar con cierta precaución al señor de la gabardina, observé que lo que creía era una careta, resultó ser un globo que llevaba una niña y que tapaba todo el rostro del señor. Con gran alivio, sonreí tanto a la niña, su mamá y hasta al señor que a pesar de todo, me inspiraba cierto respeto y con la seguridad de que la mente nos juega muy malas pasadas y más la mía que siempre la llevo llena de pájaros. Decidí disfrutar mi viaje que comenzó a ser bastante divertido, ya que entró en la siguiente parada un payaso de esos típicos (peluca blanca de rizos, nariz roja redonda y cara totalmente maquillada en colores) y, como ya me había mentalizado y visualizado a no dar crédito a mi imaginación, me dispuse a observar y contar las paradas que me faltaban, cuando unos segundos después una voz dijo a través de un megáfono: ¡“Si alguien se mueve lo atravieso”! Giré mi vista hasta donde procedía dicho mensaje, y comprobé que un payaso sostenía un megáfono en una mano y en la otra, una pistola y nos apuntaba a todos los que el vagón ocupábamos. La diversión estaba asegurada, así que empecé a esperar el momento en que aparecería Batman, Superman o el Hombre Araña, pero en la parada siguiente que era en donde debía bajar, el tren pasó de largo, entró en un túnel, las luces se apagaron y tan solo recuerdo que estaba más tarde en un hospital donde me atendía una enfermera vestida a lo Blanca Nieves y unos cuantos enanitos le decían que yo era la madrastra y que no confiara en mí.

Nani. Mayo 2019

jueves, 23 de mayo de 2019

¿QUIENES EVADEN IMPUESTOS?



Me avisan que en casa hay problemas. Como una loca salgo, atravieso la ciudad, Hundo mis pies en el césped, entro en casa y me comunican que han cerrado la pestaña del gas que había en la cocina. Provistos de guantes, recogen la cerilla que parece ser el móvil del delito. Queda averiguar quién nos ha robado la libertad. Hay un pirómano-maníaco, repartidor, ─ dicen; que entra en los domicilios donde sabe  hay gas.
Es un error creer que pagan los ciudadanos con propinas y no quienes contratan. El brillo de la vida ha cambiado por el egoísmo y la irresponsabilidad.


Éstas fueron las Cinco Palabras de la actriz de cine Alexandra Jiménez que nos dio junto a nuestro amigo Guillermo Jiménez Quirós, para nuestros escritores solidarios:
Césped, pestaña, cerilla, libertad, brillo.
https://cincopalabras.com/2019/05/19/escribe-tu-relato-del-mes-de-mayo-iv-alexandra-jimenez-alexandrajimzcf-actriz/https://cincopalabras.com/2019/05/19/escribe-tu-relato-del-mes-de-mayo-iv-alexandra-jimenez-alexandrajimzcf-actriz/


Nani. Mayo 2019



lunes, 20 de mayo de 2019

SEÑORÍA


Sí, soy su esposa aunque a veces haya presumido de soltero. Tenía amistades por doquier o eso contaba y cuando le pedí el divorcio, no me lo concedió. Señoría, solía verle una vez al año cuando era el cumpleaños del hijo no vivido que tuvimos, pero los últimos años no apareció. Decía que llegaría el momento que tendríamos que cuidarnos, pero yo no estaba de acuerdo. No tengo idea de si ha sido cuidado. Tampoco sé para qué he sido requerida, pero si se trata del legado; renuncio a todo. Ya recogí en su día todo el dolor que me correspondió.

Nani. Mayo 2019

viernes, 17 de mayo de 2019

LA TARARA Y EL LAGARTO (Dedicado a Iván y Mario)




La que consideré mi madre mientras me fabricaba, cantaba una coplilla que fue la que me infundió casi todo y así fue surgiendo mi existencia  y con ella, el personaje que me ha tocado representar en las bambalinas y en la vida.
Primero hizo una masa de papel maché y creó mi cuerpo. Me colocó una pierna y sopló, después la otra y más soplos; los brazos y cabeza. Más tarde y con un retal a lunares, me fabricó un vestido al que le colocó unos volantes con otro trozo, pero con los colores invertidos. De papel charol me confeccionó los zapatos de tacón en color negro que eran más elegantes, ─ decía. La peluca la realizó con el resto de lana marrón oscuro con la que hizo un jersey para mi hermana Mariquilla. Me colocó una peina de carey que le había servido a ella cuando era niña, con un clavel rojo y  comenzó a darme vida. Me maquilló y cuando creyó que estaba en mi punto, volvió a soplar tres veces seguidas y me dijo: “Ya puedes buscarte el sustento” y así sucedió. Unos simpáticos titiriteros me adquirieron y me pusieron por nombre “Margarita”; en ese momento me entró un pánico horrible, por si me iban a desojar como a las flores del mismo nombre. Pero no, no sucedió nada de lo temido, sino que me colocaron tras el ventanuco o retablo de un teatrillo de marionetas y con un lagarto, interpretamos para los niños poemas de Lorca donde yo siempre termino cantando la Tarara. Me encasillaron como es normal en este mundo, pero no me importa. Enseñamos a los niños que hay personas que se preocupan de escribir poemas para ellos, obras de teatro, canciones y todo lo que les pueda aportar sabiduría, ejemplos y además, risas a montón. Soy feliz cuando escucho sus carcajadas, no necesito más para alimentarme y seguir tras las cortinas de esta existencia de papel, pinturas y letras por doquier. Soy la marioneta de las sonrisas, ─ dicen; me siento distinta porque no soy de trapo, ni de esponja, tengo el porte del abedul de donde procedo y eso me hace sentir bien.

Nani. Mayo 2019


jueves, 16 de mayo de 2019

TORPE


De toda la vida de Dios se hicieron las cosas de esa manera, pero cambiar lo que no tiene sentido, lógica o coherencia es de seres humanos, ya no estamos en las cavernas y preferiría morir en el intento. Se decía que ellas eran muy torpes porque se caían por las escaleras o las rodaban. Ahora sabemos que lo natural es menstrual, no rodarlas y lo antinatural, ser la esclava y si se resiste, amortajarla y que todos en voz baja digan que cayó por esos peldaños. 

RURAL

De toda la vida sale el agua por el caño. Siempre fresca para llenar el cántaro de los más humildes.
Si voy al pueblo, bajo a la fuente y recojo ese oro líquido y transparente que mana del venero. Cuando la bebo, siento como se limpian mis entrañas que al pasar por mi pecho, me purifica. Después voy al cerro de la higuera, recojo en un cesto de mimbre como cuando era niña,  las brevas más dulces, las llevo a casa y con un trozo de pan y aceite, vuelvo a rememorar los desayunos que cada vez se hacen más tardíos.

Nani. Mayo 2019

lunes, 13 de mayo de 2019

POR AHORA NO MÁS AVENTURAS



Aquel día me acosté como siempre hacía y debí quedarme dormida enseguida.
Lo que pasó a partir de ese momento, no llegué a entenderlo en mucho tiempo.
De pronto me vi metida en un camarote diminuto de un barco, vestida con un pesado miriñaque y una peluca pelirroja a tirabuzones. A decir verdad, no conseguía con todo ese atuendo tener movimientos coherentes que me permitieran salir primero por la puerta y después, ascender por unas escaleras resbaladizas que siempre me llevaban de nuevo al principio de los escalones. Cuando conseguí subir a popa, observé que toda la tripulación dormía y nadie se hacía cargo del timón. El  barco se movía de izquierda a derecha cada vez más descontrolado y las olas enormes empezaron a cubrir la cubierta. Me pareció que toda la tripulación era pirata pero al mirarles mientras me dirigía al timón; tuve la certeza de que no dormían sino que estaban muertos y bien muertos. Se desplazaban con el vaivén del barco y ya no cabía duda. Como pude me agarré al mando y con miles de apuros lo intenté dominar. No sé cuánto duró mi lucha con las olas y con ese instrumento que nunca había tenido la ocasión de manipular, pero cuando quise darme cuenta estaba amaneciendo y comprobé que todos los cuerpos estaban amontonados en la parte de proa, calados hasta los huesos como yo misma ¡claro que eso a ellos no les importaba! Para más inri, vino a posarse sobre mi hombro un loro multicolor, que comenzó a picotear lo que eran mis rizos con una confianza que daba asco, como si nos conociéramos de toda la vida.
La mar se fue serenando y a lo lejos divisé algo que parecía costa o tierra firme. Como ya me había familiarizado con el timón, conseguí acercarme y soltar el ancla. Antes de bajar a tierra firme, me quité el vestido que además de estar empapado, me impedía moverme con facilidad y me dejé el corpiño y unos pololos que llevaba debajo. Aunque empapados, el sol ya empezaba a calentar y suponía se secarían. Bajé a tierra firme y me adentré en lo que parecía una playa de arena fina que terminaba un poco más allá, donde comenzaban una dunas terribles que me tragaban por momentos, mientras intentaba avanzar. Al término, me adentré en un terreno lleno de vegetación desconocida para mí, pero debía seguir adelante y buscar algo de comida. Estaba hambrienta y en el barco no había nada más que un loro y muchos cadáveres. Encontré una especie de frambuesas y me las comí con avidez. Más tarde me senté bajo una especie de palmera pero de un tamaño tan pequeño que me llegaba la copa al mismo pecho; me hice un ovillo y allí me quedé descansando. Creo que dormité porque de pronto me vi rodeada de unos seres diminutos que no paraban de sonreír bobaliconamente. Avancé un poco y salí de debajo del árbol. Al principio me asusté, pero con aquel tamaño pronto comprendí que no me harían nada, con un simple capirotazo los podría sentar de culo sin más, pero he ahí mi equivocación porque me demostraron que más vale la maña que la fuerza. A un zapatazo en el suelo, se abrió el espacio que ocupaba y fui a parar con mis tristes huesos a un recinto oscuro y frío, donde permanecí por espacio de unas horas que se me hicieron eternas. Pasado ese tiempo, llegaron con un recipiente de agua y unos plátanos que comí con pasión. Pedí que me sacaran de allí, que no les haría daño, que era una navegante perdida y que había atracado en la playa donde el viento y la intuición me llevaron. Como no nos entendíamos, me dejaron sola y allí permanecí por un tiempo que no sabría decir si fueron días, horas o semanas. Sé que comía plátanos diminutos y otros frutos que estaban deliciosos. Bebí siempre agua limpia y fresca y un día se abrió el espacio por donde caí, arrojaron una escala y con gestos me dijeron que subiera. Me esperaba todo un regimiento muy singular y de estatura muy pequeña. Tuve que arrodillarme para poder ver que me decía la persona que parecía dirigía todo aquel personal. Con gestos me hizo entender que podía irme. Que mi barco estaba en perfectas condiciones. Que los piratas eran sus enemigos y que vieron que estaban todos fallecidos. Ese fue el motivo por el que a mí me cogieron presa, ya que me vieron atracar con el barco de sus malhechores. Como pude les conté que no sabía cómo había ido a parar a aquel barco, que me desperté dentro de un camarote vestida con trajes antiguos y que parecía que había retrocedido milenios. Entonces me contaron que esos piratas eran los auténticos y en los que se basaron para producir las películas que tantas generaciones habíamos visto. Fantasmas de otro mundo que se apoderan de las almas de las personas actuales para ellos seguir sobreviviendo, por eso me cogieron a mí que era joven, pero que había sido la última vez que volvían a hacer de las suyas, ya que pudieron introducir en sus barriles un veneno letal que los dejaría por siempre en donde deberían estar, que durante siglos había sido la misión principal de ellos. Me invitaron a compartir sus vidas, pero les dije que quería volver a ver a mis padres y que si alguna vez tenía ganas de vivir una aventura de verdad, volvería. Les confesé mi temor a no saber llegar sin dificultad. Me comunicaron que la mar no se crisparía ya que no existían los que la enfurecían y que me habían instalado un GPS de último modelo en el timón del barco, que me indicaría todos los pasos a seguir hasta llegar a mi tierra. Les agradecí y les besé uno a uno, saliendo de allí con lágrimas de gratitud y el sentimiento de dejar un lugar idílico.

#ZendaAventuras

Nani. Mayo 2019