miércoles, 2 de octubre de 2019

¡POR QUÉ-S?


Asombro, compañía, soledad,alegría y rojo.  Página solidaria, cincopalabras.com


¿Por qué me causará tanto asombro descubrir una carta en el buzón?
¿Por qué cuando no hay suficiente compañía, recibir noticias del exterior es tan gratificante?
¿Por qué la soledad pesa tanto como los días plomizos y grises?
¿Por qué un minuto de alegría se valora tanto como un tesoro?
¿Por qué ya no me resulta tan llamativo el color rojo del vestido que llevaba el día que me dijiste adiós?
¿Por qué cuando se pierde la ilusión, duele tanto el corazón?

Nani. Octubre 2019

lunes, 30 de septiembre de 2019

UNA PÁGINA POR DÍA






Aquel libro recogía algo más que una historia, porque llevaba engarzada en cada letra y en cada frase un suspiro fugitivo, una caricia recibida, un sentimiento convertido en mariposas en el estómago. La nana cantada por una madre y el embeleso del niño recién nacido. Los recuerdos del abuelo cuando asaba castañas a los más pequeños. Los hijos nacidos y después los propios. La letra de la canción más hermosa cantada a la compañera de vida; tanto cuando se conocieron, como a lo largo de los momentos compartidos. Las lágrimas derramadas cuando ella partió. Las 32.485 páginas relatadas con sangre y dolor; pero a pesar de los pesares volvería a hacerlo.

Nani. Septiembre 2019

sábado, 28 de septiembre de 2019

BUENA SUERTE


Aquel beso que nos dimos en alta mar, fue tan fogoso y tan lleno de burbujas, que no sé si fue la tierra la que se dio la vuelta o fuimos nosotros. Lo cierto es que quedamos con las piernas fuera del agua y nosotros disfrutando por dentro. Por dentro del agua y por dentro de nosotros mismos. Fue el último placer que tuvimos, aunque intenso e irrepetible, puesto que cuando todo volvió a su lugar de origen, el agua no consiguió estabilizarse y se derramó sin encontrar su curso, quedando la tierra seca y desconcertada, con grandes cactus llorones y nosotros, arrugados como higos pasos, así que no quiero que me hablen de amores fogosos y burbujeantes ¡y no soy supersticioso, pero esto ya es mala suerte! Para una vez que siento cosquillas por dentro y algo más, cuando vuelvo a la realidad, todo se ha dado la vuelta y nada es como era. ¡Cómo para encontrar a estas alturas un trébol de cuatro hojas, lo piso y a la porra la buena suerte!

Nani. Septiembre 2019

miércoles, 25 de septiembre de 2019

LAVADO COMPLETO







Me he bañado en la playa y he salido toda llena de partículas plásticas, aceites asquerosos y latas vacías. Al sol no me he quedado, porque como está sumamente contaminado el ambiente, no me atrevía a tomarlo con calma, por lo tanto; en lugar de relajarme me he contagiado tanto de la situación, que creo tendré que darme un fregado o un lavado de gigante. Entre tantas cosas y sobre todo, encontrándome saturada de tantas palabras necias, proyectos incumplidos, dirigentes que no creen nada más que lo que les susurra el asiento que un día ocuparon y que quizá no lo dejan para que no se vea la caca con la que lo ensuciaron o no se les vea del todo ¡eso creen y que ignorantes a veces resultan algunos!; he decidido ir a un centro de lavado  (el más grande que he encontrado) y me he metido de cabeza en la lavadora que me ha acogido con gran agrado. Le he contado de mi necesidad de limpieza “de ideas” y de relajar mis neuronas para poder al menos, estar en calma mínimamente. Me ha contestado con voz de robot enlatado, que no me preocupe, que la limpieza va a ser completa, vaporosa y esponjosa y que no habrá ningún problema. Lo que tenga que pasar será y  mientras tanto, me recomienda que me vaya por unos días al asteroide B 612, allí el Principito aunque estrechos los dos, me ofrecerá una conversación relajante y me curará las heridas del alma, oliendo su flor y mirando sus estrellas.
Me lo voy a plantear y lo mismo me voy aunque me tachen de loca, exagerada o hippie trasnochada. Lo importante son las neuronas.



Nani. Septiembre 2019

DESAPRENDIENDO



Estas son las Cinco Palabras del poeta Luis García Montero para los escritores solidarios:
Luz, despertador, resistencia, vida y confianza. Página solidaria cincopalabras.com


Buscaba una casa amplia y con mucha luz. Necesitaba sentirme libre dentro y fuera, sobre todo al escuchar el despertador y ver como entran los rayos de sol por las ventanas. Lo que un día me caracterizó con una resistencia inmune a lo duro y tétrico, aquellas cuatro paredes umbrías la mermaron y mi vida empezó a resquebrajarse. Comencé a perder la confianza en el ser humano y lo que es peor, en mí mismo. Por eso necesito esta casa perdida en la sierra donde respiro aire limpio, me olvido de lo vivido para aprender a ser y  percibir.

Nani. Septiembre 2019

martes, 17 de septiembre de 2019

GLOBALIZACIÓN


No podía dejar de llorar cuando recibí la noticia que me dejó hundida. Me senté en la silla de  la cocina sin saber cómo detener este llanto y toda esta confusión. 
Saliste con el último sorbo de café y la carpeta bajo el brazo. Me dijiste que ibas a ir a primera hora a terminar las firmas del préstamo. Lo que no podía imaginar al despedirte, es que la próxima vez que te viera, fuera tras un cristal. Asumo que no aceptaras las condiciones, pero eso ya lo sabíamos y por muy petulante que fuera el director, no creo que mereciera ese final.

Nani. Septiembre 2019

sábado, 14 de septiembre de 2019

EL LEGADO



En esta ocasión, vamos a hablar de luces y sombras, de perspectivas. A partir de esta foto de Manuel Moraleda, ¿qué historias se os ocurren? No estoy segura de haber conseguido lo que se nos pide, pero esto es lo que me ha inspirado...

Cuando pasea por la avenida principal y ve las maravillas construidas por él, no puede reprimir el deseo de tocar sus paredes, de evocarle y de verle en las sombras que se permiten esas edificaciones, los ancianos y todo lo que le recuerda al abuelo, aquel que quedó tirado en una cuneta un triste día de verano de 1936. Siempre esa sombra alargada fue una constante en el seno de su familia. Su madre le contó que su figura siempre la veía en su propia sombra. Ella era una niña ─le decía, cuando el ya dejó de vivir físicamente, pero siempre le acompañaba y le veía tras de ella cuando caminaba. Sí, la suya era la del él y se lo repetía una y otra vez. Le veía en el legado que dejó y que en noches de luna se reflejaba en el asfalto y aceras de la ciudad, así como en los días de sol, brillando como zafiros en la diadema de una reina. En los lugares de la ciudad donde permanece su obra y en otras muchas a las que fue a sentir sus latidos, porque ella notaba en aquellos edificios las pulsaciones que allí vibraban. Estaban en los patios andaluces y sus fuentes, donde el agua fluía de las bocas de las ranas de porcelana, verdes y brillantes, dispuestas para saltar: “Las ranas”, como los lugareños llamaban a esas fuentes. En las celosías, balcones y rejas. Escaleras de caracol, zócalos de estucos, azulejos,  techos con pinturas decorativas y todo lo que los edificios modernistas del siglo XX, los caracteriza. Siempre su madre le dijo que le acompañaba aquella sombra y por eso, no podía reprimir el impulso de tocar la piedra de las fachadas (como ahora hacía ella también), aquellos zócalos, el mármol de las escaleras, las rejas, admirar las fachadas, los balcones y no podía evitar sentir aquella congoja, cuando se enteraba que derruían uno de aquellos edificios que en su día los declararon patrimonio; para convertirlo en un centro comercial abarrotado de establecimientos de comida rápida, franquicias, música estridente y personas tropezando unas con otras por no llevar la mirada al frente, sino posada en esos dispositivos móviles que les absorben toda la atención.

La que fue su enamorada acérrima y le tuvo una admiración rallando la devoción; murió con la pena de no ver el reconocimiento de la insigne obra de aquel hombre (su padre), que fue asesinado vilmente por las injusticias que provocan las guerras, las envidias y el odio que incitan las miserias humanas. 



Nani. Septiembre 2019