No me explico como he podido olvidar el pago del último trimestre del IVA. Solo me quedan de plazo un par de horas. Cojo el coche para llegar a tiempo. Aparco en un lugar un poco estrecho, pero lo consigo. Al cerrar el coche, las llaves se me escapan de las manos y caen sobre la rejilla de la alcantarilla que hay bajo mis pies. Se quedan enganchadas y me agacho para cogerlas. Como me cuesta (el espacio es muy escaso), me arrodillo como puedo y meto mis dedos. Las agarro con dificultad, pero noto que algo me roza. El escalofrío que siento, me hace dar un respingo y se me escapan de nuevo. Intento serenarme, creo que la imaginación me está jugando una mala pasada. Vuelvo a intentar cogerlas, siguen medianamente a la vista y un aliento empalagoso me absorbe. Siento como me cuelo por las rendijas. Tengo la sensación de que ya no pagaré más impuestos, pero lo que me duele, es saber que he dejado unas criaturas en el colegio esperando que a la salida les recoja. Tengo mucho miedo, quiero pedir ayuda pero mi boca no responde. Estoy paralizada, quiero gritar pero no puedo.
Nani. Noviembre 2021