Imagen
del fotógrafo Belga Thierry Lechanteur
Llevo
un tiempo teniendo un sueño que se repite, una y otra vez. Lo veo nítidamente
como ahora mismo estoy viendo la página donde comento mi malestar, ya que es
tan real, que a veces me despierto sin saber en el lugar que me encuentro y si
en realidad, estando despierto o aún dormido. La realidad no la distingo con
claridad.
Vivo
en una casa extremadamente bella, de habitaciones amplias y una gran
escalinata, iluminada con una vidriera enorme, que ocupa gran parte de la
fachada, acompañada con ventanales muy góticos. En cierto modo me recuerda a
Gaudí, ¡aunque no tenga nada que ver, cosas mías!
Los
interiores están muy iluminados, aunque desde fuera aparente todo lo contrario.
Mirando la casa desde la calle, da la impresión de tenebrosa a la vez, que muy
llamativa.
En
casa me encuentro bien. Es muy cálida y no le falta comodidad alguna. La cocina
siempre está cargada de aromas y sabores dignos del mejor chef, ¡ya nos
encargamos de que así fuera! Y el servicio es muy eficaz. Todas las vidrieras relucen
y hay velas perfumadas por todos los lugares, para simular el olor que deja el
limpiacristales que un día sí y otro también, son necesarios para mantener impecables
todos los ornamentos.
No
puedo quejarme, ya que todo está perfecto y digno de casi un palacio o
palacete, que diría mi compadre.
Todo
hasta ahora es normal, pero lo que me inquieta es que cuando me despierto o me
pellizco para saber si vivo en la realidad, y me miro en uno de los grandes
espejos que hay por la casa (por supuesto, también impecables y brillantes),
veo a un miembro de la familia Monster y eso es lo que ya no me alivia. Nunca
sabré si soy ficción o una persona real y de carne y hueso.
¿Ustedes
que dirían? ¿Serían capaces de mitigar mi inquietud?
Nani.
Febrero 2023