Foto
de Carl Warner "Valle de la mujer tumbada"
En
el desierto con sed y cansancio, todo se convierte en dunas imposibles de
sobrepasar.
Nani. Julio 2023
Foto
de Carl Warner "Valle de la mujer tumbada"
En
el desierto con sed y cansancio, todo se convierte en dunas imposibles de
sobrepasar.
Nani. Julio 2023
Imagen subida de la red
Está
sentada en el tranco de casa. Da de comer a la muñeca que le ha tejido la
abuela y mientras, mira como juegan sus hermanos y otros niños al futbol, con
una pelota que se han confeccionado con trapos del vertedero. Las porterías son
quicios de puertas de algún derrumbe. De pronto, se vuelven a escuchar los
zumbidos que los ponen a todos en alerta para salir disparados, hasta lugares
que creen son más seguros. La niña se ovilla junto a su muñeca en el hueco de
la escalera y allí permanece hasta que deja de escuchar silbidos y derrumbes.
Cuando se incorpora no sabe si es noche o día, solo ve polvo y humo. Intenta llamar
a sus hermanos pero no hace falta. Allí a sus pies están cubiertos de sangre
junto a otros tantos niños. Besa su muñeca y se la coloca a uno de sus hermanos
entre las manos, mientras dije: “No os preocupéis, ella os va a cuidar a donde
os lleven, ya le diré a la abuela si sigue en casa, que me haga otra. Lo peor
va a ser decirle que ya no necesitáis a ir a cenar”.
Nani.
Julio 2023
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Nadie
saluda a los fantasmas, así como así, ─nos dijo la guía. Cuando en invierno subo
a cambiarme y ya es de noche, voy por las escaleras cantando, por si acaso y
por si sirve de algo. Al menos, mi voz me acompaña y me siento menos sola. No
me gustaría tropezarme con su compañía. Si me sale Sor Úrsula vestida con sus
antiguos hábitos de monja huraña, como decían era y su manojo de llaves en una
mano y el candil en la otra, puede que la que se convierta en fantasma sea yo.
Todos
escuchábamos a la guía con una sonrisa y con cierta curiosidad. Era muy
simpática y nos mostró el antiguo hospital de las Cinco Llagas, con una
maestría y soltura, que mejor no se podía hacer.
Pero
cuando uno de los visitantes preguntó por el fantasma, acostumbrada a esa
pregunta, fue dejando caer sus propias inquietudes, con la misma soltura que
nos fue enseñando el salón de plenos, la espléndida biblioteca del parlamento,
que contiene 50.000 ejemplares especializados en temas de derecho, ciencias
sociales y políticas e historia, pero a la que no pudimos acceder, sino verla
desde su gran cristalera, o las bóvedas que un día acogieron a los muchos
enfermos, sobre todo mujeres de la calle y pobres, que en aquel recinto fueron
acogidos para que pasaran sus últimos días, acompañadas y
protegidas.
Los
más aprensivos, no se atrevían a ir al baño, solos. No creían en fantasmas, ─dijeron─,
pero por si acaso, ¡mejor ir acompañados!
Y
bueno, una vez más, la historia, los bulos y las fantasías fueron las que rellenaron
una nueva página, de esos edificios emblemáticos de siglos pasados que hablan
por sí solos en cuanto a belleza, historia y muchas vivencias que quedaron atrapadas
en las enormes paredes, piedras, bóvedas, pinturas y todo lo que conforma un
edificio lleno de vidas pasadas, construido en 1546 como es el caso y que aún sigue
mostrando el motivo de su existencia. Las paredes hablan y no podemos negarnos
a la evidencia. ¡O no!
¿Tú
que crees?, ─mi dijo mi compañera de asiento, cuando volvíamos del viaje.
Nani,
julio 2023
Estando
comprando en un supermercado de la zona, me he encontrado de sopetón con un
inocente niño, que lloraba y pataleaba porque quería que le compraran sus
padres un fusil como el que había en una estantería cargada de objetos bélicos,
pero enfocados al mundo infantil y sus juegos.
No
me quedó más remedio que observar cómo se iba a gestionar el problema.
─
¡No son objetos adecuados para los niños, aunque estén en la sección de
juguetes!, ─dijo el padre.
─
¿Entonces por qué razón están ahí? Si voy a la guerra tendré que aprender a
usar un fusil ─contestó el niño.
─Simplemente,
porque se hacen cosas sin pensar o para encaminar a ciertas actitudes bélicas
─contestó el padre─, pero ni tienes edad, ni porqué ir a la guerra.
─
¡En los juegos, los niños disparan!
─Cuando
seas mayor y hayas aprendido lo necesario para defenderte por ti mismo,
entonces decidirás si debes ser militar o soldado, que son las personas que
normalmente van a la guerra, pero para ello, deben prepararse y decidir si
quieren hacer ese trabajo o no. Pero
como personas responsables y se supone humanas, no debemos querer utilizar armas
bélicas para usarlas contra otras personas. Para empezar, no deberían existir
las guerras y por lo tanto, tampoco el armamento, como estos que ves aquí. Los
niños no debéis jugar a las guerras, ya que eso es algo muy serio y los juegos
son otra cosa.
El
niño callaba desde hacía un ratito y miraba a su padre, que volvió a tomar la
palabra:
─En
las guerras, unas personas aniquilan a otras, ¿sabes que quiere decir eso? Tú
ya eres una personita grande, o eso me dices a veces, ¿no? Pues ahora le pregunto
a esa personita grande que tengo delante ¿Te gustaría que matasen a tu hermano,
a mamá o a mí?
El
niño empezó a abrir los ojos tanto y comenzaron a correrle tales lagrimones,
qué más parecía su carita una fuente pequeñita de tan mojada como estaba, dándome
ganas de acercarme y abrazarlo. Pero no lo haría, ya que estaba su padre
encargado de hacerlo entender y yo, solo era un espectador.
─No
papi, no quiero que os mate nadie.
─
¿Entonces que motivo te impulsa a ti a matar a nadie? ¿Crees que a quienes se
matan, no tienen hijos, esposa o mamá, o como en los juegos esos que dices, más
tarde salen sin que pase nada o ya no los nombran más? La vida de las personas
no es un juego, sino otra cosa.
─Papi,
¿entonces por qué hay juegos de matar, que parecen reales? Cuando vamos a casa
de los primos, ellos tienen y todos gritamos: ¡Mátalo, destrózalo! ¿Por qué
ellos los tienen y jugamos a las guerras?
─Hijo,
las personas mayores hacemos cosas muy raras y equivocadas, pero por eso mismo,
no queremos tu madre y yo, que vosotros tengáis de esas cosas que os hacen
violentos y mal educados, sin ni siquiera, ser vosotros conscientes de ello.
Tampoco queremos que tangáis deseos de matar, ya que lo importante en la vida
es la generosidad, el amor y eso es todo lo contrario a la violencia de esos
juegos. Preferiría que cuando estéis con los primos, no os suméis a esas cosas
y si os aburrís, os quedáis en casa jugando como siempre hacéis, sin necesidad
de ser tan agresivos. ¿Has entendido lo que te quiero decir?
─Sí
papi. Creo que casi no me gustan tanto y me ponen nervioso y enfadado. No me
gusta aprender a dar patadas como dice el Pincho, en el cole. Prefiero ayudar a
mami a hacer la lasaña, que dar tiros y ponerme casi verde de enfado. Lo siento
papi, ya no quiero esa cosa que mata, aunque esté en la sesión infantil. ¡Es
verdad que hay cosas muy raras en algunos sitios, prefiero jugar con mi hermano
y no hacer cosas que hacen llorar a mis amigos y sus papás!
Cuando
he terminado la compra, he salido pensando. Cuando llegué me enfadó ver tanto
personal comprando y apurados por el tiempo y la prisa. Ahora sé que hay papás
que le dedican un ratito a sus hijos y los educan para que sean personas. A mí
también me ha enseñado, que no siempre son las cosas como parecen y que
incluso, tengo que aprender a no enfadarme cuando no consigo lo que quiero y de
inmediato.
Nani,
julio 2023
Las palabras que Emma Ozores nos dio durante el coloquio son las siguientes:
Talento,
visibilidad, amor, cercanía, y éxito.
Talento, talento no es que tuviera. Simpatía
sí, ¡a raudales!, que suplía aquello que siempre dijeron le faltaba. Su visibilidad
era tan notoria y el amor que repartía a diestro y siniestro tan grande,
que se ganó las envidias de los que carecían no solo de talento, amor y todo lo
que el ser humano debe tener, sino de la inteligencia para aceptar que cada
cual tiene su carisma, solo que a veces no se tolera.
Aunque
no le importaba, sino la cercanía de los suyos y los que iban llegando.
El éxito lo dejaba para aquellos otros.
CRECIENDO
No
era solo talento lo que se fomentaba en aquel instituto. Los jóvenes que
allí acudían a instruirse, bien para aprender a ser adultos o para poder
acceder a una formación universitaria, eran animados dando visibilidad a
sus valores académicos y humanos, incentivando y aconsejando que ramas escoger,
según habilidades personales; siempre con el amor que comparte el
profesor de verdad, con cercanía para que no haya rechazo o se cohíba el
alumno, ya que el éxito de un adolescente, depende mucho de lo que vive
en su entorno y enseñanzas que recibe.
https://fundacioncincopalabras.org/
Nani. Julio 2023
Imagen subida de la red
Aquella
casa que decían estaba embrujada, era de los señores del pueblo.
Todos
los niños deseábamos entrar a verla. De boca en boca, o de boca en oreja (como
parece es más correcto) se corría el bulo o la certeza de que no le faltaba de
nada, ni siquiera misterio.
Cuando
pasábamos para ir de vuelta del colegio, los chicos más osados se atrevían a
saltar la verja y mirar por los ventanales. Husmear en el cobertizo y hasta en
la cochera, pero nunca encontraron nada raro, ni brujas, hombres lobo o niños
monstruo.
Tan
solo Pedrito que era muy atrevido, un día se tropezó con la anciana que
habitaba la casona. Ella le amenazó con denunciarlo a la policía, si volvía a
saltar. Aunque ahora que ya soy mayor, creo que lo hizo para que no volviera a
repetir el salto, ya que era peligroso e incluso en una ocasión se dislocó una
mano.
Cuando
paso y veo las enredaderas y las hiedras que tapan fachada, ventanas y casi
todo el edificio, dándole un aspecto tenebroso, frio y aterrador, sigo con el
mismo deseo de adentrarme y averiguar si de verdad hay algo extraño en la
casona.
Me
contaron mis padres cuando estaba estudiando en la ciudad y volví en unas
vacaciones, que encontraron en el jardín casi desfallecida, a la anciana del
lugar y que días después falleció en el hospital, tan sola como había vivido
siempre. Su abogado y servicio, cerraron pasados unos días la casona y ahí
sigue tal cual, solo que, con más misterio, más tenebrosa por la dejadez y
bastante más atractiva para mí, que he sido siempre curiosa por naturaleza.
Un
día de los que hacía mi ruta matutina en bicicleta y me dirigía al gimnasio, al
pasar delante de la casa de mis desvelos, vi como la puerta de la verja estaba
abierta y me invitaba a pasar.
Dejé
la bicicleta apoyada en los hierros y me adentré como poseída por algo que me
impulsaba, sabiendo que estaba profanando una vivienda que no era mía, ni había
sido invitada a adentrarme primero en el jardín, más tarde y con cierto temor,
empujé la puerta de entrada que también cedió a mi requerimiento.
El
recibidor estaba polvoriento y olía a rancio. Me paré para ver por donde seguía
husmeando y decidí adentrarme en la salita de la derecha. Era muy coqueta y
acogedora, a pesar del polvo que cubría muebles y mesita. Sobre ella, había un
libro que recordé haber leído de jovencita. Se trataba de una edición de Tom
Sawye, muy antigua pensé al observar la portada, con letras plateadas
incrustadas en el lomo. Tenía un marcapáginas marcando la página nº 15. Estaba
dibujado a mano con una dedicatoria que decía: “A mamá la más bella de las
bellas y las más dulce de todas”.
Al
observar estos detalles, la inquietud que tenía al principio se fue disipando. Cerca
del libro, había también una tacita de té posado en un platito a juego, con
motivos florales, rosas y azules y dentro de la tacita, una cucharita debía de
ser de plata, porque estaba ennegrecida por el paso del tiempo.
Todo
en aquella habitación, parecía detenido en el tiempo.
De
pronto me estremeció un ruido, que no fue ni más ni menos que el cierre de una
puerta ocasionado por la corriente de aire, con el consiguiente sobresalto que
me erizó el vello.
Miré
a todos lados porque el impacto me inquietó, pero pronto me aseguré que por mi
descuido y haber dejado la puerta abierta, estas cobraban vida propia.
Salí
otra vez al recibidor y pude comprobar efectivamente, que la puerta se había
cerrado y no le di la menor importancia.
Como
estaba en la casa que siempre me había fascinado, decidí subir las escalitas de
mármol blanco y haciendo los ademanes de una gran señora ataviada con
miriñaque, comencé el ascenso sin importarme que estaba allanando una propiedad
ajena.
El
primer rellano se dividía en habitaciones a derecha e izquierda. Me encaminé
hacia la izquierda. Una puerta estaba entornada llamándome la atención. La
empujé y pude observar que era un dormitorio de chica, ya que había muñecas,
decoración muy femenina y sobre el tocador, espejitos, peines, cepillos de pelo
y cajitas de música. La cama estaba cubierta por un edredón a juego con las
cortinas y sobre dicho edredón, una caja con cartas y un cuaderno, dando todo
ello la impresión de haberlo dejado allí por un descuido o un momento de
apresurada prisa. Pienso que el libro de la salita bien pudo ser de la chica
que habitó esa habitación.
Una
vez se escuchó que los señores perdieron una hija jovencita. Había ido a
recoger fresas, pero la encontraron ahogada en el rio.
En
ese instante comprendí la soledad de los habitantes y el descuido de la casona
que los acompañó hasta el final. Pero no encontré nada de casa embrujada o
extraña. Soledad y amor desgarrado, nada más y nada menos era lo que allí se
respiraba.
Me
di la vuelta, sabiendo que ya no debía escudriñar más sobre los habitantes que
residieron en la casona.
Emprendí
la bajada y me pareció ver como una sombra iba de un dormitorio a otro. No me
afectó en absoluto, sino que consideré que me estaban despidiendo y bajé con
tranquilidad, deseando que todos en el lugar que se hallen, tengan la paz que
no consiguieron en los días que allí vivieron.
https://fundacioncincopalabras.org/concurso-literario/
Nani.
Julio 2023
LAS
PALABRAS DE JUNIBEL LANCHO
Las palabras de Junibel Lancho son las siguientes:
Dolor,
suicidio, acompañamiento, salud y soledad.
Las
vocales sienten dolor y tristeza, al comprobar el suicidio de algunas
palabras, que, por economía y rapidez en los mensajes escritos, desconciertan a
mayores y eruditos del lenguaje.
Siempre
fueron el acompañamiento imprescindible de algunas consonantes para
conservar la buena salud del vocabulario, que en soledad no
brilla de igual manera. Aunque la RAE parece no temer por los cambios.
Hoy por hoy, tendría que preguntar a un profesor de gramática, si corrigiendo exámenes no suda la gota gorda.
Por el contrario, me pregunto: ¿Tendremos que
estudiar una nueva lingüística?
Nani.
Junio 2023