Fotografías
antiguas y raras cedidas por Ele
Querida
tía Adela. Me pediste que te enviara las fotos de Benita, la tatarabuela de
nuestras madres porque las necesitas para hacer un trabajo en la universidad.
Las
tenía bajo llave porque no me agradaría las encontraran mis hijos, sobre todo
Luis que es demasiado sensible y ver a su antepasada con esa cara y exhibiendo
a un ser empequeñecido se aterrorizaría, ─dijeron que tenía poderes, a mí lo
que me da es pavor esa mirada que, a través de la imagen en papel pareciera que
atraviesa y adivinara hasta tu más escondido pensamiento─. ¡Si te digo la
verdad me inquieta, no creo que en esa urna de cristal haya un ser reducido,
sino una muñeca de porcelana, aunque me da lo mismo, tampoco me gustan y solo
pensar que dijeran que tenía poderes, fueran los que fueren, me pone los pelos
como escarpias al pesar que somos sus descendientes!
Bueno,
la segunda que me pedías es de ella más mayorcita, cuando le dio por lo visto
en manejar los satélites. La verdad es que es muy raro lo que parece maneja.
Diría que tiene raíces y ha salido de la tierra ─ese imaginario satélite o bola, nunca mejor dicho─, ¿Quién sabe si nos metió esa “bola” tan grande como el Diplodocus
más antiguo del Jurásico? ¿Hablaría realmente y se conectaría con
extraterrestres? Uf, ¡Cuánto misterio! Diría que hay mucha imaginación y
aprovecharía fenómenos de la naturaleza que veces nos sorprende con cosas más
que insólitas.