viernes, 28 de enero de 2011

"SEÑOR"

El dibujo se lo he cogido prestado a María Pan.



En varios kilómetros a la redonda ninguno supo decir su nombre. Es difícil de pronunciar y es por eso que los lugareños le llamamos “Señor”. Cuando llegó no sabía decir ni una sola palabra en nuestro idioma, a excepción de esa palabra con la que fue apodado. Cuando alguien se dirigía a él tanto daba que fuera hombre, niño o mujer, siempre contestaba con aquel acento extraño: ¿“Señor”? Y con ese apodo fue bautizado y así se le conoció en todos los lugares donde fue requerido y donde se ganó el sustento y la vida. Cuando llegó era un muchacho adolescente de piel tersa y brillante. La primera vez que le vimos estaba desfallecido y si no hubiera sido por el abuelo que le dejó estar en la cabaña de los aperos, no le hubiéramos disfrutado, ni hubiera jugado con los chicos del pueblo a los que enseñó a utilizar la piedra en sus juegos y al que todos ellos le conoce por ese nombre que no fue el suyo de nacimiento y sí, el que adoptó junto a todos nosotros.

”Señor” quiso quedarse y en un principio ayudó a todos, después trabajó duro y consiguió enviar dinero a casa, pero no quiso volver a pesar de quedársele impregnada en la mirada, toda la arena del desierto y el sufrimiento de su tierra.

En el pueblo fue el “Señor” que nos enseñó a respetar y el valor de la humildad y la educación aunque algún que otro adinerado creyeran que los “señores” eran ellos, pero tenía algo especial que le hacía diferente y todos lo supimos siempre. Jamás tuvo que decir nada para que todos entendiéramos que era él, el verdadero ser “especial” de la comarca al que ahora que ya era querido por todos y respetado hasta por los más arrogantes, le añoráramos al saber que volvía al lugar que nos lo envió.

Nani. Enero 2011.

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martes, 18 de enero de 2011

LA ABUELA


El dibujo se lo he cogido prestado a Maria Pan

Recuerda a papá que baje la tapa con mucho cuidado que el cristal es demasiado delicado. La jarra es la única que nos queda y con ella se van los recuerdos de la abuela y el mimo que ponía a sus cristales. Ella tenía tiempo de ocuparse de las celebraciones, ¡ay!. Ahora con el trabajo y las prisas, rompemos todas esas delicatessen y con ellas se esfuman los recuerdos más queridos de infancia, cumpleaños, navidades, comuniones, primos, tíos y lo que más me duele, su recuerdo.


Nani. Enero 2011.


Safe Creative #1103018610168

jueves, 6 de enero de 2011

LOS BUZONES... ESPERAN


© Buzones camino de La Hortichuela

Sólo había pedido a los Reyes Magos recibir una carta. Tan sólo quería que le enviara unas letras dentro de un sobre sencillo. No pedía un testamento, ni una epístola, ni tan siquiera un folio por las dos caras y menos aún, un correo electrónico (en el cortijo no había de esas cosas modernas que decía su padre). Se hubiera conformado con unas cuantas palabras metidas en un simple sobre cerrado al que hubiera rematado con un sello y que el cartero dejaría el jueves de la semana que se hubiera remitido, cuando pasara por el cerrillo donde se encontraban todos los buzones del conjunto de cortijos. Ni tenía que bajarlos y buscar a los destinatarios. Ni tendría que preocuparse por que no llegara, porque de más sabía que aunque tardara algo más que en las ciudades, llegaba siempre (en otro tiempo así fue), ni tendría que pensar en el esfuerzo que suponía después de la jornada y antes de ir a ducharse y cambiarse la ropa de faena, que saliera corriendo, subiera el cerrillo, abriera el buzón y encontrara la misiva que tanto ansiaba (en otro tiempo no le importó) y ahora, ya casi había perdido la ilusión. Ahora hacía ya muchas jornadas que no corría, que ni aún lo jueves subía el cerrillo para terminar jadeante delante de los buzones, no, ahora simplemente esperaba a que algún miembro de la familia fuera el que recogiera la correspondencia. Pero y sin saber porque motivo, había cambiado en las fechas navideñas y como colofón, el día de Reyes Magos. Subió después de la jornada de recogida de la aceituna, pero solo encontró el sol poniéndose, las piedras húmedas, el ladrillo roto, el olivo en su sitio, el rosal mustio y la carretera solitaria.

Nani. Enero 2011.

Safe Creative #1103018610151


miércoles, 29 de diciembre de 2010

REVUELO EN LA COCINA





… y empezó a sofreír la cebolla cuando notó que se movía algo al fondo de la cocina.

Se le erizaron los vellos pensando que pudiera haber entrado un mal bicho por alguna rendija de la ventana o la puerta y con mucho desasosiego se acercó al lugar donde le pareció que el movimiento se producía y a pesar del pánico que le embargaba solo pensar en algo desagradable, se armó de valor y allí estaba escoba en ristre moviendo la orza de la pringá, la de las aceitunas partidas y la cántara del aceite. No encontrando nada movió también la canasta con los roscos de vino que había sacado del horno y que esperaban a que unas manos (muy probablemente las suyas), los metieran en bolsas de a diez para así ir sacando en la fiesta de cumpleaños y repartir el resto a los invitados al término de la jornada.

Como no encontró nada y su inquietud se relajó, volvió con apuro a los fogones donde había dejado esa cebolla que empezaba a confitarse y no podía descuidar. Había comenzado por lo que sería el adorno y complemento de la receta “Mil hojas de berenjena con queso de cabra y reducción de vinagre de Módena al chocolate”. Ahora debía continuar cortando las rodajas de berenjena e ir poniendo a la plancha con unas gotas de aceite para hacer sin que resultaran grasientas y mientras tanto, ir preparando las porciones que harían las cubiertas de queso fresco de cabra y gratinar con unos toques de soplete…, pero volvió a escuchar algo que no era normal en aquella su cocina pareciéndole percibir el movimiento de la panera que había quedado encima de la mesa.

De nuevo le corrió un ligero escalofrío por la nuca y casi no se atrevía a mirar abiertamente, cuando notó que algo brillaba tras la jarra del agua. Miró más atentamente y vio dos ojos brillantes como fuego, que la miraban a través del trasparente cristal de la jarra. Se acercó para ya asegurarse del hecho y cuando apartó con gran cuidado la jarra, disparado saltó un animalito negro como el tizón que asustado y enfurecido maullaba enloquecido al verse acorralado.

Intentó serenarle y al ver que no lo conseguía y que se agazapaba es una esquina de la cocina, se le ocurrió coger un plato viejo y llenarlo de leche. Lo posó sobre el suelo cerca del minino y este que parecía hambriento, se lanzó a él lamiendo sin parar, pero mirando de vez en cuando con desconfianza.

Volvió a la plancha donde terminaban las berenjenas de hacerse y estando en su punto, comenzó a colocar en un plato cuadrado, blanco y muy moderno, donde puso por capas las berenjenas con el queso. Gratinó con ayuda de un soplete y como colofón, terminó con la cebolla que confitada ahora esperaba su turno, rociando con la reducción de vinagre de Módena y adornando con unas escamas de sal maldon.

El gatito seguía ahora mirando hacía su persona y reclamaba otra poquita de leche o manjar similar que le mitigara el hambre de su huérfana vida. No sabía el felino que allí no era el sitio donde él debería estar, así que sacó el mismo plato al patio con una olorosa sardina donde empezó a dar cuenta de ella, intuyendo que no podría entrar nunca más al lugar de donde había entrado de polizón.

Nani.


Deseo que paséis una feliz Nochevieja y que 2011 os conceda todo lo que en el fondo de el alma deseáis.


domingo, 19 de diciembre de 2010

CRECE LA VIDA



Fotaleza de la Mota tomada desde el parque de los Álamos ©


¡De acuerdo, pero sin prisas! Los árboles no crecen de la noche a la mañana y yo quiero que tengas tu propio árbol. Vamos a ir al vivero y buscamos la semilla que nos aconsejen adecuada para este clima y con tus propias manos harás un hueco en la tierra y después introduces en él esa semilla. Luego, todos los días tendrás que regar y de vez en cuando, abonar y remover la superficie. Verás como primero sale como una hierbecilla que irá creciendo y poniéndose más gordita y alta, hasta que tenga apariencia de planta. Más tarde, será un tronquito más grueso que crecerá como tú. Seréis como gemelos y es entonces cuando podrás decir que ese árbol forma parte de ti, que es la vida que crece a tu par.


Nani. Diciembre 2010.





Deseo que paseis unos días llenos de felicidad. Que encontreis la paz que a veces se escapa por las rendijas de las puertas que no cierran bien y que recibais y deis todo lo bueno que tiene la vida.

FELIZ NAVIDAD

sábado, 11 de diciembre de 2010

LA MALA CABEZA


Caminaba pensativa con la cabeza en la mano (como siempre desde que cumplió trece años), algo no muy habitual pero las cosas eran así.

Siempre le decían los amigos que andaba de cabeza, pero ella creía más bien que andaba con los pies, otra cosa era que los pensamientos los llevara siempre entre las manos. No era normal pero eso era otra historia que no pensaba contar con pelos y señales, aunque para que se entienda algo, debería explicar que nació como todas las personas con la cabeza sobre los hombros, aunque a los trece años hizo un pacto con una hechicera que vivía en el monte y que a cambio de un favor que por aquellos días era muy relevante para su vida de trece años, debió dejarle la cabeza por una noche sobre la mesita de sus brebajes y el precio que pagaba ahora, era caminar con ella entre las manos y a veces, con dolor de cabeza ocasionado por su mala testa.

Cuando creció, entendió que nunca debió dejar la cabeza a nadie por muy importante que fuera el motivo. La cabeza debe permanecer siempre en el mismo sitio, así nunca hay confusiones de ideas, ni caras raras al mirar un cuerpo sin esa cosa que ahora debe llevar agarrada. Ni olvidos, porque a veces se olvida de ella y andar descabezada como un boquerón, es algo que confunde mucho e incluso, algún que otro respingo ocasiona.

Nani. Diciembre 2010.


miércoles, 1 de diciembre de 2010

SOPA DE LETRAS

Al abrir la cajita encuentro un surtido de letras sueltas y recuerdo la pasta que mamá ponía en la sopa del cocido. El día que mis hermanos y yo no teníamos hambre, nos entreteníamos mientras ella salía de la cocina, en apostar quién de nosotros sería capaz de colocar alrededor del plato la palabra más larga y si conseguíamos una frase, la algarabía era tal, que hasta mamá entraba agitada y cuando veía el motivo, se unía al juego y aplaudía al ganador, pero lo que no perdonaba era que dejáramos la sopa en el plato. El juego lo seguía, lo celebraba y lo incentivaba, pero también era seguro que en el plato no podía quedar una sola letra. Si la excusa era que estaba fría, nos decía que el santo se nos había ido al cielo, así que no había nada que objetar, la sopa de seguro, antes de irnos a la cama estaría dentro de nuestros estómagos, costase lo que costase.

… pero todos estos recuerdos como decía, los he tenido al abrir la cajita. Hubiera jurado que en ella guardaba dos anillos de bisutería obsequio gentileza de un detergente que en casa se consumía hace ya miles de años. Hubiera jurado que estaban en la cajita y además un colgante que me regaló Jaime (¡Ayyyyy Jaime!, ¿dónde andará?), ¡que críos éramos!

Pero otra vez estoy divagando. Otra vez vuelvo al pasado y no encuentro lo que busco. Hubiera jurado que estaban aquí en lugar de esta colección de letras que no sé como ha venido a parar aquí. Y lo que me faltaba era que se pusieran a bailar. ¡No que parece que tengo un sueño surrealista!

Bailar no bailan, pero mis ojos, mi pensamiento y mis recuerdos si que bailan al son del vals de la cajita. Ha pasado mucho tiempo, pero la cajita de música funciona como el primer día. Sí, me gustaba muchísimo. Sí, se llamaba, ufff a ver si me acuerdo, sí, es “El vals de las mariposas”, ¡que cría era por entonces! … y lo cantabaaaa, a ver si me acuerdo, era, era, ¡ayyyyyyyyyy!, ¡sí, era aquel chico de pelo rizadito ¿asturiano?, ¡me cachísssssss! ¡Ahhhhhhh sí, ya me acuerdo, es Dany Daniel, ¡ayyy cómo me gustaba! ¿por dónde andará?, ¿seguirá cantando?

En fin, me tendré que ir a buscar a otro sitio cargada de melancolía y para colmo, todo por buscar unas simples bisuterías que necesita mi sobrina para disfrazarse en el cole, ¿será posible?

¡Mejor me voy con la música a otra parte!




"VALS DE LAS MARIPOSAS", DANY DANIEL.

¡Cuáaaaaantas veces bailé este vals con mi hija en brazos, enana era por entonces, pero a la puñetera le encantaba dar vueltas y más vueltas en mis brazos!