Salí
a pasear y olvidé que habíamos quedado. Fue el comienzo de mi independencia, de
mi maduración y de todo lo que me impusiste
de forma solapada. Hoy salgo de mi prisión dorada y me sustento del aire
limpio que hay fuera, me visto con la brisa que recorre mi plenitud, mi cabello
vuela al viento y mis ojos recorren todo un mundo lleno de esperanza. Con mi
goma de nata borro todo aquello que escribiste y que a fuego se había gravado en
mi corazón haciéndolo sangrar. Con este olvido que comienza hoy, he sabido que
si duele no es amor como tú decías.
Con
esta foto de Cléa Lala y esta frase más o menos literal —transformadla un poco
si necesitáis— podéis inspiraros y escribir vuestro relato:
«Recuerdo que te olvidé»
Nani.
Marzo 2018