La
primavera de este año, recién nacida empezó a asomarse con prudencia y con un
poco de miedo. Ella como todos los años, viene rompiendo hielo. Pero este año se
asoma con timidez y como presintiendo que algo no está como siempre o como debería
haber estado, según le había anticipado mamá19. Crece deprisa y disfruta mucho
de los pájaros que vuelan a sus anchas en los campos. Las golondrinas pasan una
y otra vez a ras del suelo, por las calles vacías en donde no hay alboroto ni
bullicio de niños gritando. No hay ruedas chillonas, arrastrando mochilas a la hora
del colegio, ni mamás enfadadas porque el peque se escapa, cruza sin mirar o
saca la lengua a su hermana. Los corzos bajan al pueblo y se restriegan en los
coches o les retan, porque nunca se vieron reflejados en las brillantes
puertas. La madre jabalí y su jabatillo,
buscan en una bolsa de basura que alguien ha dejado fuera del contenedor y todo
ello, lo miro por la ventana mientras veo como llora la primavera, porque está
llorando y yo le acompaño. No es solo que sea lluviosa (eso suele ser normal),
sino que llora porque se ha enterado que todo esto no es como le contó su madre.
Mamá19 le dijo que la naturaleza sufría mucho porque los hombres no la dejaban
respirar y ella llegaba con ese pensamiento y con ganas de ayudar, pero observa que todo se ha dado la vuelta. A
quienes ahora les cuesta respirar es al hombre. Puede ser que todo se le haya
vuelto en contra, piensa, pero no todos se lo merecen. También le contó papá invierno19, que
la tierra cuando estornuda, todo el mundo coge un resfrío o la gripe y ahora ha
estornudado y bien fuerte y como ella no lo entiende, llora, llora mucho. Es
como un adolescente que leyó muchos cuentos de hadas y se creyó que iba a
encontrar así como por arte de magia, a su princesa bella y no ha sido así. Las
princesas si existen, están en sus palacios de cristal y peligran porque el
cristal es frágil. La primavera no ha encontrado tampoco su príncipe ideal, ni
persona contenta, porque casi todas están guardando luto a los abuelos que construyeron
este mundo. Mejor o peor, pero lo hicieron ellos y presiente que si no lo
hicieron mejor, es porque hay robot muy potentes que solo saben generar
dividendos y su fortaleza es acuñar monedas con el oxígeno que el hombre bueno,
necesita para vivir y sonreír. Siente rencor porque no le advirtieron sus
progenitores de toda esta falsa existencia. Si ella hubiera estado preparada,
no estaría sintiendo tanto frío, tanta soledad y tanta impotencia. Me gustaría
salir y consolarla, pero yo estoy igual que ella de desolada y para colmo, me
falta el aire para poder decirle por lo menos, que llore en mi hombro. Hoy la
primavera está deseando que llegue a sustituirla su prima veraniega. Igual
viene con más fuerza, con algo de calor y los corazones que hoy están helados,
se ponen fuertes para hacer frente a esos robot que hoy, se han apoderado de la
tierra, con su naturaleza y por consiguiente, del hombre niño, el hombre bueno.
Nani.
Abril 2020