lunes, 4 de mayo de 2020

RECICLANDO


Al final del pasillo no encuentro ese resplandor famoso, ni el rellano del ascensor. Solo hay una puerta en donde hemos colocado el cartel de “punto de salida” y estamos esperando que nos den el pistoletazo, pero mientras tanto; jugamos, cocinamos y hasta rezamos. Ahora con sabanas viejas hacemos mascarillas, pañales para el abuelo y del arcón, hemos sacado los pololos de la bisabuela, para quitarle el elástico que nos vendrá bien para sujetar al mismo tiempo, los besos, las palabras y no se contaminen fuera del confinamiento.

CASTILLOS E ILUSIÓN

Al final del pasillo los niños han colocado un castillo enorme, ¡total, no vamos a salir!, así que no impiden nada y podemos ver que la ilusión y la fantasía existen, ¡en los niños! A los mayores hace cinco semanas que se nos cayó la quimera y se salió por la rendija de la puerta. Ahora hasta quisiéramos ser como ellos para ver entrar por la ventana un rayo de luz, acompañado de color verde esperanza.

CON DEFECTOS DE FABRICACIÓN

Al final del pasillo y por debajo de la puerta, entra un tufillo extraño. Dicen que la naturaleza se está descontaminando, pero no veo sino por la ventana de la cocina, un bloque de adobe gris sucio, lleno de chorreones de la lluvia y de la porquería que la ciudad acumula, mezclada con todas las lágrimas de la vida. Si ahora no aprendemos a vivir, el día que me encuentre con el Creador, le diré que se le olvidó colocarnos el tornillo de la razón.

Nani. Abril 2020

domingo, 3 de mayo de 2020

LAS MANOS DE ELLA



Mi abuela tenía las manos con grietas y a veces con el frío y después de haber estado lavando en el agua cristalina y helada del arroyo o en el lavadero de la plaza, le sangraban. Usaba el jabón que ella hacía reciclando el aceite y decía que era el mejor remedio para curarlas, solo que el rasca a veces era demasiado agrío y por eso se ponían tan ásperas y rotas, pero de su boca nunca salió una queja, sino que era normal en una mujer de campo. Luego ya por la noche y cuando terminaba de arreglar las zahúrdas de los animales, dejarles el agua limpia, las mondas de las papas y desperdicios del día, recogía todo lo que el abuelo, mi padre y mis tíos traían del campo. Al terminar  se lavaba las manos en la palangana de loza desconchada, se las secaba con mucho cuidado y con zumo de limón y aceite de oliva batido, se las untaba mirando a la pared para que no viéramos el escozor que le producía, esa era su crema de manos y así conseguía que se suavizaran, (ella decía que así le sanaban), para a la hora de tirar del esbozo de la cama donde dormíamos tres arriba y dos  a los pies, terminara acurrucándonos y acariciándonos uno a uno. Nunca conseguí entender cómo lo hacía, pero sus manos a esas horas eran suaves y delicadas (decía que su crema hacía milagros), para no manchar las sábanas, ni nuestra caritas. Recuerdo aquella caricia tan suave y placentera, (que a pesar del dolor que siento cuando lo evoco), es más agradable la sensación de aquellos momentos. La recuerdo con tanta ternura incrustada en cada arruga de su cara, cada pata de gallo en sus ojos o las que se le pronunciaron alrededor de los labios, que tenerla  presente me produce tanto amor, que no sabría decir si era igual al que me entregaron mis padres. Lo pienso a menudo y no, era distinto, más tierno, más delicado y mucho más cómplice. Papá y mamá nos educaban y a veces tenían que ser más rígidos. Ella nos amaba, únicamente entregaba amor.

#NuestrosMayores

Nani. Mayo 2020


viernes, 1 de mayo de 2020

NUESTRO SECRETO






En un lugar apartado del jardín cubierto de hiedra y escondido tras unas piedras con movimiento, busqué aquello que solo mi hermano y yo sabíamos que existía. Prometimos no tocarlo, hasta que uno de los dos dejara de ser. Hoy que he vuelto con el fin de ordenar documentos, lo he recordado y no he resistido el deseo de saber. Ha pasado mucho tiempo. Hemos vivido en distintos lugares y aquello quedó olvidado o dormido, temiendo enfrentarnos a ello. La realidad me tiene delante de la cajita, el corazón se me sale, la abro y no puedo reprimir el llanto. Todavía estaba allí.

Nani. Mayo 2020

jueves, 30 de abril de 2020

ABRACADABRA PATA DE CABRA


Desde Cinco Palabras queremos felicitar al fantástico mago Jorge Blass, quien el próximo sábado 2 de mayo cumplirá cuarenta años. Que su magia y sus CINCO PALABRAS llenen de alegría los corazones de todos los pacientes y confinados:
Ilusionista. Conejo, Varita. Incredulidad y Sorpresa.

¿Te acuerdas cuando éramos pequeños y quisiste ser ilusionista? Mamá te regaló un conejo de peluche. Aún sigue en la estantería, como el resto guardado en el baúl. Por entonces, se aproximaban las Navidades y decidimos pedir a los Reyes Magos, una varita mágica y un sombrero de copa. La incredulidad de nuestros padres aumentaba con tus logros. Después, seguimos nuestro camino y la magia se quedó en casa. Hoy pido que pronto nos des la sorpresa que todos anhelamos. Repite “abracadabra” junto a todos los sanitarios. Nosotros terminaremos “pata de cabra”. ¡La vida sigue y tú en ella!




Nani. Abril 2020

domingo, 26 de abril de 2020

SOPA DE LETRAS



En casa me dicen todos que están cansados de sopa de letras. Creía que mientras comemos, podíamos componer hermosas palabras y hacer un bonito juego, pero como todo lo que se repite en demasía, acabaron cansados. Lo hacía principalmente por los peques que de esa manera se la zampaban sin darse cuenta. Le estoy dando vueltas, pero creo que voy a seguir la propuesta de mi pequeña. Me ha pedido que haga magia  en los fogones y me está pareciendo buena idea; voy a ver si lo consigo. De primero, voy a confeccionar un estofado de nubes alegres, de esas que juegan con el sol a la rueda y entre chubasco y chubasco, nos sirven helado de sonrisas, pero pensándolo bien, el helado lo voy a dejar para la merienda porque no necesita estar en el congelador, ya que se enfriarían demasiado los gestos agradables y no es conveniente  y por otro lado, dije que iba a hacer magia, así que pasemos de frigoríficos y de congeladores ¡son demasiado fríos! Me voy por las ramas…, sigo con el menú. De primero y para el almuerzo como decía, haré estofado de melodías y hoy por ser el primero, voy a dejar que cada cual escoja la que más le guste. De segundo, boladillos crujientes, de esos que al morderlos hacen que se sientan (sí, no es lo mismo “sentir” que notar) cosquillas en el alma y produzcan risas (hace días que reímos poco y eso no lo voy a permitir) y como cambié el postre para la merienda, voy a ver si hago una macedonia variada a la que le aportaré mucho color y sabor, como por ejemplo: unas gotas de cariño avainillado, cerezas rellenas de mucho cariño, melocotones con sabor a besos, piña que me ha parecido un poco ácida y le he agregado una poquita de dulzura y para decorar, unas lágrimas de chocolate, para que nos recuerden que solo deberíamos derramarlas cuando algo nos emocione mucho.
De cena haré sopa, pero esta vez de amor a base de besos confitados, tortilla procurando que perdure el ingrediente de abrazos marinados de suaves caricias y de postre, había pensado hacer arroz con leche al que le añadiría mucha ternura, pero como me parece mejor dejarlo para otra merienda o almuerzo (es bastante consistente), haré natillas o requesón endulzado con mermelada de arándanos amables.
Para mañana creo que además del arroz con leche, haré empanadillas y en este caso, el relleno dejaré que cada cual lo aporte (la magia también va a consistir en que cada comensal contribuya con algo positivo), de esa manera no se me agotarán las recetas y todos nos sentiremos partícipes del día a día.
El menú de pasado mañana ya os lo pasaré, pero para daros una idea, he llenado la despensa de amor, caricias, abrazos, ternura, besos y mucha mermelada de dulzura, por si queréis agenciar esos ingredientes, y para la próxima, podemos compartir nuestras recetas y menús, si os parece. Podíamos hacer un recetario nuevo, que a veces cansan los chef con tanto famoseo y luego cuando nos sirven sus platos estrella, nos quedamos con el bolsillo tiritando y el estómago vacío.

Nani. Abril 2020

jueves, 23 de abril de 2020

CON ILUSIÓN





¡Tengo tanta morriña¡ Ellos quedaron esperando con la comida en la mesa, el día que ya no pudimos salir. En la aldea nos reuniremos cuando salgas y haremos ese rico remojón, que tanto te gusta. Buscaremos en la sobremesa, el tesoro que esconde padre para que tengamos derecho a un café con pastel, ese con el que siempre nos seduce. La ceniza que quede de cocinar, la llevaremos al cobertizo para que te sirva de abono, como madre hiciera. Este tulipán que te enseño, es uno de los que te esperan en el jardín de casa.



Nani. Abril 2020

miércoles, 22 de abril de 2020

PRIMAVERA 2020



La primavera de este año, recién nacida empezó a asomarse con prudencia y con un poco de miedo. Ella como todos los años, viene rompiendo hielo. Pero este año se asoma con timidez y como presintiendo que algo no está como siempre o como debería haber estado, según le había anticipado mamá19. Crece deprisa y disfruta mucho de los pájaros que vuelan a sus anchas en los campos. Las golondrinas pasan una y otra vez a ras del suelo, por las calles vacías en donde no hay alboroto ni bullicio de niños gritando. No hay ruedas chillonas, arrastrando mochilas a la hora del colegio, ni mamás enfadadas porque el peque se escapa, cruza sin mirar o saca la lengua a su hermana. Los corzos bajan al pueblo y se restriegan en los coches o les retan, porque nunca se vieron reflejados en las brillantes puertas.  La madre jabalí y su jabatillo, buscan en una bolsa de basura que alguien ha dejado fuera del contenedor y todo ello, lo miro por la ventana mientras veo como llora la primavera, porque está llorando y yo le acompaño. No es solo que sea lluviosa (eso suele ser normal), sino que llora porque se ha enterado que todo esto no es como le contó su madre. Mamá19 le dijo que la naturaleza sufría mucho porque los hombres no la dejaban respirar y ella llegaba con ese pensamiento y con ganas de ayudar,  pero observa que todo se ha dado la vuelta. A quienes ahora les cuesta respirar es al hombre. Puede ser que todo se le haya vuelto en contra, piensa, pero no todos se lo  merecen. También le contó papá invierno19, que la tierra cuando estornuda, todo el mundo coge un resfrío o la gripe y ahora ha estornudado y bien fuerte y como ella no lo entiende, llora, llora mucho. Es como un adolescente que leyó muchos cuentos de hadas y se creyó que iba a encontrar así como por arte de magia, a su princesa bella y no ha sido así. Las princesas si existen, están en sus palacios de cristal y peligran porque el cristal es frágil. La primavera no ha encontrado tampoco su príncipe ideal, ni persona contenta, porque casi todas están guardando luto a los abuelos que construyeron este mundo. Mejor o peor, pero lo hicieron ellos y presiente que si no lo hicieron mejor, es porque hay robot muy potentes que solo saben generar dividendos y su fortaleza es acuñar monedas con el oxígeno que el hombre bueno, necesita para vivir y sonreír. Siente rencor porque no le advirtieron sus progenitores de toda esta falsa existencia. Si ella hubiera estado preparada, no estaría sintiendo tanto frío, tanta soledad y tanta impotencia. Me gustaría salir y consolarla, pero yo estoy igual que ella de desolada y para colmo, me falta el aire para poder decirle por lo menos, que llore en mi hombro. Hoy la primavera está deseando que llegue a sustituirla su prima veraniega. Igual viene con más fuerza, con algo de calor y los corazones que hoy están helados, se ponen fuertes para hacer frente a esos robot que hoy, se han apoderado de la tierra, con su naturaleza y por consiguiente, del hombre niño, el hombre bueno.

Nani. Abril 2020