lunes, 1 de junio de 2020

MAMÁ


No paran de preguntar por mí, dice mi madre. A veces insiste demasiado y me produce agobio. Ellos en su momento no quisieron hacerme demasiado caso y ahora cuando ya no están preguntan por mí. Le pido a mamá que le digan que quieren, pero ella responde que era lo que le contaban el día que tuvieron el accidente y todos dejaron de estar, incluida ella. Me  temo que saben que manipulé los frenos.

CORRE, VE Y DILE

No paran de preguntar por mí desde que saben   que acerté una primitiva, que tenía pendiente desde antes del confinamiento. Los de la radio, la tele y hasta el periódico local. Hoy me ha llamado el director de la sucursal bancaria. La verdad es que un momento de  gloria a todo ser viviente le gusta. Lo que no conté a mi prima, es que había 1.200 boletos acertados y que tan solo fueron dos números más el complementario.

Nani. Mayo 2020


jueves, 28 de mayo de 2020

¡MIRA QUE PREGUNTAS!






Mami, ¿yo tengo destino?

Tú, yo, todos tenemos uno que puede ser el mejor no solo por ser el nuestro, aunque a  veces lo estropeemos con alguna retahila que nos desvía del camino. Recuerdo a tus abuelos que repetían una y otra vez: “Antaño se sembraban además de cebollas, valores. Y se cosechaba a cambio, respeto, igualdad, empatía y así, esas flores que nos hacen crecer; descubriendo al amigo, al compañero, al hermano…, con amor y verdad”. ¡Reflexión que no falte que diría don Luis para terminar, que para eso se te concedieron los dones del trabajo y la inteligencia!







Nani. Mayo 2020


lunes, 25 de mayo de 2020

MAMÁ ES, ART DECÓ





Mamá es muy mayor y a veces ni nos reconoce, pero sí rememora su infancia y juventud, como algo arraigado en su ser que se niega a dejarla. Últimamente repite el deseo de colocarse su vestido sin talle, las plumas de marabú y su collar largo de  perlas. A pesar de haber parido muchas veces, siempre procuró guardar la línea para poder llevar en los acontecimientos, su traje art decó. Lo que la desespera es no encontrar la pipa en la que aspiró los primeros cigarrillos, pero esta la hicimos desaparecer porque le perjudicaba. Desde pasados los primeros años, sabía que ya no estaba de moda, aunque la identificaba y siempre le hizo feliz recordar que con ese atuendo conoció a papá, el amor de su vida.  Por eso creo que a pesar de estar ya muy deteriorada su memoria, su personalidad no desiste, ni la dejará marchar como a ella le gusta. Por eso y por lo que pueda pasar, quiere estar preparada para el momento decisivo, sabe que él va a salir a su encuentro en cualquier momento.

Nani. Mayo 2020

sábado, 23 de mayo de 2020

SIEMPRE PRESENTE


Me despierto como todos los días al sonar el despertador y remoloneo unos cinco minutos que sé, son los que me puedo permitir, ya que el reloj está programado para que pueda disfrutar de esos minutos de duerme vela, mientras el sentido común me aconseja que no me vaya a dormir de nuevo. Pasado el tiempo límite, me  tiro de la cama y me dirijo al baño. Como siempre, lo primero la ducha y después el café que me terminará de despertar. Doy la luz que hay sobre el espejo y me quedo espantada con la imagen que me devuelve el azogue. Sé que es mi cara porque me la estoy tocando, pero la enorme herida que atraviesa desde la parte izquierda de mi frente, pasando por la nariz y terminando en la comisura de mis labios, es enorme. Paso mis dedos por el reborde enrojecido de lo que ha sido una enorme herida y ahora una cicatriz impresionante. No doy crédito, pensando que anoche me acosté perfecta. Pongo mi cara bajo el grifo del lavabo para ver si me refresco, sobre todo las ideas y vuelvo a mirarme en el espejo. La cicatriz sigue estando en mi rostro y asustada me aparto cubriéndome con ambas manos, para así intentar apartar ese mal sueño de lo que me muestra el jodido cristal. No me puede estar pasando esto a mí. Me siento sobre la tapa del váter y lloro como cuando era niña, sin saber en realidad porque lo hago. Cuando consigo tranquilizarme, vuelvo a mirar el espejo y salgo del baño. Me siento en la barra de mi pequeña cocina. Enciendo la cafetera que dejé por la noche preparada y al instante percibo el aroma del café. Me sirvo una generosa cantidad  en mi taza predilecta y repito mecánicamente, los mismos movimientos que tengo por costumbre. Me dirijo con el café en la mano a la silla que hay junto al balcón, dejo la taza sobre la mesita y miro a la calle para ver como asoma el sol por encima de los edificios. Me siento después de soltar un gran suspiro y observo un montón de cartas o documentos sobre dicha mesita.  Las miro extrañada y cojo la que hay encima. Son las pautas que  debo seguir, según me indica una nota en el borde superior con rotulador rojo y enormes letras. Me recomienda ir haciendo los ejercicios de movilidad para recuperar la que perdí hace cinco meses según comenta dicho documento. Por lo visto tuve un accidente y como si fuera una pesadilla, empiezo a recordar las volteretas del coche. Salí despedida y cuando desperté, ya me habían cosido el vientre y la cara, sin embargo y lo más doloroso, es saber que Jorge ya no me acompañará. Ahora vuelvo a revivir el dolor que sentí al estamparme contra el cristal y todo, por no llevar puesto el cinturón. Bebimos, nos reímos y nos divertimos, pero no pensamos que todo acabaría en ese momento y hoy, me cuesta cuando me despierto saber que pasó, pero según me dicen, la memoria y la sicomotricidad poco a poco las iré adquiriendo. Parece ser que olvido para no aceptar que él ya no volverá y es cuando me da lo mismo tener atravesada la cara. Parece ser y según leo en el informe del psicólogo, iré recobrando toda la memoria cuando admita todo lo sucedido y vea con normalidad  mi rostro día a día. El reflejo de lo ocurrido que tendré siempre presente.

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Nani. Mayo 2020

viernes, 22 de mayo de 2020

PRIMERA CITA, después de...



Después de pasar tanto tiempo en casa, hoy que ya puedo salir a hacer la compra con cierto desahogo, me he arreglado con esmero y me he pintado los ojos con mucho empeño. Va a ser lo único visible del rostro y quiero dar buena impresión. La verdad es que todavía acuso las ojeras (pero las he disimulado bastante bien) y los muchos llantos que me he empapado yo solita. Él se fue el mismo día que dijeron que declaraban el país en alarma y que, estaríamos 15 días en un principio sin poder salir ni a un recado. Después se han convertido en dos meses y medio y tan solo por su parte,  he recibido un vídeo llamada para decirme que estaba en casa de sus padres y que no volvería conmigo, que ya lo estaba pensando y la distancia le ha reafirmado. No quería seguir con nuestra relación, me dijo. Por eso, ya superados los primeros momentos, los  llantos con la única compañía de la almohada que aún tenía su aroma,  ya todo lavado y despejada mi mente, voy a ver si me compro una lubina para hacerla con una patatitas de fondo y al horno, que debo quitarme las chocolatinas que me he comido estos días. Por eso me estoy arreglando a conciencia y voy a ir precisamente a la pescadería donde se ha incorporado con su padre. Allí, estoy segura que estará su amigo Luís y quedaremos para ir a dar una vuelta. Por supuesto que guardando las distancias. Sé que le escocerá cuando le pregunte por la salud y vea tan solo mis ojos como relucen (llevaré la más bonita mascarilla que me he confeccionado, entre llanto y llanto) y no dejaré que se note lo que he pasado, pero al mismo tiempo podré darle de su misma medicina. Después que resulte lo que sea (por supuesto que a Luís no quiero hacerle daño ni utilizarlo en demasía. Él y yo nos entendemos muy bien y sabemos apreciar los momentos bonitos de la vida y los dos, los disfrutamos), pero hoy voy a ser un poco mala y no pasa de ahora, que tenga mi primera cita en su misma pescadería.

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Nani. Mayo 2020

jueves, 21 de mayo de 2020

TALLER DE APRENDIZAJE







Las cinco palabras de Clara Chacón, son: Sororidad, Mordisco, Lluvia, Laberinto y Árbol.



Todas las tardes al salir del colegio, iba a que le enseñaran a bordar y de paso, los conocimientos de las abuelas. Observó cómo se cimentaba lo que hoy llamamos sororidad, aunque por entonces había que vestirla de bordados o bolillos. De lo contrario, les arrancaban mordisco a mordisco la reputación y tenían hasta que justificarlo, con algún dinero que  ganaban para las cenas. Ellas, con lluvia, nieve o viento, tejían e hilvanaban el laberinto de la cultura o de la educación, porque a pesar de los muchos sacrificios, eran el árbol de la sabiduría.



Nani. Mayo 2020

miércoles, 20 de mayo de 2020

DE OTRA MANERA


Cuando salía del colegio solía entrar por la puerta a la que llamaba segunda. Encontraba la otra primero, pero allí había mucho bullicio y mi madre me pedía que invirtiera los términos. Esta era la del bar que tenían mis padres y la otra, la zapatería que regentaba mi tío. Además de que fuera la recomendada, a mí me gustaba entrar por esa segunda. Allí se respiraba paz, ya que mi tío estaba tranquilamente sentado remendando los zapatos o cosiendo las suelas a los cueros que había cortado anteriormente con una cuchilla especial para ello, muy afilada y con una curva muy pronunciada.  Él siempre me prestaba atención y yo me quedaba embelesada mirando como pasaba cera a los cabos para coser, que primero chupaba y después enceraba. Me atraía el olor del pegamento al que le llamaba engrudo, y disfrutaba su dulzura y cariño. Mi padre siempre estaba mucho más atareado con la clientela y a la vez, había siempre mucho ruido ya que el personal hablaba a  voz en  grito y al mismo tiempo, mi progenitor ni le daba tiempo de ver que yo pasaba,  pero sí algún personal bastante descarado; por esa misma razón el consejo de mi madre para que usara la otra puerta. Por entonces  no caía en esas cosas, pero fui siempre obediente y así lo hacía. A veces, mientras acompañaba a mi tío, pasaba el ganado de trashumancia por la calle y me sentía segura mirando a través de los  cristales a todos aquellos miuras y otras especies, era un placer y un gran desafío ver a los enormes toros que se paraban cuando se reflejaban en los cristales y yo al otro lado, comprobando que casi los podía tocar. Me sentía la heroína del cuento de ese día. Luego cuando merendaba pan con chocolate, me salía a la calle a jugar a la comba, a las estampitas (todavía no se llamaban cromos) en el tranco de la puerta, o a las chinas con alguna vecina o amiga, ya que por entonces todo se hacía en la calle, en los portales donde montábamos tenderetes o rifas o en la plaza más cercana. Todo era mucho más próximo. No había peligro. Los padres sabían que si nos daban una voz acudíamos al instante. La vida era muy distinta. Todo era de otra manera.

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Nani. Mayo 2020