miércoles, 15 de julio de 2020

DIFERENCIAS




Mi intención era  releer un libro que me dejó una enorme huella siendo joven y en un momento difícil en mi vida. Recuerdo que me gustó mucho y cuando lo he vuelto a retomar, me ha recorrido un escalofrío por la espalda que el libro ha ido a dar con todas sus hojas y letras contra el suelo y con la estampida, ha salido de dentro lo que creo era el motivo de mi malestar. Varias fotos de la bisabuela Mercedes y mis tíos varones. Una de las caras está recortada y solo se muestra su cuerpo enfundado en un traje que se supone distinto. No se distingue bien, ya que todas son sepia y están con manchas de humedad.  Había olvidado que el tío Paolo se fue a hacer las américas y desde entonces, su madre y bisabuela mía, dijo que había dejado de tener aquel varón. No puedo entender porque a veces los padres somos tan duros con nosotros mismos y sobre todo con los hijos. ¿Valía más tenerles bajo el yugo y guardar las apariencias, aunque con ello dejaran de vivir toda la familia y allegados? Pero me pregunto, ¿Qué son las apariencias? ¿Y la vida?


Nani. Julio 2020

lunes, 13 de julio de 2020

HACIENDO RECUENTO


Las palabras de los miembros de la Coral Cantoría para los escritores solidarios de Cinco Palabras son las siguientes:
Zum (Zoom), Confitar, Agricultura, Ventilador y Morado.

En la alarma sanitaria los que no sabemos hacer malabares a través de la redes, hemos conseguido manejarnos en las distintas plataformas como Zoom. Ha sido lo que nos ha salvado a las familias. Nos tranquilizaba ver si estaban ojerosos o llorosos y nos daba la vida animarnos. Hemos bromeado y adoptado lo que una niña dijo. Hemos preferido confitar o confitarnos, resultaba más ameno. Hemos valorado la agricultura del vecino y el ventilador que estaba en el trastero. Lo que nos ha dolido y mucho, es el morado de la vecina. Al final denunciamos por malos tratos.

Nani. Julio 2020


sábado, 11 de julio de 2020

FEDERICO




Cerca de  primavera sembré como todos los años, las petunias y la hortaliza en el pequeño jardín que tengo detrás de casa. Todos los días a las ocho de la mañana regaba, asentaba un poquito la tierra y abonaba el día que tocaba con el fin de que mis plantas tuvieran todos los nutrientes que mi querido amigo semillero, me recomendaba. Pasado unos días empezaron a asomar los brotes y entre ellos, algo que creí eran lombrices. Me acerqué para asegurarme y con ayuda de mi pequeña pala, levanté la tierra. No se trataba de lombrices, sino de una especie de feto, oscuro y peludo que no medía más  de cinco centímetros. Cuando le tenía en mis manos emitió un sonido que se me clavó en el alma y sin saber cómo reaccionar, lo volví a dejar sobre la tierra. En ese momento, el sonido se convirtió en una especie de llanto y ya no pude evitar recogerle y llevarlo conmigo dentro de casa. Como pude, improvisé una especie de pañal y lo recosté en la cunita de muñecas que tenían mis nietas. Allí se quedó dormido y estuvo casi una jornada sin apenas moverse. Yo le daba vueltas porque la verdad es que estaba inquieta y a la vez, muy intrigada. Pasados día y medio, despertó llorando como si se tratara de un bebé e imaginé que tendría hambre, así que calenté una poca de leche y con ayuda de una cucharita de las muñecas, le fui introduciendo el líquido en su boquita  grande para su tamaño y empezó a calmarse. Al final se quedó dormido de nuevo y así fueron  pasando los días y mi pequeño o lo que fuera; creciendo. Al cabo de un mes dormía en mi sillón favorito y pasados cinco meses, en la cama de mis nietas. Comenzó a andar con dificultad porque aunque tenía apariencia de humano, no llegaba a serlo y no me atrevía a llevarlo al médico o al veterinario, por  si acaso me lo quitaban, ¡ya me había encariñado y como no causaba molestias, fuimos conviviendo y nos dimos compañía y cariño! Cuando hacía el pedido de la semana, le decía que se quedara en casa y obedecía, creo que intuía que los seres de fuera podían causarle problemas y por sus maneras de actuar, se le veía feliz en casa. Los domingos de primavera y otoño, hacíamos un especial en el patio, siempre con precaución porque cada día estaba más grande y los vecinos podían asustarse. Cuando cumplió cinco años, descubrió el espejo que tenía para depilarme las cejas y se pasaba las horas sentado en el césped del jardín, viendo su cara, enseñando sus dientes y haciendo cucas monas. Más tarde aprendió a maquillarse y a colocarse mi sombrero de paja. Con aquellas cosas era feliz, hasta que un día el señor Damián lo descubrió. Dijo que un animal de aquellas dimensiones no podía convivir conmigo, que un orangután no puede estar en un jardín, pero le convencí de que no era un orangután, sino un ser nacido de la tierra que me hacía compañía y que me ayudaba a que mi vida fuera más divertida, mientras mis hijos y nietas volvían de Groenlandia en dónde vivan desde hacía ya, los cinco años que tenía mi amigo Federico. Cuando volvieran, ya veríamos como lo hacíamos, pero desde luego no iba a permitir que me quitaran a mi amigo del alma. Ellos marcharían a Groenlandia o a Cincinnati y volvería a quedarme otra vez en las mismas circunstancias, así que no iba a permitir que me dijeran con quien iba a convivir el resto de mis días. Además pregunto yo: ¿Se diferencia mucho un orangután de algunos energúmenos de los que habitamos la tierra? Pues eso…

Nani. Julio 2020

viernes, 10 de julio de 2020

SÍ, ESTARÁ


Terminó muy cansada. Pudo librarse del contagio pero por puro milagro. No pasó lo mismo con muchos de sus compañeros y cuando al cabo de los cuatros meses volvió a ver a sus padres sabiendo que no correrían peligro, se quedó con ellos. A los amigos los vería más adelante. Si iba a la tienda del barrio siempre lo hacía protegida, ya que sabía bien como esta cosa a la que llamamos “bicho” (cuando nos da miedo algo, lo bautizamos con un nombre que produce menos repelús, la cuestión es ponernos una pantalla delante) era muy peligrosa, sobre todo para sus familiares ya con algún achaque y con cierta edad. Recuerda los aplausos de los confinados, mientras en los hospitales caían exhaustos tanto ella como sus compañeros. Dormían donde podían si el momento les dejaba dar una cabezada. Lo de comer era otra cosa, además de haber perdido las ganas, preferían descansar aunque fuera tumbados en el suelo pelado de los pasillos. Hoy cuando está merendando en el balcón junto a sus padres, ve pasar a un grupo de chicos sin protección y con unas bolsas que se suponen botellas para ir a algún lugar a hacer un botellón. Piensa en lo olvidadizos que somos los seres humanos. La madre los mira, baja la mirada y calla. Ella, adivina que está pensando pero tampoco dice nada, sabe que si en el trabajo la necesitan de nuevo allí estará, porque nació con esa condición, pero le cuesta entender el egoísmo de otros a los que no parece importarles su vida, la de sus compañeros y las de los que se han quedado en el camino que incluso algunos, son sus propios familiares. No lo entiende a pesar de saber que cuando sea necesario, allí estará.

#52RetosLiterup

Nani. Julio 2020

miércoles, 8 de julio de 2020

INTER/CAMBIO, PRESTO O COMPARTO



ANUNCIOS POR PALABRAS (17)

Intercambio miradas que tras el confinamiento se han quedado atrapadas entre ventanas y balcones y quieren volver a vivir, ver y sentir. También las tengo que son muy sinceras y limpias que desean caminar por senderos sin dolor. Las hay lascivas, desconfiadas. Estas normalmente no se dejan aconsejar, van un poco a su aire y cuesta dejarlas en algún hogar, no se suelen adaptar y acaban en cunetas, es su egoísmo que les hace acabar desechadas. Las abiertas son las más demandadas y las que se adaptan a todos los hogares. También están las que se dejan llevar, las que imitan y las que no son nada responsables. Pero las que más me gustan y más solicitadas están, son las miradas sinceras y limpias, sobre todo las que pertenecen a personas sencillas. Estas normalmente no quieren ser vendidas ni cambiadas, sino que les gusta compartir con quienes necesitan de una buena mirada y una sincera conversación aunque sea a través de lo que pueden decirse con los ojos. Me cuentan, que echan bastante en falta las sonrisas, pero por ahora eso lo tenemos vedado. Después cuando todo termine y sea realmente normal, me dedicaré a buscar sonrisas, pero por ahora me defiendo bastante, con este bonito negocio de las miradas. Normalmente lo dicen todo y como no tenemos la sonrisa a la vista, nos distraemos menos y podemos averiguar mucho más profundamente, que nos dicen unos ojos, aunque hay una excepción y es cuando un individuo es esquivo y escaquea mirar a lo  más profundo de quién tiene en frente. Las miradas lo dicen todo incluso cuando tienen enfrente a un cazurro que se esconde hasta de sí mismo.
A quién esté interesado, más abajo dejo mis cuentas en las redes y mi número de teléfono. Si estás interesado, ya sabes dónde encontrarme, eso sí, ven con mascarilla que ahora no busco nada más que miradas.

Nani. Julio 2020

viernes, 3 de julio de 2020

TOCÓ HACER LIMPIEZA





Estoy reflexionando y no sé si lo que hemos recibido ha sido información, desinformación, bulos o los intereses de ciertos individuos. Solo sé que la mente la tengo tan enormemente llena de basura, que ya me reboza como si fuera una fuente en medio de un estercolero. La fuente siempre fue preciosa, pero no estaba en el sitio adecuado. Bella pero en el lugar equivocado. Ahora quiero encontrar alguna verdad y he empezado por desenterrar a la niña que llevo dentro y que abandoné hace mucho tiempo, porque era incapaz de enfrentarme a ella y sus circunstancias. La niña abandonada por las obligaciones de los mayores, de la educación del momento y por tantas particularidades impuestas, que fue enterrada dentro de mí, así como se empuja la ropa de invierno en el armario, cuando ya no cabe nada y no hay sitio para colocarla en otro lugar. Ha vivido apretada y en ocasiones hipnotizada para no sentir, porque de lo contrario la locura se hubiera apoderado de ella. La niña aquella que huía de aquellos abrazos que no le auguraban nada bonito. La niña que imploraba amor y solo le devolvieron responsabilidades. La niña que quiso ser y al no conseguirlo, se arrebujó y dejó de crecer para poder caber en el hueco que le habían asignado o se asignó a sí misma.
La estoy limpiando y el suelo se ha llenado de charcos. Dice que son las lágrimas retenidas y que había guardado consigo. Poco a poco la he ido sacando, la he besado y abrazado al mismo tiempo, me reconcilio con ella. Sé que hoy la he encontrado. Sé que me he encontrado. Doy por bueno, tanta basura que acumulé sin ser consciente de ello.

Nani. Julio 2020

miércoles, 1 de julio de 2020

CUANDO TODO SE DA LA VUELTA



Teníamos gana de vernos y nos citamos en el malecón. Es un lugar emblemático al que llegamos con ilusión. Después de tanto tiempo nos apetecía oler el mar y sentarnos bajo el árbol que plantara el abuelo. Dolor y  empatía por los que no han podido venir. Nos veremos más adelante, mientras tanto, seguiremos con la vídeo-llamada. Será un verano para disfrutarnos al aire libre. Correr por las mañanas y tardes divertidas de libros, café y té helado. Vacaciones familiares, con charlas interminables, sin besos y abrazos, pero con mucha complicidad, porque sabemos  que ahora todo se vive.




Nani. Julio 2020