viernes, 24 de julio de 2020

BANDO DE URGENCIA




Se escucha por megafonía un aviso importante, que pide a todos los ciudadanos atiendan con atención. En unos momentos ─ dice la voz, va a haber un bombardeo y se pide a los ciudadanos que salgan a la calle, ya que no va a ser un bombardeo al uso. Por fin se han puesto de acuerdo las personas y desde hoy, se van a limpiar nuestras ciudades descargando bombas de amor, humanidad y comprensión. En un principio se ruega salir en bañador o bikinis. A los niños se les ruega ir de la mano de sus padres y recibir pequeñas dosis; ya que ellos nacen con valores innatos adheridos a su corazón, piel y no suelen conocer el egoísmo, de la manera que los mayores lo desarrollamos. Ellos, si la lluvia es de gratos colores y suaves palabras, se suman sin ningún problema, pero como ya los llevan incrustados, no sería recomendable saturarles, son naturales de nacimiento, los cambios que sufrimos con el paso de los años son adquiridos, como si se tratara de: “copia y pega”. Sí es muy recomendable esta lluvia para los egoístas, usureros y los que han olvidado el significado del amor y humanidad (tal como se ha concebido siempre, aunque no se haya practicado), deformada por la globalización y la falsa economía que nos han querido implantar y que como siempre, va dirigida para beneficio de unos pocos. De ahí, todos los problemas psicológicos y las pandemias que sufrimos en distintos países a las que ni caso se hace y la que para colmo, ha surgido ahora y nos está cambiando a todos aunque no lo queramos creer. Se recomienda también, no secarse después de la lluvia de amor, ya que debe ir absorbiendo la piel de forma natural. Más tarde, se pide ir a casa con una bolsa de basura y meter en ella, todo lo que nos ha ido causando dolor, cerrarla y poner una nota en ella en la que rece: “Basura contaminante”. Se dejará por las noches en las puertas de los domicilios; se ha creado una comisión que a partir de la media noche, recogerá esos contenidos y se llevará a un lugar seguro, donde se reciclará todo lo que no aporte nada, si se observa que hay algo que sea recomendable conservar, se fundará un museo para recordar a los humanos que no podemos caer en ese modo de vivir que tanto daño ha causado. Ha llegado una nueva vida y un nuevo modo de vivir. El mundo ha estado equivocado y debe aprender a vivir de verdad.

Nani. Julio 2020

jueves, 23 de julio de 2020

CUANDO ME CONVERTÍ EN VIENTO


Hoy quiero homenajear el día del Libro con este poema que hice hace algún tiempo. 
FELIZ DÍA DEL LIBRO AMIGOS.
Amanecer es ser viento

Cuando me convertí en viento, supe que estaba impregnada de semillas que a mi vez, iba esparciendo por donde pasaba para hacerse vida.

Cuando me convertí en viento, mi pelo ya no me pertenecía porque se hizo manto para quitar frío.

Cuando me convertí en viento, mis lágrimas fueron lluvia que refrescó el desierto.

Cuando me convertí en viento, mis manos fueron caricia cuando la soledad se hizo hielo.

Cuando me convertí en viento, mis pies hicieron de los guijarros alfombra que suavizó el camino.

Cuando me convertí en viento, mi sonrisa se hizo música, murmullo y beso.

Cuando me convertí en viento, todo se suavizó, fue más sencillo y la vida andando se hizo camino.

Publicado anteriormente el pasado 2 de junio de 2011

Nani. 23 Julio 2020

sábado, 18 de julio de 2020

CULPABLES, LAS AMÍGDALAS






Cuando hago mi ruta matutina, siempre suelo recorrer el mismo camino. Salgo de casa, voy hacía la salida del pueblo y allí, casi siempre las nubes me hablan, ¡claro está, el día que hay nubes! Veo figuras y muchas veces, son personajes de los cuentos que leía cuando era un niño. Es la manera de hacer mi recorrido más ameno, ya que a veces me resulta pesado. Cuando me acompañaba mi hermana todo lo hacía más divertido, pero desde que ella se fue a la ciudad, este recorrido se me hace pesado, aunque hoy ha sido distinto. Cuando llegué al sendero de las alamedas, se levantó una ligera brisilla y en lugar de hablar las nubes, lo hacían los árboles que se juntaban unos a otros, se susurraban y se saludaban, dando la apariencia de seres gigantescos que se abrazaban. En un momento, me pareció ver al gigante de la sabiduría. A la sabía del bosque embrujado y a la mismísima hechicera azteca Malinalxóchitl (Hierba torcida). Entonces recordé lo que me pasaba siempre que tenía amígdalas cuando era pequeño. En casa las paredes estaban encaladas con cal a la que se le añadía color ocre para modernizar un poco las habitaciones, pero como eran casas antiguas y muy húmedas, la cal se desprendía y aparecían los famosos desconchones que tanto agobiaban a madre. Entonces en aquellos momentos que la fiebre subía, podía distinguir en aquellas paredes a la hada madrina de los cuentos que sobre la cama conseguía madre traer de la biblioteca, para distraer mi enfermedad. También podía distinguir al famoso Mikey con su nariz  enorme a Dumbo con sus orejotas voladoras y hasta al tío del saco que por cierto me daba mucho miedo y entonces no valían cuentos ni zarandajas. Cuando estaba en la pared y mi fiebre subía, no había razones que apaciguaran mi llanto, si no eran los brazos de madre y la caricia de una nana que solo ella sabía. Más tarde supe que la inventó para darme sosiego en las noches de amígdalas inflamadas.

Nani. Julio 2020

viernes, 17 de julio de 2020

PREGUNTAS INTERMINABLES




─ ¿Sabes que mueve el mundo?

  El mundo da vueltas, lo dice papi.

─ No, gira el planeta. El mundo lo mueve el amor de las personas y la vida de cada una.

─ ¿Y si la tierra gira, cómo es que no nos caemos, ni se derrama el agua de los mares?

─ Porque la tierra tiene una atracción que lo retiene todo, como si estuviéramos pegados a ella. Cuando seas más mayor te lo explico mejor.

─ Vale, pero ahora dime, ¿Por qué la estrella brilla con esa luz que parece que nos guiña por las noches?


Nani. Julio 2020

miércoles, 15 de julio de 2020

DIFERENCIAS




Mi intención era  releer un libro que me dejó una enorme huella siendo joven y en un momento difícil en mi vida. Recuerdo que me gustó mucho y cuando lo he vuelto a retomar, me ha recorrido un escalofrío por la espalda que el libro ha ido a dar con todas sus hojas y letras contra el suelo y con la estampida, ha salido de dentro lo que creo era el motivo de mi malestar. Varias fotos de la bisabuela Mercedes y mis tíos varones. Una de las caras está recortada y solo se muestra su cuerpo enfundado en un traje que se supone distinto. No se distingue bien, ya que todas son sepia y están con manchas de humedad.  Había olvidado que el tío Paolo se fue a hacer las américas y desde entonces, su madre y bisabuela mía, dijo que había dejado de tener aquel varón. No puedo entender porque a veces los padres somos tan duros con nosotros mismos y sobre todo con los hijos. ¿Valía más tenerles bajo el yugo y guardar las apariencias, aunque con ello dejaran de vivir toda la familia y allegados? Pero me pregunto, ¿Qué son las apariencias? ¿Y la vida?


Nani. Julio 2020

lunes, 13 de julio de 2020

HACIENDO RECUENTO


Las palabras de los miembros de la Coral Cantoría para los escritores solidarios de Cinco Palabras son las siguientes:
Zum (Zoom), Confitar, Agricultura, Ventilador y Morado.

En la alarma sanitaria los que no sabemos hacer malabares a través de la redes, hemos conseguido manejarnos en las distintas plataformas como Zoom. Ha sido lo que nos ha salvado a las familias. Nos tranquilizaba ver si estaban ojerosos o llorosos y nos daba la vida animarnos. Hemos bromeado y adoptado lo que una niña dijo. Hemos preferido confitar o confitarnos, resultaba más ameno. Hemos valorado la agricultura del vecino y el ventilador que estaba en el trastero. Lo que nos ha dolido y mucho, es el morado de la vecina. Al final denunciamos por malos tratos.

Nani. Julio 2020


sábado, 11 de julio de 2020

FEDERICO




Cerca de  primavera sembré como todos los años, las petunias y la hortaliza en el pequeño jardín que tengo detrás de casa. Todos los días a las ocho de la mañana regaba, asentaba un poquito la tierra y abonaba el día que tocaba con el fin de que mis plantas tuvieran todos los nutrientes que mi querido amigo semillero, me recomendaba. Pasado unos días empezaron a asomar los brotes y entre ellos, algo que creí eran lombrices. Me acerqué para asegurarme y con ayuda de mi pequeña pala, levanté la tierra. No se trataba de lombrices, sino de una especie de feto, oscuro y peludo que no medía más  de cinco centímetros. Cuando le tenía en mis manos emitió un sonido que se me clavó en el alma y sin saber cómo reaccionar, lo volví a dejar sobre la tierra. En ese momento, el sonido se convirtió en una especie de llanto y ya no pude evitar recogerle y llevarlo conmigo dentro de casa. Como pude, improvisé una especie de pañal y lo recosté en la cunita de muñecas que tenían mis nietas. Allí se quedó dormido y estuvo casi una jornada sin apenas moverse. Yo le daba vueltas porque la verdad es que estaba inquieta y a la vez, muy intrigada. Pasados día y medio, despertó llorando como si se tratara de un bebé e imaginé que tendría hambre, así que calenté una poca de leche y con ayuda de una cucharita de las muñecas, le fui introduciendo el líquido en su boquita  grande para su tamaño y empezó a calmarse. Al final se quedó dormido de nuevo y así fueron  pasando los días y mi pequeño o lo que fuera; creciendo. Al cabo de un mes dormía en mi sillón favorito y pasados cinco meses, en la cama de mis nietas. Comenzó a andar con dificultad porque aunque tenía apariencia de humano, no llegaba a serlo y no me atrevía a llevarlo al médico o al veterinario, por  si acaso me lo quitaban, ¡ya me había encariñado y como no causaba molestias, fuimos conviviendo y nos dimos compañía y cariño! Cuando hacía el pedido de la semana, le decía que se quedara en casa y obedecía, creo que intuía que los seres de fuera podían causarle problemas y por sus maneras de actuar, se le veía feliz en casa. Los domingos de primavera y otoño, hacíamos un especial en el patio, siempre con precaución porque cada día estaba más grande y los vecinos podían asustarse. Cuando cumplió cinco años, descubrió el espejo que tenía para depilarme las cejas y se pasaba las horas sentado en el césped del jardín, viendo su cara, enseñando sus dientes y haciendo cucas monas. Más tarde aprendió a maquillarse y a colocarse mi sombrero de paja. Con aquellas cosas era feliz, hasta que un día el señor Damián lo descubrió. Dijo que un animal de aquellas dimensiones no podía convivir conmigo, que un orangután no puede estar en un jardín, pero le convencí de que no era un orangután, sino un ser nacido de la tierra que me hacía compañía y que me ayudaba a que mi vida fuera más divertida, mientras mis hijos y nietas volvían de Groenlandia en dónde vivan desde hacía ya, los cinco años que tenía mi amigo Federico. Cuando volvieran, ya veríamos como lo hacíamos, pero desde luego no iba a permitir que me quitaran a mi amigo del alma. Ellos marcharían a Groenlandia o a Cincinnati y volvería a quedarme otra vez en las mismas circunstancias, así que no iba a permitir que me dijeran con quien iba a convivir el resto de mis días. Además pregunto yo: ¿Se diferencia mucho un orangután de algunos energúmenos de los que habitamos la tierra? Pues eso…

Nani. Julio 2020