Imagen de Diana cazadora. Elena Mójer
Ayyyy
Diana, ¡ya me tienes jartito, eres puro desastre, ya no puedo confiar en ti!
Me
dijeron que siempre acertabas y quise creerlo, pero no conseguí mi lucerito;
aquella chica que iba a coger agua a la fuente cantando a media voz. Aunque más
tarde, vi otra chica que era más redondita y que ha sido la alegría de mi vida.
En este caso fui yo quien la conquistó. No la cazaste y yo tampoco, en el fondo
sabía que una mujer no se caza, sino que se ama y se respeta.
En
cuanto a diosa de la luna, tampoco te veo como tal, ¡tan menudita y con ese estrabismo
que cada día se acentúa más y si disparas a un lugar determinado, siempre das
en el blanco equivocado!
Querida
Diana, te dejo ahí donde te colocaron mis antepasados, con tu virginidad
intacta y cazando sueños, que quizá fue eso lo que los romanos nos quisieron
decir al idearte. Ya no creo nada en ti, tienes muy poco tino y tampoco has
cuidado de la naturaleza, que fue otro de tus deberes, así que más vale que
sigas practicando, cuidando tu belleza y también esa ternura que dicen tienes y
que no he visto por ningún sitio. ¡Hija mía, o te han dejado más destapada de
la cuenta y lo que debió ser ternura o delicadeza, se ha convertido en carámbanos
y chupones de hielo, o algo está mal en la historia que nos han contado!
También puede ser que como todos cambiamos, a ti al paso de los siglos, se te
ha caído el universo al suelo y como Mafalda decía, te gustaría bajarte del
mundo porque ya no entiendes nada, ¡como a mí me pasa!
Nani.
Enero 2021