lunes, 15 de julio de 2024

PERDÍ HASTA LA PAZ

 


Las Cinco Palabras del mes de Julio de MARTA GARCÍA son ...

Maratón, hijos, tiempo, sofá y suelo.


Ilusión por esa maratón o por otra competición, cero.

No, no quiero luchar más, sino ganarme el cariño de mis hijos.

Tanto tiempo lidiando por ser el mejor y ¿para qué?

Lo único que hice fue poner zancadillas a quienes se cruzaban en mi camino.

No tengo amigos y tampoco el respeto de aquellos que me dieron todo.

Solo pido al universo, que me deje un sofá para ver una película de dibujos comiendo palomitas con los míos, el gato a nuestro lado o por el suelo y la paz en mí, como cuando era joven e inocente.

 

Nani, julio 2024

sábado, 13 de julio de 2024

NIÑOS

 


https://www.elliotterwitt.com/ 

Exposición de Elliot Erwitt en la Fundación Canal, en Madrid

Quisiera y desearía pensar que la foto de este niño, es una reivindicación para hacernos caer en la cuenta de lo terrible que es, ver a un niño con un artilugio semejante, por llamarlo de alguna manera. Ni siquiera justifico un motivo cultural el hecho de darle una pistola a un niño, obligarlo a que sonría mientras que él mismo se coloca el cañón o como quiera que se llame, en su propia sien, incluso haciéndole creer que es un juego. Probablemente le ofrecieron unos peniques, céntimos o a saber cómo recompensa, para que se comprara una chuchería con lo obtenido o llevara a casa una bolsa con alguna verdura, una lata de judías guisadas o unos simples bollos de pan.

Es muy buena la foto si nos sirve para reflexionar, pero no le encuentro otra intención y me pone los vellos como escarpias, pensar que se utilice a los críos y más, con unas intenciones imperdonables, para los que manejan las divisas y puedan obtener siempre más.

No podré nunca justificar las armas, las guerras y sobre todo, que se utilice a los niños. No podré nunca justificar nada relacionado con las masacres y lo que supone.

 

Nani, julio 2024

martes, 9 de julio de 2024

EN LA NOCHE

 



 

Cuadro de Riona Buthello de su serie «Cae la noche»

Había escuchado un fuerte golpe y aunque estaba en ese duermevela que produce un despertar extraño, casi estaba seguro de que algo anormal había pasado. Intentó encender la lamparita que tenía sobre la mesita auxiliar, donde también estaba el despertador digital y la botella de agua que todos los días colocaba al irse a la cama.

La lamparita no pudo encenderla y tampoco parpadeaba la hora en el despertador como todas las noches. Imaginó que habría un corte de corriente eléctrica y no le dio mayor importancia. Se levantó y tanteando para no tropezar con ningún mueble que le podía hacer la pascua en los dedos desnudos, intentó encontrar el teléfono móvil para encender la linterna. Todas las noches lo colocaba sobre la cómoda donde guardaba la ropa interior, con la voz quitada en las notificaciones, pero no anuladas las llamadas, puesto que en cualquier momento podía recibir una de sus padres ya ancianos, o de cualquier familiar de los que vivían en distintas ciudades.

Comenzó a palpar la superficie donde recordaba haber dejado el teléfono, pero no conseguía localizarlo. Lo que sí notó, fue una especie de piel de animal, podía ser gato u otro, pero le inquietó porque no tenía en casa animal alguno. Al percibir aquel contacto, retiró la mano, dio un paso atrás movido por un impulso repentino e impactó contra algo colocado allí a propósito y que no esperaba, puesto que nunca había estado en ese lugar haciéndole titubear y caer al suelo. Sabía que debía incorporarse, pero algo le paralizaba. No esperaba nada parecido y no conseguía coordinar sus pensamientos. Como suponía que el impacto no le había retirado demasiado de la cómoda, intentó agarrarse a ella para poder incorporarse de nuevo e intentar coger su dispositivo. Su deseo era poder encender la linterna y poder ver que estaba ocurriendo, pero ni consiguió agarrarse a alguno de los cajones, ni encontró nada conocido, sino que todo lo que tocaba era demasiado extraño, viscoso, frío y le estaba produciendo tanto pánico que no conseguía coordinar. Nunca había sido un ser asustadizo, pero aquello lo estaba sacando de quicio. Tenia mucho frío, notaba que su barbilla temblaba y su corazón palpitaba a tanta velocidad, que creía que no lo iba a poder resistir.

Empezó a dolerle mucho el brazo izquierdo y apenas podía respirar o eso recordaba, cuando consiguió abrir los ojos, observando que se encontraba en la cama de un hospital y una enfermera intentaba hacerse entender:

“Señor Martínez, no se preocupe todo ha pasado. Se desvaneció en el trabajo y lleva aquí unos días. Todo está volviendo a la normalidad. Sus familiares han salido un momento a tomar un café, volverán en unos minutos, ya les hemos avisado y dicho que ha despertado y que le estamos tranquilizando. No se apure ni tema por nada. Ha delirado mucho y nos decía que había alguien en su vivienda, pero sus hermanos no han encontrado nada extraño, todo ha sido producto de su delirio y su malestar. Pronto volverá con ellos. Lo único que tendrá que hacer a partir de ahora, es cuidarse. Nos han dicho que es usted muy metódico en el trabajo y eso por ahora, habrá que olvidarlo. Ahora le recomendamos pasar más tiempo en la costa con sus padres y vivir sin preocupaciones.

No recuerda apenas nada, solo la pesadilla que siempre se repite. Aquel despacho, la cara del profesor, el intento persistente de tocarlo, perseguirlo, amenazarlo, querer salir y no poder. Era el animal que siempre estaba acechándolo en sus sueños, en la noche y en la vida que nunca había conseguido normalizar.


Nani, julio 2024

 

domingo, 7 de julio de 2024

IMPOTENCIA

 


Imagen subida de la red


Cocinaba excelentemente, pero últimamente decía que estaba cansada de hacer los mismos platos y que le apenaba no conocer las distintas gastronomías de otros lugares.

Ella que escuchaba aquellas quejas, decidió romper su hucha y fue a la librería de Merce. La niña quería llevarle a su madre el mejor libro de cocina que la librera tuviera en sus estanterías. Había obtenido 17,75 euros, era el total de sus ahorros. La librera le ofreció uno que supera dicho importe. La niña se merecía eso y más.

Cuando mamá retiró el lazo, abrazó a su pequeña llorando hasta el infinito y mucho más. Su llanto no fue solo de emoción. Los contenidos de los libros le parecieron siempre, hormigas disfrazadas.


Nani, julio 2024


jueves, 4 de julio de 2024

¿CUÁL VERDAD?

 


Y mucha, muchísima mala hostia la que mostró y quise ignorar.

Caminaba despacio intentando dejar mi ira por el camino, no había sido el que causó el incidente y se me culpaba.

Solo crucé la calzada y por el paso de peatones, pero el coche se me vino encima y si no soy empujado por una mano buena, hoy ni estaría teniendo estos pensamientos. Está claro que el punto de vista siempre es distinto, pero infinidad de veces no es el verdadero, sino el que a unos les interesa. Los escrúpulos no todos son iguales, ni se nos juzga con el mismo rasero.

 

Nani, julio 2024

sábado, 29 de junio de 2024

NOS MIRAN

 



Fotografía de Akiomi Kuroda

Al caminar por la ciudad, pasear con mis amigos o ir simplemente cuando voy a la compra y miro hacía las nubes o el azul cielo, me pregunto si nos estarán observando o concretamente, me observarán algunos entes que haya ahí en ese espacio tan deseado y desconocido para nosotros los humanos. Ese espacio que las naciones se disputan y que una infinidad de congéneres desearían habitar, adquirir o conquistar como si volviéramos a la época de la ocupación de continentes.

Me pregunto en determinados momentos que si fuera de esta manera, lo mismo volveríamos a cometer los errores que ya en otros tiempos se llevaron a cabo, pero también me surge la duda de que podía ocurrir lo contrario, que por supuesto podía ser posible y fuéramos nosotros los observados y cayéramos en manos y deseos de esos conquistadores (si aún no les pertenecemos y somos tan ignorantes que ni lo planteamos creyéndonos dueños de nuestros actos), ¿cómo reaccionaríamos? ¿Y si somos fruto de una abducción ocurrida en los confines de tiempos pasados? ¿Y si somos un experimento de otras entidades superiores o algo similar?

Tras estos pensamientos y como no tengo respuestas, prefiero ir a comprarme unos helados por si el placer que me proporciona el dulce manjar, no es duradero o en fechas próximas me es vetado, al menos habré logrado un gustazo momentáneo, que lo mismo tampoco es real, en fin, que me voy con la música a otra parte y dejo de decir más ocurrencias que mi imaginación a veces, lleva y trae a su antojo.

Aunque, de todas maneras, nada me quita la idea de que somos el reflejo de nuestra propia sombra o la que se nos deja reflejar en el asfalto.


Nani, junio 2024

 

miércoles, 26 de junio de 2024

NI DE AQUÍ, NI DE ALLÍ

 



Magistral obra de Banksy, GAZA


Fui reportero de guerra, emigré a miles de sitios y desde que me ocurrió lo que voy a narrar, ya no pertenezco a ningún lugar.

Cuando revelé el carrete de mi vieja Réflex me quedé impresionado. Nunca hubiera imaginado que en aquel columpio por el que pasaba todos los días del trabajo a casa y viceversa, solitario y ya oxidado, iban a quedar las huellas de aquellos niños que ocuparon sus asientos y que un día fueron felices, asidos a las cadenas e intentaban subir hasta el cielo.

Las guerras y los conflictos a los que acudí me marcaron. Las desapariciones tras los bombardeos me dejaron tocado, aun sabiendo que era mi trabajo, pero nunca tanto como al comprobar que en una de las fotos que hice un día, ya hace mucho tiempo y tenía olvidadas entre mis cachivaches, quedaron esas pequeñas sombras infantiles aferradas a sus asientos, intentando prolongar sus juegos, sus ilusiones y sus esperanzas, todas ellas frustradas y enredadas en ese columpio, pendientes de algo que creo no hemos sabido gestionar los seres humanos, esperando les demos un descanso. Desde entonces, no pertenezco a esta vida ni a ninguna que pueda imaginar, me quedé atrapado con ellos.

 

Nani, junio 2024