… y decidió por fin quitarse el maquillaje para volver a ser la persona
que había sido y que aquel que ya le parecía un extraño, había moldeado a
su antojo sin apenas ella ser consciente de ello. Había confiado, había
amado, había luchado y ofrecido todo. A cambió fue limada, esculpida,
maquillada y cambiada por una escultura que para sobrevivir, tuvo que
guardar su cálido corazón en el arcón congelador, para enfriarlo y
conservarlo de todo aquello que la rodeaba y no entendía, para
protegerse de esa envoltura que la hacía añicos. Pero ahora había
decidido volver a calentarse bajo los rayos del sol, costase lo que
costase. Volver significaba comenzar de nuevo y los comienzos, siempre
le hicieron ilusión.
Nani. Septiembre 2013