lunes, 18 de febrero de 2008

UN PREMIO.... UNA ALEGRIA

Después de colgar el último post he tenido unos días bastante ajetreados y no había pasado a mirar el blog, ni los blog de los amigos a los que habitualmente visito. Anoche antes de ir a la cama pensé dar un vistazo por gusto de ver el panorama y no os podéis imaginar la cara de pánfila que se me quedó al mirar los comentarios y ver que: Vanessa me había concedido el premio "Este no es un mal blog" que según ella misma comenta, es un premio de origen portugués y que debo ahora asignar a siete blog que considere imprescindibles. Se lo agradezco infinitamente, porque nunca creí que me distinguiera nadie con algo semejante. Los premios siempre son un honor recibirlos y más que nada, el cariño que ponen las personas que lo otorgan, puesto que dan unas razones que no tienes por menos que agradecer.

Como creo que todos los enlaces que tengo a mi izquierda se merecen este premio, no voy a elegir ninguno en particular, sino que a todos y cada uno, además de otros que visito y que aún no he tenido tiempo de colocar en el sitio antes mencionado, tienen este premio merecido con todo el cariño y admiración por mi parte.
Muchas gracias y besos a todos los que pasáis por aquí, en particular a ti Vanessa (hoy voy a tener la oportunidad de agradecer como es debido) a los que dedicáis vuestros minutos a los relatos de,



Nani. Febrero 2008.

miércoles, 13 de febrero de 2008

CALLEJEROS, INDIGENTES ¿UN INFIERNO? (preguntas que me hago)



-"Victor es un borracho un drogata, dice la voz popular. Es alguien de quién no te puedes fiar".

-"Es verdad. Últimamente, sólo se le ve con una litrona o un cartón de vino, sentado en uno de los escalones de la iglesia".

-"A veces, también se le ve sentado al borde de la fuente donde cualquier día, le da un vahído y amanece flotando sobre el agua".

-"Es verdad, la mayoría de la veces, está ciego, y ¿de qué?".

-"Pues seguramente, de alcohol, de alguna raya o de algo parecido".

-"Pero a mí me duele, que digamos que es un borracho o un drogata. Más bién creo y repito -CREO-, que es un pobre desgraciado o un pobre indigente, que no le hace mal a nadie. Bueno, a veces nos molesta verle con ese aspecto cuando entramos a las ceremonias religiosas".

-"Anda bonica, dame un eurillo, que tengo hambre".

-"Si hombre, pa droga o vino",- contestamos.

-"Seguro que si, que es para droga, para vino o litrona, pero... ¿acaso no es también hambre?. Hambre que provoca la miseria, la sociedad, el consumismo, la poca solidaridad, nosotros mismos".

-"¡Cómo nos molestan, Victor, Paco o Juan!"

-"Sus ojos están como traspuestos y muy rojos".

-"A mi me dan miedo y, ¿si sacan un arma?

-"Pero por Dios, ¿no te das cuenta que ya no le quedan fuerzas?, ¿pero no te das cuenta de la tiritona, que lleva acuestas?, ¿pero no te das cuenta, que cualquier mañana amanece en un portal, con su vida apagada sin apenas molestar? .

-"Yo diría más bien, que es otro Jesús crucificado que procesiona por nuestras calles un día cualquiera, lo mismo da que sea jueves, viernes o sábado, sean santo o no. Después nos lamentamos, incluso lloramos cuando los medios de comunicación nos muestran estas miserias o como mueren de hambre las personas de otros países. De pobreza, de todo lo más básico y que al fin y al cabo es horrible. Luego decimos que el almuerzo o la cena no la pasamos, que no nos llega".

-"Pero seguimos sentados en el brasero, en un buen sillón, en nuestra buena mesa y no puedo por menos que preguntarme: ¿Habría que salir a la calle?. ¿Habría que gritar? ¿Habría que conformarse? ¿Qué hay que hacer?"

-"Luchar, luchar, dice una voz en mi interior. Pero es que la desidia y conformidad están de moda y luchar contra las modas, ¡ya se sabe!"

-"Hay demasiadas modas, diría yo. Unas nos enaltecen, otras nos enorgullecen y para que todo esto sea más aparatoso y se note más aún, tiene que haber modas miserables, gentes que mueran de hambre, indigentes que acaben en las cunetas o en un portal y como nos molestan en el ánimo y a la vista, nos quejamos pero, ¿qué hacemos para solucionar el mal?".

-"Seguramente aquellos inconformistas de los sesenta, u otras generaciones, hubieran dicho: Gritad, gritad. Pero en el siglo XXI esto no está de moda, y a veces nos preguntamos, ¿hay en algún lugar del mundo solidaridad? Un buen amigo me contestó un día. ¡Sal a la calle, alguien te responderá!".
Nani, Febrero 2008.

jueves, 7 de febrero de 2008

TE ESCRIBO AHORA...






Desde nuestra casa, a 7 de Febrero de 2008.




Cariño, perdóname la carta que te escribí ayer. Me encontraba muy sola con los niños. Los dos han cogido la varicela al mismo tiempo y no había dormido apenas en varios días, tú sabes lo dormilona que soy.

Te prometí cuando te fuiste a este último viaje que no te agobiaría, que sería fuerte y que superaría todos los contratiempos. Hoy renuevo mi promesa. Los niños gracias a Dios están mejor, la fiebre ha cedido y ya estoy más tranquila. En estos días, no he dado abasto y he llegado a ponerme bastante nerviosa. La verdad es que he pasado mucho miedo con Marga, la fiebre no bajaba y su cuerpecito se había desfigurado con tanta ampolla cubriéndole la piel. Tuve verdadero pánico y sin querer, te culpé de mi soledad, de mi miedo, incluso llegué a sentirme abandonada.

Hoy quiero pedirte perdón. Decirte que te recuerdo como el último día que estuvimos juntos. Fue la despedida que siempre tendré presente. Gracias a tu madre mi cómplice, nuestra mejor amiga y la que me ayuda a superar estas largas esperas.

Hoy necesito decirte, lo mucho que te quiero, lo mucho que te necesito y lo orgullosa que estoy de ti. Quiero que sepas que todos los reproches que te hice en mi anterior carta, fueron producto del miedo, de la angustia. También quiero que sepas que no estoy arrepentida de la decisión que tomamos cuando optaste por prestar tus servicios en la "ONG". Los dos teníamos muy claro que necesitaban médicos después de la catástrofe que ha sufrido ese pobre país. Se que para ti también es muy doloroso y triste, puesto que tendrás que enfrentarte a casos muy duros y en especial, cuando se trate de niños. Conociéndote como te conozco, se que estás sufriendo pero sobretodo, haciendo lo que debemos y eso nos hace crecer a ti como médico y persona y a mí como madre, esposa y ser humano y es eso, lo que siempre quisimos hacer.

Cariño, hoy tengo que decirte infinidad de veces que te quiero, que me cuesta estar sin ti y que a lo único que aspiro es a tenerte otra vez a mi lado. Podría decir a nuestro lado sería más lógico, pero no te escribo hoy como madre de familia. Hoy no quiero pensar nada más que en ti y en mí. Hoy te escribo como la mujer que necesita al hombre que quiero, al hombre de mi vida, al ser que es capaz de hacerme la persona más feliz y a la vez, la mujer más solitaria de universo cuando te añoro.

Cariño, anoche cuando dejé dormidos a los niños, después de reflexionar y darme cuenta de lo injusta que fui contigo, intenté escribirte pero tan solo supe plasmar sobre el papel eso si, con toda sinceridad y todo mi cariño, los siguientes versos:



Eres la luz para el día,
que me alumbra a cada paso.
Eres la luna en mi noche,
cuando tengo miedo,
cuando tropiezo,
cuando tengo algún fallo.
Eres mi sol,
mi lluvia,
mi rocío,
mi llanto.
Eres toda mi vida.
todo lo que deseo
en este caminar,
que contigo comparto.
Te tengo presente,
en todo momento.
Te quiero, te quiero,
te quiero tanto....



Recibe todo lo que soy capaz de darte, recibe todo el amor, de,

Marta.


P.D. Aparte, te mando la carta de los niños. Bueno son los dibujitos que ellos hacen. Esta carta ya te dije, que no la comparto con nadie.



Nani. Febrero 2008.





Se acerca el día de los enamorados, no soy muy partidaria de los días "DE...", pero se pone una tierna al pensar en estas cositas, jejejeje.

viernes, 1 de febrero de 2008

ZUMAQUE




Aquella tarde de nuevo había decidido acercarse al zumaque. ¡Le gustaba tanto aquel paisaje desde el tajo!
En otoño alcanzaba su madurez, el colorido era impresionante tan intenso y variado, empezando por las tonalidades verdes, pasando por los diferentes naranjas y acabando por los marrones más agradables y variados. Todos tan bien combinados, que solo la madre naturaleza es capaz de alcanzar dicha paleta de colores. Sólo ella podía conseguir un arco iris después de una tormenta, ese trino fascinante cuando se sentaba debajo de la noguera ahora cargada de nueces, el vientecillo ya algo fresco que acaricia la piel, el pelo y que le hace estremecer y sentirse viva.
Todos los años volvía a ocurrir lo mismo, era como un rito lo que en aquel tajo experimentaba. Se sentía plena. Daba gracias por la vida, por su familia, por las alegrías, las dificultades y las tristezas, ya que todas ellas juntas y así revueltas, formaban parte de su ser. Por su trabajo, que aunque no era el mejor del mundo era el suyo y sobretodo, podía ejecutarlo ya que tenía facultades físicas y síquicas. Sabía que cuando volviese a casa, podría volver a mezclar los colores y plasmarlos en el lienzo que en casa le esperaba y cuando en la cocina estuviera preparando la ensalada o el estofado, no podría dejar de evocar todas las emociones que en el tajo visualizaba como si de una película se tratara y que además…, ¡duraba tan poquito tiempo este paisaje que la naturaleza ofrecía!, que estos escasos días se convertían en una necesidad acudir todas las tardes y ver ocultarse el sol. Era inevitable como inevitable era recordar y dejar escapar alguna lágrima con cierta ternura y dulzura, al recordar los sueños logrados y los no logrados. Los amores de juventud y como no, aquel chico que fue a buscar su gran sueño y del que no volvió a saber nunca más, aunque deseaba que hubiera logrado ese “su sueño”, como ya anhelaba que volviese el nuevo otoño, con su gama de colores, marrones ocres, naranjas y verdes.



Nani. Febrero2008.

lunes, 28 de enero de 2008

LA CONTABILIDAD Y AQUELLOS TIEMPOS


El libro de tapas verdes es el Diario. Para el libro Mayor, vas a utilizar este grueso de tapas negras. También te servirá, para la cuenta de bancos y proveedores. Como ves, es de fichas de recambio bastante más cómodo y si hay algún error, podrás cambiar la ficha y no tendrás que hacer contra asientos, así no darás lugar a errores que a la hora de hacer balances e inventarios, vuelven loco al contable más aventajado.

Ella a sus dieciocho años, le mira con admiración y agradecimiento. Era su primer día en la oficina y llegó asustada. Sus nociones de contabilidad habían sido muy someras y aunque seguía estudiando, había un abismo de la teoría a la práctica, por eso tenía que agradecer la amabilidad de aquel ejecutivo, que se había brindado a iniciarle.

Se lo comunicó el que iba a ser su jefe, en las entrevistas previas que tuvieron antes de confírmale el puesto de trabajo: "No te preocupes, le había dicho. Don Luís te iniciará y si te surgen problemas, me ha dicho que no tendrá inconveniente en aclararte todos los inconvenientes que te surjan, es buen amigo y lo hace sin interés alguno".

La joven estaba encantada. Ya tenía trabajo y no resultaba tan difícil como en un principio creyó. El segundo día se arregló con más esmero aún. Estaba contenta y le gustaba ir bonita al trabajo. Ese día no se recogió sus largos y lacios cabellos, los dejaría sobre su espalda brillando a la luz del ventanal de la oficina. Sus compañeros la miran con simpatía y admiración. Se siente bonita, sabe que no es una chica especial, pero si creé ser una chica agradable.

Al cabo de una hora, llega el ejecutivo. La llama al despacho. Esta vez en su mirada no ve simpatía, hoy le da un poco de asco su mirada y al mismo tiempo, un poco de miedo. Al pasar los días y según va tomando confianza, a ella le gusta menos su mirada y su sonrisa. Un día, se confirman sus temores. Aquel hombre que creyó un señor, se derrumba del todo. Se muestra ante ella como una hiena al acecho de su pieza de caza.

La joven contable, empieza a comprender a su tía-abuela, cuando le afirmaba sin lugar a rectificar: "Los hombres son lobos hambrientos, cuando ven a una paloma recién salida del palomar".


... confidencias de una vieja dama.

Nani. Enero de 2008.

miércoles, 23 de enero de 2008

NIEBLA EN LA NOCHE



Los pasos cada vez se notaban más cercanos, y la inquietud fue en aumento. Había salido de casa para ir a terminar un trabajo con un compañero de facultad y cuando bajaba hacía el río, la niebla había crecido en espesura y humedad. Los latidos de su corazón se hicieron tan sonoros y la sangre se agolpaba en sus sienes y en su garganta de tal manera, que temía fuesen escuchados por el perseguidor. Pensó esconderse en los soportales, pero el sólo hecho de imaginarlo, le produjo un escalofrío que le erizó el bello. Con el frío producido por el clima nocturno y el que le proporcionaba su mente, caminaba por el centro de la calle, con las manos embutidas en los bolsillos y la cabeza metida entre las solapas del abrigo, intentando ocultar a sí mismo, su propio miedo. Al menos – pensó -, yendo por el centro de la calle y de ocurrir algo, sería más visible al ojo humano y era posible, que en algún balcón o ventana hubiera un ojo curioso y despierto.
Cuando salió no estaba la noche tan lúgubre y oscura. La niebla había crecido minuto a minuto, y cada vez se hacia más espesa y desoladora.
Al volver una esquina, miró de soslayo para intentar descubrir al dueño de las pisadas que le perseguían, pero la espesura que encontró a su espalda era tan opaca, que del propio sobresalto la inquietud aumentó.
Allí se encontraba en medio de aquella humedad espesa y perseguido. El desconsuelo y el pavor que se estaba adueñando de su ser era tal, que incluso estuvo tentado a dejarse caer contra la pared y esperar allí al que tan próximo se presumía. Pero un impulso sobrehumano le empujo a apresurar el paso cosa que también hizo el que le pisaba los talones. La carrera crecía en ritmo, así como el propio ritmo cardíaco se intensificaba. Cuando ya creía desfallecer por el miedo, el sudor frío que le empapaba todo el cuerpo y las piernas que casi no respondían a su impulso, una mano se posó sobre su hombro y escuchó una voz que decía: “Alberto por pocas te alcanzo, que prisa llevas. Quería saber si mañana podrías prestarme el portátil en la facultad. Tengo que hacer una presentación en clase de económicas y el mío se ha estropeado. Lo necesito para que el catedrático me pueda puntuar”.

NANI. Enero 2008.


jueves, 17 de enero de 2008

PRIMAVERA






Y de nuevo ese olor tan característico, tan peculiar y tan primaveral. Eran esos famosos "chaparrones de mayo", que dice la canción. Era olor a tierra mojada y lo notó al abrir la ventana, por la mañana.
Sus hijos y su marido se disgustarían. La noche anterior habían proyectado ir al campo. Primero habían propuesto llegar en coche hasta el camino de los Cipreses, allí pasearían ellos dos, mientras los niños jugaban al fútbol. Después, volverían a montar en el coche y llegarían hasta la alameda. Allí, a orillas del arroyo almorzarían los filetes empanados y el remojón de naranja con bacalao, que tanto les gusta a los niños, y de postre tendría que ser yogur, los peques llevan muchos días dándole de lado al vaso de leche.
Mientras miraba por el ventanal, pensó en volver a la cama: "Ufff, es domingo y con esa lluvia no podemos movernos de casa, pobrecillos se van a enfadar, con la ilusión que les hacía. A todos nos hubiera venido de perlas respirar aire puro, ha sido muy largo y frío el invierno. El trabajo bastante pesado y a los niños, les viene largo ya el curso, están deseando que lleguen las vacaciones. Bueno, lo haremos el próximo fin de semana, si no llueve...".
De pronto se acuerda de sus padres y suegros. Les echa de menos desde que se tuvieron que trasladar de ciudad. Es tan dulce su suegra, tiene tanto encanto, se lleva tan bien con ella. Y su suegro tan gruñón, pero a la vez tan simpático. Siempre notaba cuando estaba triste y conseguía que olvidara el motivo de su tristeza y acabara riendo. ¿Y sus padres? La verdad es que las dificultades que tuvieron que atravesar las acusaban, pero habían sido tan comprensivos con ella y sus hermanos, les añoraba tanto. Extrañaba la mano cálida de su madre posada en la suya y como trasmitía cuando la miraba a los ojos. Su padre tan bondadoso, tan... Tengo que llamarles hoy, necesito escucharles, necesito saber de ellos. Les necesito,por Dios, les necesito.
Suena el teléfono. Se asusta. Está tan absorta. Tiene como un presentimiento y se le oprime el estómago.
¿Si? ¡Dígame! ¿Qué? ¿No, por favor, diga que es una broma, no. No puede ser, hoy no, por favor, hoy no!



nani. enero 2008.

NOTA EXPLICATIVA: Veo en la mayoría de los comentarios, que este final angustia un poco. Debeis pensar que es simplemente un relato y que es verdad que pretendí en su día, darle un giro inesperado (parece que lo conseguí), en las peli que vemos a veces pasa igual. Sólo soy un poco retorcida, pero os aseguro que simplemente cuando escribo, en la vida real, na de na.