Subir de nuevo a la habitación me cuesta tanto… Ahí fue donde
ocurrieron los hechos. Ahí fue donde él me tocó y quiso ir más lejos. Más tarde
se lo dije a mamá y no lo podía creer. Me llevó con los abuelos y me abrazaron con
tanta fuerza y tanto amor que casi me olvidé, aunque no quise volver a esta
casa. Nos fuimos a vivir a otra ciudad y ahora tengo sin más remedio que
desalojar la vivienda. Quizá pueda cerrar eso que llaman “ciclo”, pero sé que
hoy no va a ser uno de mis mejores días.
NADA NORMAL
Subir de nuevo a la habitación me erizaba el vello. Empujar la
puerta y escuchar aquellos sonidos era una misma cosa. A veces parecían
lamentos, otras risas y las más, una especie de susurro que no lograba
descifrar o identificar. Prometí no volver a atravesar aquel dintel pero una
fuerza superior me incitó y volví a entrar. Desde entonces sé que ya no volveré
a ser el mismo, lo que allí ocurrió no lo voy a rememorar ni a contar una sola
vez. Lo satisfactorio por llamarlo de alguna manera de esta experiencia, es
haber descubierto que es lo que no quiero para mí vida.
Nani. Enero 2016