lunes, 25 de enero de 2021

PUBLICACIONES EN EDITORIAL CURSIVA, juevesconcuento












Publicación en Editorial Cursiva, página nº 21



 Publicado en Editorial Cursiva, página, nº 17


Publicado en Editorial Cursiva, página nº 3

jueves, 21 de enero de 2021

TENÍA MAGIA


 

Me contó que aquel profesor le abrió los ojos al mundo. Había trabajado sin parar desde casi niña y no tenía tiempo de nada, no sabía apenas escribir y le mostró un mundo que casi la vuelve loca. Le habló de poetas, de historia, de las mujeres ocultadas por sus maridos, padres o hermanos; que se apoderaban de lo que ellas escribían o pintaban. Supo de descubridores, químicos y seres especiales. Le contó que la vida no era como se la habían narrado o como le hicieron creer.

Ella le dijo que su afán era buscar y el maestro le contestó que siguiera esa búsqueda, que ese es el objetivo del ser humano.

Le aconsejó que dejara el pluriempleo, que viviera, pero aquello en ese  momento no era posible y mientras tanto, le crecían de manera incontrolable las ganas de saber, de aprender y, le aumentaba la impaciencia, creyendo que no tendría tiempo de acudir a las citas que le ofrecía la vida y el saber. Deseaba conocer los museos, las arquitecturas de las ciudades, las veletas que culminan ciertos edificios y fue tan fuerte su deseo de aprender, de ver y sentir, que como siempre suele pasar, surgió otro acontecimiento que la paró en seco y no tuvo más remedio que tragar saliva, tanta que la ahogaba, tanta que la atragantaba y tuvo que detenerse y recolocar su mente, porque ya se había vuelto loca y no sabía si iba o venía. 

Entonces, volvió a buscar al maestro. Este le dijo que nunca hubiera imaginado que sus conocimientos le causarían tanto efecto, que debería tomarse todo con calma, que el aprendizaje se debe adquirir sin agobio ni frustración, porque de lo contrario se quiere acaparar tanto, que no se asimila bien y hace el efecto contrario, en lugar del resultado esponja, que es el que se debe conseguir. Sería como si se atracara en un banquete. El bufet suele ser delicioso, pero ha sido tal el cúmulo de manjares tragados, que con las mismas, se acaba vomitando todo y solo queda el sabor amargo de lo que pudo haber sido.

La alumna tenía una edad y muchos palos dados. Experiencia en definitiva, para entender todo lo que le decía su adorado maestro, tomándose la vida con calma, como le aconsejó.

Al final, ella terminó estudiando. Le dio tiempo a conocer mundo ¡tampoco necesitó tanto!, porque descubrió su verdadera vocación y con ella; viajó, conoció lugares y sobre todo cultura, esa que tanto deseó siempre. Consiguió hablar algún otro idioma y lo que para ella era mucho más importante; plasmar en unas cuartillas todo lo que en su alma se debatía desde que tenía uso de razón. Gracias a aquel querido maestro, hoy es escritora y con resultados positivos.

Un día me contó, que le agradecía entre muchas cosas a su querido maestro y sobremanera, saber que podía escribir sin apenas faltas de ortografía y, más que nada, le enseñara la manera de conseguir limarlas y corregirlas.

#MiMejorMaestro

 

Nani, enero 2021

TIEMPOS DUROS

 Dígale, agente, que la quise mucho, tanto que por eso la dejé allí. Me temía este mismo acontecimiento y no quería que pasaran por esto, ¡qué sofoco! Pobrecita, ¡tan rosada y delicada! No debí dejarla solita en el arcén, pero venía mi novia y no quería que percibiera que en el confinamiento la echaba de menos, no tenía bastante con la almohada y mis brazos estaban vacíos. No me dio tiempo a desinflarla y guardarla en el altillo del almario. ¡Y mire usted por donde, estaba la poli a la vuelta de la esquina!

 

Nani. Enero 2021

martes, 19 de enero de 2021

HELADO, MIENTRAS NIEVA

 

 


Esta Noche Te Cuento, en esta ocasión propone la tristeza y la nostalgia


¡Tengo frío! Me apetece sentarme al calor de la lumbre, pero antes de seguir con mi última lectura, me apetece repasare el álbum de fotos. En primer lugar aparecen papá y mamá sonrientes ayudando a mis hermanos y a mí, a moldear un muñeco de nieve. Recuerdo aquel día como si fuera hoy mismo, ¡lo pasamos tan bien! Después, llenamos un cubo de nieve y mamá colocó una olla de natillas, que acomodó haciendo un hueco y batiendo con fuerza y sin parar, con la cuchara de palo (a veces papá la sustituía), hasta que lo que era un postre, se convirtió en un rico helado de vainilla. Fuimos ese día los niños más felices del universo. Sabíamos que en países fríos, tomaban helado y ese día nos sentimos suizos, noruegos o que sé yo, de otro sitio muy al norte, donde se comía helado mientras se veía caer la nieve por la ventana. Después, en la candela, aquí mismo donde se me agolpan tantos recuerdos, jugamos a la oca, a tres en raya y para la cena papá asó boniatos, hizo un bol de palomitas con miel, nos contó un cuento y… ¡noto la cara mojada!

 

Nani. Enero 2021

domingo, 17 de enero de 2021

LA QUE CORTABA EL AIRE (II)



Hombre ofreciendo dinero a una mujer de la pintora, Judith Jans Leyster. Nació en Harlem en 1609 y falleció en Heemstede.

Cuando escribí el relato para "Mujeres pintoras- VisiBiliz-ARTE II", proyecto de Esther Tauroni Bernabeu que dirige y, para formar parte de la segunda antología, Concha Cortéz López en los comentarios, me decía que se había quedado con ganas de más y me retó a seguir la historia. Entre bromas, le dije que lo haría. Tengo que aseguraros que me gustan mucho los finales abiertos y que pienso que las segundas partes no suelen ser buenas, sobre todo en aficionadas como yo me considero, pero como las  promesas se deben cumplir, aquí dejo esta humilde parte segunda, de la abuela Teresa.

Te puedo decir, que muchas cosas de las que hemos conservado y podemos contar de la abuela Teresa, fue gracias a un diario que estuvo escribiendo desde aquellos días tristes, en las clases que le impartían las carmelitas allá en tierras americanas. Eran duros días de trabajo y aprendizaje, pero que aprovechaba con mucho interés, ya que sabía que se trataba de su futuro. Desde muy pequeña sabía que si no aprendía algún oficio, le quedaba seguir el mismo camino de sus compañeras; unas criando desde la primera sangre derramada a cambio de un cacho de pan, de las rameras que poblaban las calles, por ser protestonas o por no encontrar otro camino, ser servidoras de los señores conquistadores o adinerados, o en definitivamente, ser mojas como las carmelitas querían y pretendían al acogerlas en sus conventos. Eso fue algo que sus padres le enseñaron desde casi que empezaron a salirle las primeras muelas y ella, lo supo entender desde entonces. Por eso aprendió a coser, a cortar y hacer sus propios patrones, e incluso diseñar los vestidos de las señoras, los justillos que resaltaban las curvas de las damas obsesionadas por sus cuerpos, los sombreros y los lazos y complementos.

Las prenda interiores las hizo algo más cómodas, siendo las señoras de la corte, las que pedían aquellos justillos que sustituían a los corsé de hierro que les provocaban llagas, e incluso infecciones con grandes calenturas y enfermedades irremediables. Fue pionera en los pololos, que ajustados a las rodillas, con encajes y bordados, estaban abiertos en la parte delantera y trasera de la entrepierna, para facilitar las necesidades ordinarias del día a día y que llegaron a ser muy apreciados por las mujeres de alterne en los años posteriores. Utilizaba el lino, tanto para el corsé, al que introducía como mucho, unas ballenas de hueso, como para los pololos que lo remataba con bonitos encajes de bolillos que hacían para ella, las chicas que en su taller trabajaban.

También tiene un boceto en dicho diario, de lo que sería más adelante, un sujetador de paño higiénico para poder cambiarlo durante la menstruación y así evitar, las numerosas infecciones que las mujeres tenían, por falta de higiene y de cambio de dicha prenda. Era una especie de cinturilla con unas cintas que sujetaban el pañal, que facilitaba el retirarlo y colocar otro nuevo, sin tener que quitar las sayas y refajos que debían llevar todas ellas.

En definitiva, fue una precursora de la comodidad y la elegancia, pero sobre todo, de la higiene y la salud aplicada a las telas y el cuerpo que era el que sufría las llagas, las escoceduras, los piojos y todo lo que genera la poca higiene.

Hay otro apartado en el diario de la abuela que a mí particularmente, me ha llamado siempre mucho la atención y es con relación al género masculino y poseedor de todo lo que su mano lograba. Por eso decía siempre, que ella no pasaba por mano alguna, que no fueran las caricias de su campesino amor, sus hijos, y más tarde, los nietos que pudo disfrutar.

Cuenta que un día fue ella la que llevó las prendas puestas de prueba, a una de sus adineradas clientas; Doña Gertrudis del Mármol y Villanueva.  Al llegar a la mansión, la señora se encontraba algo indispuesta y tuvo que esperar a que las sirvientas la ayudaran a vestirse, peinarla y adecentarla para recibirla en su salita particular. Allí esperó un buen rato y cuando creía que entraba, ya que escuchó la puerta abrirse, confiada en que sería la señora y distraída como estaba preparando las pruebas necesarias, con la boca llena de alfileres, el que se acercó a ella era el esposo de esta, que la cogió por el talle y la quiso forzar, quedando este acribillado por lo que la abuela tenía entre sus labios y más tarde, se vio tristemente amenazado por la tijera que siempre le acompañó en el bolsillo de la saya. El hombre salió del recinto, según cuenta,  con el rabo entre las patas como comúnmente se suele decir y murmurando algo así como que con razón la llamaban: «La que cortaba hasta el aire». En este caso, el señor de la casa salió como en otras ocasiones les pasó a otros, sabiendo que la abuela era de armas tomar y que con ella no se jugaba así como así. Qué a las mujeres se las respetaba y que no estaban para ser poseídas, como ellos tristemente creían.

En uno de los apartados dedicados a la alimentación contaba que echaba mucho de menos la chirimoya y el aguacate (hoy lo consumimos nosotros con facilidad, pero entonces, no era así), pero por tradición familiar y en recuerdo a ella, siempre se ha consumido mucha batata en casa, cocinada de mil maneras, entre una de tantas, la batata como base del pollo asado al limón, el maíz como complemento y la harina de maíz para hacer bollos, pasteles, tortas e incluso, en sustitución del pan. No todas las generaciones han sido aficionadas a sus recetas, pero siempre hubo alguno o alguna que le interesaba la historia de la abuela y seguía sus tradiciones. Las patatas por supuesto sí que se han consumido, porque quizá era uno de los tubérculos que vinieron de allá y que aquí, han crecido y se han adueñado de todas las cocinas de la tierra. La calabaza también se consume en casa y con la fusión de las recetas de la abuela, y la imaginación de uno de mis hermanos, hoy la comemos con bacalao siendo uno de los manjares que nuestros pequeños comen con gozo, sobre todo en empanada o empanadillas y por supuesto, en cremas y como base de potajes y aderezos o guarniciones. Los tamales a su pesar al principio no pudo cocinarlos, pero ya cuando empezaron a traer hojas de plátano de Canarias, los pudo preparar e incluso hubo alguna señora que se los encargó, aunque ella prefería la costura. Lo que no ha faltado en nuestra familia, han sido las arepas que sobre todo cuando hemos sido niños, nos gustaban de forma especial y que se preparaban para cumpleaños infantiles, celebraciones y cenas caseras, rellenas de sobras de cocido, guisos de carne o ensaladas varias y como no, el delicioso sancocho de mil maneras.

Y bueno, podría contarte más cosas, pero prefiero dejar las cosas más íntimas para la familia, porque es nuestro legado, nuestra herencia y el orgullo del que nos nutrimos en esta familia de corazones hechos de trabajo, responsabilidad y mucho respeto que es lo que al final de su diario, la abuela Teresa pide a todos sus hijos, nietos, biznietos y generaciones siguientes.

Con mucho cariño, para ti, Concha.

 

Nani. Enero 2021

 

sábado, 16 de enero de 2021

PIDO UN RAYO DE LUZ

 

Las Cinco Palabras de la actriz Rebeca Sala para los Escritores Solidarios de Cinco Palabras son:

Rocambolesco, espectacular, brillar, mover y dale.


Hay días que cuando me levanto y escucho las noticias, todo me parece tan rocambolesco que, ganas dan de volver a la cama entre las mantas y no salir, hasta que haya pasado un siglo. Despertar, solo si hay un espectacular paisaje, ver brillar el sol con luz y optimismo para repartirla al universo. Quisiera mover o girar la tierra como si se tratara de un coctel, o más bien, pasar por un tamiz tanto desconcierto y dale que dale a la confusión, al manejo de desarmados que buscan fama, a costa de tu vida  y  la mía.

 

Nani. Enero 2021

jueves, 14 de enero de 2021

MUÑECO...

 


─ ¡No huyas cobarde, míralo, como su madre lo trajo al mundo, será…!

─Y me deja el traje y el bombín. Verdad es que tiene impregnado su perfume. Sí, Varón Dandy que era el que siempre pedía. ¿Pero para qué quiero su ropa vacía de carne sabrosa y ardiente?

─ ¡Ya sé que te resulta penoso cumplir con tu deber, es verdad que soy muy ardiente o eso decías siempre, pero es que soy mexicana y me gusta en chile, hasta dentro de la cama y tú eres un egoísta dormilón que no piensas en otra cosa. ¡Peluche de fieltro…!

Nani. Enero 2021