miércoles, 14 de febrero de 2024

AMOR Y CARNAVAL

 


Imagen subida de la red


Mide cinco centímetros, usa gafas y viste de azul cuando traspasa el espejo y pasa a otra dimensión. Allí todo es posible. Puede hacer y deshacer. Regar con polvo de nubes a quién quiera y conseguir que las personas se atraigan o, todo lo contrario, aunque últimamente su interés está en Claudia su compañera de curso. Desea que lo vea un poquito más guapo y más alto. Se ha comprado un traje de purpurina rosa con arcos iris dibujados, lentillas para que no se noten sus dioptrías y en la mano lleva un cucurucho de confetis, con los que desea conquistar a la compañera en el desfile del colegio.

 

Nani, febrero 2023

domingo, 11 de febrero de 2024

CORAZÓN, CORAZONCITO

 

 


Fotografía de Rebeca Saray

Ya se pasó la moda a Dios gracias, de esperar que nos digan que somos todo corazón. Son modas o expresiones que no me gustan. Desde hace algún tiempo, soy yo la que me digo que no solo corazón, sino energía, pasión, sensibilidad, empatía, dolor, tristeza, apariencia física, bonita o no tan bonita, pero como decía, apariencia que con el tiempo se deteriora. Nos salen arrugas, la sonrisa se aja a veces o la derrochamos, sin importarnos que nos digan si debemos o no hacerlo. Nos salen canas y puedo contestar como me siento, si me dicen que debo teñirme. ¿Por qué razón debería hacerlo? ¿Por moda, porque lo dice alguien o por estética? ¿Quién impone la moda y la estética, por decir algo? Es una vez más, ¿imposición de márquetin y economía? ¿Tengo que subirme al carro de todo lo que dicen e imponen?

Todo esto es un ejemplo de lo que hoy nos sucede a nivel global y me preocupa como repercute en nuestros niños, que aún no saben gestionar sus emociones. Ven en los medios a otros, con una serie de objetos que desean también y que al final, solo les aporta soledad. Demostrado están los problemas que ocasionan, la violencia y lo traumados que se sienten, sin saber realmente que les pasa, porque además nadie sabemos, queremos o podemos explicarles la realidad del asunto. Creemos que todo pasará, por miedo o por cobardía y bueno, ya tenemos constancia de lo que les está pasando a muchos de ellos.

Hoy este corazón, me ha comunicado que debo expresar esta reflexión y aquí la dejo. El corazón es grande y no porque lo diga alguien, sino porque lo sentimos tan hermoso y potente, que hay que dejarlo latir para que no enferme.

 

Nani, febrero 2024

miércoles, 7 de febrero de 2024

ARTESANOS

 

 


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Se llama Juan, como papá. Tiene las manos de mamá y el temperamento del abuelo, pero la vena artística es propia, sobre todo cuando a sus victimas les deja su impronta en esa mueca rígida del rostro, entre miedo, sorpresa y espanto. Nadie imaginó que superaría el arte familiar.

  

GENÉTICA

Se llama Juan, como papá. Se le parece hasta en la forma de mirar. Repite las mismas palabras e intenta que lo acompañe a los mismos lugares, solo que a él lo empujo y salgo corriendo.

De papá no puedo escapar, sobre todo cuando estoy dormida y me toca, porque me paraliza el miedo. Me ha prohibido contárselo a mami, porque dice que si lo hago no se le curará la pupa que tiene desde que nací y que mi silencio la curará.

 

Nani, enero 2024

viernes, 2 de febrero de 2024

OTRAS LECTURAS

 


Fotógrafo Strömholm (Suecia 1918 – 2002) 

 

Tía Roberta estaba obsesionada con las noticias diarias que publicaba el periódico de la ciudad o más bien, con las esquelas y obituarios en especial y que leía cuando llegaba a la corsetería que regentaba. Comenzaba la lectura por las páginas finales. Se ponía al día de los fallecidos, las dedicatorias de familiares y amigos y después si los conocía, echaba unas lagrimitas, les deseaba un descanso en paz y continuaba con las páginas de sociedad. Con ellas se alegraba el ánimo y ponía nota a los vestidos y trajes de las señoras, corbatas de los caballeros y como no, a los complementos que los acompañaban. Estaba a la última en moda de bolsos, zapatos, pendientes, collares y opinaba si estaban bien conjuntados o no. Más tarde hacía los crucigramas y dejaba para el final, las noticias mundiales y nacionales, como si fuera un postre. De esas lecturas casi no opinaba, no porque no estuviera al tanto de lo que se cocía en los distintos fogones mundiales, sino por lo indignada que a veces se encontraba tras las lecturas. Decía que el mundo iba en picado hacía un declive y según estamos viviendo, parece que no se equivocó.

Ahora ya no puede leer esas esquelas, porque la mayoría de los diarios no se editan en papel y en digital no sabría cómo hacerlo, además, hace tiempo que nos dejó y fue ella la que protagonizó una de esas esquelas que tanto le gustaba leer, y como homenaje le dedicaron el periódico y sus paisanos, rezando así: «Roberta Jiménez Castro, fallecida en el día de la fecha. El periódico de su ciudad y sus conocidos, le hacen este homenaje y le dedican este obituario por ser la más fiel seguidora de las páginas de este periódico. Madrid, 13 de febrero de 1960».

Nani, febrero 2024

 

lunes, 29 de enero de 2024

MOTIVOS LABORALES

 


También buscó el cariño de su nieto, lo mismo que hizo con sus propios hijos cuando tenían su misma edad. Por milésimas llegó, pero aquel cariño solo quedó cogido por los pelos. Por causas ajenas al pequeño ─a los pequeños─, por residir en distintas ciudades y por innumerables complicaciones, no pudieron verse y mantener la relación que, por norma general, existe entre hijos y ahora nieto.

No podía demorar ese contacto que tanto deseaba. El niño crecería sin apenas darse cuenta y sería ahora o nunca conseguir el lazo de unión, tan necesario para ambos. Además, ya cometió un gran error con su hijo ─sus hijos─ y padre del pequeño. Su edad tampoco favorecía, no era la idónea para hacer malabares con el tiempo, y si en la actualidad no cumplía como su hijo le demandó en su día sin del todo llegar a tiempo, no habría lazo que uniera al pequeño, al padre que aún demandaba su infancia robada y en general, la familia que en su día se perdió por caminos y por estar en otras cosas necesarias, pero no indispensables.

 

 

Nani, enero 2023

miércoles, 24 de enero de 2024

NOSTALGIA

 


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Me gusta adentrarme en el jardín que había sido de los señores del pueblo y ahora, por desgracia abandonado como está, aún huele a rosas en primavera o a lavanda. Y en verano florece la buganvilla o el jazmín resistiéndose todo a dejar de ser.

El romero sigue frondoso en las cercanías de la gran cocina, donde recuerdo estaba siempre faenando aquella mujer robusta que salía a coger ramas para el estofado de cordero y que generosa como ella solía ser, nos entregaba galletas o trozos de bizcocho, cuando sabía que no la reñiría la anciana y dueña del caserón.

Recuerdo cuando al salir del colegio, nos adentrábamos si la verja estaba entornada. Nos gustaba el aroma de las galletas de manteca o el asado que en los fogones hervía a fuego acompasado.

Recuerdo aquellas manos callosas del jardinero, las curtidas de la cocinera, las blancas y alargadas con las venas azuladas visibles bajo la fina piel de la gruñona anciana, sensibles y amorosas las de la hija y maestra nuestra y muy huesudas y retorcidas las del hijo que sentado en una silla de ruedas, siempre tomaba el sol cubriendo sus piernas una manta de lana a cuadros.

Recuerdo el columpio hecho en una gruesa rama del nogal, que aún tiene uno de los nudos de las sogas que lo sujetaban.

Recuerdo la fuente que ahora reseca, pide a gritos de nuevo el caño de agua fluyendo y salpicando a los rosales mustios del rededor.

Recuerdo el camino empedrado que conducía a las caballerizas, donde siempre había una yegua y un potrillo con el que jugué alguna vez.

Recuerdo que aquellas piedras del camino hoy ennegrecidas y gastadas, se empaparon de risas y travesuras de los niños del pueblo y que ahora cuando las miro, parecen clamar algo de lo que fuimos y no volverá.

 

Nani, enero 2024


sábado, 20 de enero de 2024

GENEROSIDAD

 


fotomontaje de Mónica Carvalho (@mofart_photomontages).

Aquel día que dije que podías pasar la noche en casa, debí de haber quedado convertida en estatua de mármol, por pronunciar lo que en realidad no deseaba, aun presintiendo que sería el error más grande que cometería a lo largo y ancho de mi existencia.

Entraste a mi cómodo recibidor, dejaste las huellas de tus pies sucios en mi felpudo, te sentaste a mi mesa, probaste mi estofado, me acariciaste la mano y mi corazón empezó a derretirse. Traspasabas calor a mi solitario ánimo, pero lo que nunca me esperaba es que más tarde, cuando fuiste tú el que te calentaste en mi cama, no quisiste salir y no era eso lo que en realidad necesitaba.

Sin darme cuenta, te apoderaste de mi voluntad, de mi independencia y por imposición o por dejarme llevar, tuve que comprar todas las semanas el mejor filete de ternera, ─resultaste delicado para más inri─ y nunca más disfruté de una casa ordenada o por lo menos, como estaba antes de que llegaras y lo peor de todo, es que siempre supe que no debí pronunciar esa frase que una y otra vez me perdió: «Pasa, estás en tu casa».

 

Nani, enero 2024