Ha
bajado a recoger a la niña, vuelve sola de la clase de ballet, pero llueve como
nunca hemos visto. El barranco desbordado, arrastra agua y objetos. Se
ha detenido a unos metros. Avisa a María para que no deje salir a las niñas.
Vuelve extenuado, empapado, asustado y me dice que nunca ha visto Chiva
tan inundada. La desolación que se adhiere a la piel, nos deja
impotentes. Nos infundieron esperanza los jóvenes que vinieron a ayudar
y el helicóptero que no cesaba en la búsqueda, aunque la pérdida de tantas
vidas nos ha llenado de dolor y tristeza.
Nani,
febrero 2025