Imagen cogida de la red
En esa casa no vive
Mizuki Tanaka, sino la persona más encantadora que he
conocido. Es amigo de las mariposas (en el estómago), porque ama la vida. De
los rugidos de la naturaleza cuando esta silva en el trino de un pájaro, en el destello
de un relámpago o el colorido de un arco iris. Lo mismo nos recita un poema de
amor, un haikús que hace que las lágrimas afloren o le narra un cuentito al
pequeño del barrio, dejándolo con la boquita entreabierta esperando más. Le
llaman cuentacuentos con ironía y ojalá, los cuenta cosas que nos rodean fueran
como él.
TECNICAS DE VIDA
En esa casa no vive
Mizuki Tanaka desde
hace ya una década. Se fue para impartir
sus conocimientos y dejó en esa vivienda todo un museo de sabiduría. Podemos
encontrar en las paredes diversos dibujos enmarcados con técnicas que solo él
conocía, así como filigranas de fibras naturales entre otras, pero lo que más impacta
a todo el que visita ese sitio, es un simple folleto de dos páginas y que al terminar de leerlo, se mira la vida con una
óptica que proporciona algo que nadie nos enseña para seguir caminado con
honestidad.
Nani.
Mayo 2016