miércoles, 8 de abril de 2020

¡COVI QUE TE PILLO!




¿Patas arriba dices que está todo? Yo creo que está mangas por hombro y ando de cabeza o a gatas, ya ni lo sé y es que además como me aconsejan que haga pilates, yoga y flexiones, estoy tan retorcida que ya no sé si me meto entre las sillas, repto para subir las escaleras o me voy de compras a la terraza. Hoy me he tomado el café de media tarde con una tostada, el desayuno con un rosco frito de los que he hecho para invitar a mi familia el Jueves Santo como todos los años, pero que como no se los mande por whatsapp no los catan y eso que viven a unas calles más abajo. ¡Todo, lo que te digo todo, está patas arriba o de cabeza! Sí, sé que me repito, pero es que estos días todo va repetido. Subo las escaleras 15 veces y no es que me haya olvidado el jersey o el pañuelo del cuello. Noooo, es que tengo que hacer gimnasia y pasar el día confinada entre cuatro paredes. Que ya me sé de memoria hasta las argollas que tienen la baranda y hasta ahora no había caído en la cuenta. Sé dónde hay un desconchón que el mes de febrero pasaba desapercibido y ahora lo veo a cada instante y para colmo, no puedo ir a comprar pintura, que de lo contrario ya había pintado toda la casa. Y sí, vuelvo a repetirlo, que ando de cabeza y patas arriba. ¿Sabes? Además ahora sé si la vecina estornuda. Veo a su hija cuando salimos a aplaudir, montar su pequeña cofradía de la Borriquita en el balcón. El chico de enfrente, sale y toca las marchas de su banda nazarena. La del quinto ha puesto el maniquí que le sirve para hacerse los vestidos, (porque le gusta hacerse la ropa), pues como te digo, lo ha puesto en el balcón y la ha vestido de mantilla con su vestido negro, sus guantes, su vela y como no, su teja bien alta y la mantilla bordada que le regaló la abuela en el ajuar. Mi hijo canta en la ventana y le dedica a todos los héroes de estos días, un montón de canciones; así que no necesito poner ni la radio, ni spotiy. Tengo música en directo y esto es mucho más agradable. La tele ni la echo en falta, no quiero ver ira, ni que me la infundan. Yo peleo siempre por y para el amor. Las personas somos amor y si ahora no lo entendemos así, apaga y vayámonos. ¿He dicho vayámonos? ¡corcho que son las siete cuarenta y cinco y tengo que preparar los altavoces con el "Resistiré”! ¿Qué si me aburro? Pero si no tengo tiempo ni de ir a la compra a la terraza. Ah, no que en la terraza no se compra. Bueno a tomar el sol y es que ya no es por solidaridad, sino porque no tengo tiempo. ¡Qué bueno, que me voy, se me ha pasado el rato en un pis pas! La hora de la cena y no me he dado cuenta, pero es que hay que preguntar por la salud de la de enfrente. Y por los deberes del pequeño. Ah, y comentar el vídeo ese tan chulo que me ha mandado mi tía. ¡Jooo, como se ha puesto al día y eso que decía que era una negada para las redes y me tiene saturado el móvil! y que a mi vez, le he mandado a la del segundo. En fin que no tengo tiempo para nada, que ando como os decía patas arriba y de cabeza, pero también os digo y me vuelvo  repetir, que no tengo tiempo para nada y que en la vida he tenido tanta vida social y es que llego a la conclusión, que no hay nada como que la vida nos coloque patas arriba, para ver todo más nítido. En fin, otra vez sonando el móvil y ¡es que son tan tiernos esos nenes y tan bonitas algunas canciones…!

Nani. Abril 2020



martes, 7 de abril de 2020

HOY CANTAMOS PARA TI



Las Cinco Palabras de Nerea para nuestros relatos solidarios, cincopalabras.com son las siguientes:

Guitarra, galletas, susurro, Ibiza y pétalo.


He pedido a mi chico que me acompañe con la guitarra y así, repasar esas canciones que tanto nos gustan. Improvisaremos en la terraza una merienda con café y galletas. Recordaremos mientras cantamos y a veces con un susurro, aquellos lugares que recorrimos en Ibiza, donde aseguramos nuestra alianza y esa complicidad, que tanto nos está ayudando en estos días de confinamiento. Hoy nuestro objetivo final, será convertir pétalo a pétalo en la rosa musical, que entregaremos a los vecinos y a ti, que en tu cama nos escuchas.

Y ahora en audio también para que los enfermos de los hospitales puedan escucharlos.








Nani.   Abril 2020

lunes, 6 de abril de 2020

AVAROS


La propia de los buenos espantapájaros es proteger los granos sembrados, pero los hay que tienen corazón mezquino y lo hacen con el afán de quedárselo todo. Solo pensando en su granero lleno, olvidan  que a veces en primavera y verano las tormentas son frecuentes. Ni para su granero ni para nadie, piensa ya tarde. Entendiendo que el grano es para el pan que consume el hombre. Él es de paja y su trabajo consiste en amedrentar al avaro que rapiña lo que no le pertenece.

LE  DIJERON

La propia de los buenos espantapájaros es ser de paja y solo observar. Pero de tanto mirar, comprende que ya el aire no es tan limpio, que demasiados humos le hacen toser y que aunque le dijeron que no sentiría dolor, algo por dentro le duele porque lo que ve, es distinto y ni siquiera llueve con la utilidad que lo hizo 

TENER UN PLANETA

La propia de los buenos espantapájaros es amedrentar a las aves. La lluvia es regar los campos y limpiar las hojas. La brisa es aroma y caricia. El sol es el calor de la vida y la luna, la linterna para los que no ven nítido. Todo en la vida tiene una misión y cuando se altera, se desborda y acaba en el lugar al que no pertenece. Por ello a veces, deseas tener un planeta como aquel querido personaje que regaba una rosa.


CORAZÓN DE MANZANA

La propia de los buenos espantapájaros es tener un corazón de manzana y un sombrero de paja. Es mirar sin ver y espantar a todo ser con pico. Pero al corazón le salió un gusano y se lo fue comiendo. Y dejó de latir, de ver y de hacer su trabajo, para sentirse un pelele sacudido por el viento. Ya no era el ser creado y que disfrutaba escuchando, oliendo y apreciando; sino una triste pira digna del fuego.

Nani. Abril 2020

jueves, 2 de abril de 2020

DÍAS MONACALES




Desde que estoy haciendo esta vida monacal, no he salido para nada a la calle. Vivo a las orillas de un arroyo y en solidaridad con mis hermanos los humanos, me he mantenido en casa, aunque por estos andurriales en donde vivo  no suele pasar casi nadie. Hoy que ha salido un ratito el sol, me he decido a salir a ver como los pájaros se posan en los árboles, como crecen las primeras margaritas silvestres y demás florecillas campestres. Parece mentira como la naturaleza responde cuando los humanos no maltratamos el simple camino que va de mi casa al arroyo por ejemplo (60 metros aproximadamente). La hierba está verde como hacía mucho tiempo que no la veía y con tal fuerza, que parece pedirme un mantel, una tortilla de patatas y un rato disfrutando del paraje y de ese sol que calienta después de tantos días a la sombra y a cobijo de la casa. Me voy a volver rápidamente, porque de vez en cuando pasa algún labriego de vuelta de su faena campestre y por otro lado, me siento culpable por gozar de algo que está vedado a los de mi especie en días que todos debemos resguardarnos. La naturaleza muestra su agradecimiento en cuatro días y medio que andamos confinados los que normalmente la maltratamos. Los árboles frutales están cargados de flores e incluso algunos ya apuntan sus futuros frutos. Las hojas brillan después de la lluvia de estos dos últimos días y todo lo que me rodea, grita un agradecimiento que deberíamos mantenerlo si fuéramos capaces de leer entre líneas florales, naturales, vegetales, fluviales y celestiales. Los seres humanos somos capaces de mancillar todo lo que nos rodea y creernos que con todo podemos, pero estos días nos está mostrando todo nuestro entorno que no es así. La naturaleza ha reventado. Qué “algo” (espero que no sea alguien, si es que llegamos a enterarnos), ha generado un virus que nos está demostrando lo vulnerables que somos y que si “ese algo”, es capaz de acabar con tantas vidas (de nuevo pienso que sí ha sido alguien y está metido en un bunker de esos que dicen que hay para protegerse e incluso tiene el antídoto, mejor no digo nada más, porque para qué…) Pero a la conclusión a la que llego, es que sí nos está demostrando la vida y desde hace ya tiempo no lo está gritando, es que somos como un grano en el culo de la Tierra y ahora estamos viendo que si no aprendemos la lección, en la próxima no se libraría ni el “sursuncorda”.

Nani. Abril 2020

martes, 31 de marzo de 2020

BUSCANDO LA VACUNA




Mientras limpia los cristales percibe que sus lágrimas se hermanan a las que hoy derrama el cielo. Piensa que si la situación actual no sirve de crecimiento humano, el dolor de tantos seres no tendrá sentido. Por mucha serendipia y estudios en laboratorios para hallar el remedio que el planeta necesita, si el ser humano no encuentra un camino único y arranca de raíz tanta falsedad e hipocresía, de  nada habrá servido esta locura que habita en el mundo entero. Ni blanco ni negro, puede ser multicolor y respetarlo, será la vacuna.


Roko nos ofrece para estos días, su "BULERÍAS DE LA COBA"



Nani. Marzo 2020

viernes, 27 de marzo de 2020

DE BAUTIZO




Aprovechando que ahora tengo tiempo, me he puesto a ordenar las fotos en papel que las tengo mangas por hombro. Recuerdo que cuando mis hijos eran pequeños y tenían fiebre, la única cosa que los mantenía en cama y en calma un buen rato, era la caja y los álbumes de fotos de la familia. Al final todas terminaron dentro de la caja y ahí han seguido casi dos décadas, todas juntitas haciéndose compañía. Me acabo de tropezar con la de la tía Obdulia y su vecina Carmencita. Contaba mamá que salían con sus muñecas subidas en los cochecitos y cuando se les antojaba, pasaban de casa en casa invitando a los vecinos a pasar por casa de la primera en determinada fecha, para que las acompañaran a la celebración del bautizo de los muñecos. A este acontecimiento se sumaban el resto de chiquillería. Las niñas cada una con su muñeco y los chicos, como acompañantes y padrinos de los que iban a ser bautizados. La mayor de las veces, el mismo muñeco repetía bautismo, pero lo que en realidad importaba era el acontecimiento. Se movilizaba a las abuelas que se sumaban a hacer el atuendo en crochet del nuevo bautizado y así, todos podían estrenar todo a juego (gorrito, patucos y faldón). Los abuelos iban al tostadero de garbanzos tostados y llevaba un par de kilos de garbanzos crudos, que en el tostadero los cambiaban por la misma cantidad pero ya tostados. Un bautizo que se preciara, decía mamá, no podía carecer de unos buenos platos de garbanzos tostados. Los padres colaboraban con algunas galletas caseras de nata y algún un bizcocho o magdalenas, para que hubiera para compartir con todos los invitados. Mamá seguía contando, que colocaban en el patio y zaguán de la casa, una inmensa mesa a la que ponían un gran mantel y esa tarde, había celebración con chocolate caliente, palillos fritos (esto aportado por la casa de  tía Obdulia que era la que ponía dinamita siempre para organizar estos banquetes). Las niñas cuando empezaba a refrescar (estos acontecimientos se organizaban normalmente en verano), se colocaban el vestido de los domingos y los zapatos nuevos. Así como los chicos que iban a ejercer de padrinos y cuando todos estaban preparados, se acercaban a la parroquia y junto a la pila de agua bendita, se repetía el formulario del bautismo que ellos mismos ejecutaban. Normalmente volvían con el muñeco empapado pero no importaba porque con las temperaturas veraniegas, casi por el camino se secaban del todo y si alguna vecina les decía que se iba a resfriar el muñeco, ellas alegremente contestaban que no pasaría ya que  los muñecos no se resfrían. ¡Desde luego a descaradas nadie les ganaba! Cuando llegaban a casa, los padres y abuelos habían organizado el banquete para los pequeños que disfrutaban con gran entusiasmo. Mientras, los mayores se sentaban en la puerta de la casa y organizaban una tertulia que, según seguía contando mamá, disfrutaban casi mucho más que los niños. En el fondo todos se alegraban de estas  decisiones de los niños, porque eran excusa para poder compartir, pasar el corre, ve y dile del día en el pueblo y sobre todo, había un motivo para reunirse con un motivo justificado. Los niños terminaban de chocolate hasta los ojos, los vestidos de los domingos para mandarlos a la pila y lavarlos con el jabón casero untados a conciencia, pero lo más gracioso de todo, era que pasada la fiesta del bautizo, se  buscaba en las arcas y baúles objetos inservibles que se sacaban al aire y con ellos, se organizaban puestos en los portales de la casas para la venta y con lo  obtenido, se reservaba y adjudicaba para el próximo bautizo o cumpleaños de los muñecos y así, poder contribuir en los gastos de dichos acontecimientos.
Nani. Marzo 2020



miércoles, 25 de marzo de 2020

NATILLAS



Foto del estudio Elmgreen&Dragset.

Hoy papá me ha dicho que en lugar de ir al rincón de pensar, me salga al balcón a ver pasar a los amigos, los vecinos y a los señores que se encaminan al trabajo. Estoy aquí porque me he comido medio bol de natillas de las que mamá tenía preparadas para la cena. Ellos saben que es superior a mí. Si las dejan enfriar sobre la encimera, ya saben que no puedo resistirme, me las zampo calientes y todo.  No es la primera vez que lo hago. Ya me estoy relamiendo con los pestiños que hará la abuela para los días de Semana Santa, los rosquillos fritos que nos traerá tía Dolores y el arroz con leche que mamá preparará de postre para el Viernes Santo. Nos juntamos muchos en casa, apretados pero todos juntos. Comemos normalmente de primero garbanzos con bacalao (antes no me gustaban, pero ahora me chiflan). Luego habrá tortilla de collejas de las que el abuelo va a recoger con los primeros rayos de sol a la Cruz del Puerto, donde las recachas las ofrecen a los conocedores de plantas silvestres. También el menú incluirá bacalao o merluza en encebollado, voladillos que hace la abuela también y a veces, varios tipos de ensaladas. La verdad es que suele sobrar comida y estamos varios días repitiendo, pero dice la abuela que eso ha sido siempre así. No se puede estar cocinando, ir a los oficios y quede tiempo de ir a las procesiones. ¡Está mamá más guapa cuando se pone la mantilla y acompaña a papá que es costalero en la Borriquita! A mí me gusta mucho y también el Nazareno. Cuando sea grande seré costalero como papá y llevaré a la Virgen por las calles del pueblo, como lo hizo el abuelo, mis tíos y ahora mi padre. Desde pequeño me deja ir con un botijo para acercarles agua. Dice papá que ahí debajo se pasa sed y calor, pero que se acuerdan de Jesús y de los que en algunos lugares tienen falta de agua y que lo hacen con gusto por ellos. Papá dice que eso es empatía y que en este mundo la necesitamos. ¡No sé, del todo no lo entiendo! Hay otra procesión que me gusta mucho y la veo desde aquí sentado, como ahora estoy. Es la del Resucitado. Yo soy el encargado de tirar pétalos cuando pasa y me siento muy importante. Dice mamá y el abuelo, que eso siempre lo hicieron ellos cuando fueron pequeños y que siempre ha sido una satisfacción, pero que no me vaya a creer que todo se debe quedar ahí, sino que hay que bajar del balcón todo el año para estar con los vecinos, con los amigos y con todo al que se le pueda dar la mano. ¡Tampoco acabo de pillar estas cosas, igual cuando sea grande lo consigo! El tío Ramón dice que no debo tener prisa para nada, que a todo se llega si se pone el corazón y yo sé que llegaré, ¡porque cuando corro mucho el corazón se me sale! y eso es porque tengo. Bueno, ¡creo que ya he pensado un rato, así que voy a ver si me muevo y me ve papá para que me diga que entre! Reconozco que a veces me porto regular y los enfado, pero es que no me doy cuenta y todo me sale solo, será verdad que me viene de serie o, ¡eso dice mamá y si ella lo dice!. Ahora me lo como a besos y a mamá también y seguro que ya me dejan ver la tele un rato y jugar a la oca con ellos.

Nani. Marzo 2020


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