Salen
sigilosamente de las habitaciones de sus hijos y por la ventana se esfuman.
Unas noches y en sueños se convierten el polvo de estrellas, luego cuando
crecen salen a hurtadillas y se van llenos de amor en ocasiones, otras llenos
de arrogancia por haber conseguido lo que unos no han podido y más tarde, con
responsabilidad aplazando una expectativa deseada y otros con desprecio,
dejando sobre el lecho una piltrafa.
Nani.
Noviembre 2015