Por
el momento les dejo hacer, me tapo y ensayo para cuando tenga que ponerme la
venda. Dicen que tengo pájaros, que soy soñadora y eso no gusta. Me censuran
porque soy diferente y no consiento que me impongan. Por eso me rocían la
cabeza con un elixir que dicen apartan los sueños (me hubieran metido fuego).
No quiero ser princesa, señora, prometida o azafata. Solo quiero seguir siendo
mujer. No tener que andar sometida por
el poder y el patriarcado. Quiero vivir tranquila cuando camino por la calle.
No soporto que se haga el distraído y me roce, cuando voy a recoger los
documentos o el director me acorrale cuando le llevo las nóminas. Creo haberlo
dejado bien claro. Ha sido suficiente con mirarles. Una daga les ha atravesado
y saben que puedo hundirla en sus entrañas con más fuerza, sin necesidad de
armas. Quiero terminar mis estudios. Nadie impedirá que llegue a ser la juez
que recupere la dignidad y la verdad. Quiero que los ancianos tengan paga,
vivienda y comida digna, que los niños jueguen y sus padres vivan libres.
Quiero decir con mis actos que se trata de sensibilidad y justicia, nada más.
Alguien debe empezar.
Nani. Octubre 2018