sábado, 12 de febrero de 2022

FINES DE SEMANA

 


Couple un Malasaña by Ele Mojer

Quedamos en ir a desayunar y después a ver las novedades que habían llegado. Allí siempre terminamos con los amigos y con nuestros libreros que también fueron compañeros de cole, correrías y ahora, de todo lo que se nos presenta. Solemos hacer las quedadas en la librería que se convirtió en nuestro lugar de encuentro, sobre todo los fines de semana. Con la pandemia si no lo hacemos verdaderamente preciso, no tendríamos noticias los unos de los otros, ¡eso sí, guardando todas las medidas de seguridad! Ha habido algunas semanas que han faltado algunos, pero ha sido el momento de saber de ellos. Les llamábamos, lo hacían ellos, o bien alguno de nosotros sabíamos el motivo de su ausencia. A Dios gracias, todos hemos ido apareciendo aunque alguno de nosotros, hemos sufrido pérdidas irreparables. Al menos, nos saludamos y vemos si alguna arruguita más se ha acentuado en nuestros ojos o frente. Cuando nos quitemos las mascarillas, sabremos si también las tenemos alrededor de nuestros labios. ¡Nos está tocando vivir una época un poco dura a los seres sociales, como somos nosotros!

Estando allí, me cogiste el ejemplar que me faltaba de la trilogía que estoy leyendo y me dijiste que era para conmemorar el 14 de febrero. Tu risita irónica, nos hizo recordar aquella vez que me regalaste una plancha por el día de los enamorados y faltó el canto de un euro, para que no te la tirara a la cabeza. Ahora me alegro de que pasara de esta manera, porque a partir de aquel día entendimos que los electrodomésticos no son para regalarlos, sino para usarlos ambos el día que lo necesitamos y que tanto uno como el otro, podemos compartir y no estar obligados uno de nosotros, a hacer determinadas tareas. Sí, es verdad que estamos muy mal educados, pero en algún momento hay que empezar y aquella plancha fue el comienzo de la no ruptura, porque lo entendimos bien. Cuando se comparte una vida, es con todas sus consecuencias como son las tareas del hogar, educación de los que van llegando, alegrías y penas y lo que es más importante: ¡Saber cuándo el otro necesita apoyo de alguna manera y no sea siempre el mismo o la misma quién cargue con la mochila!

 

Nani. Febrero 2022

 

 

 

miércoles, 9 de febrero de 2022

PROMESAS TEMPRANAS

 

Las Cinco Palabras propuestas por la escritora Asunción Caballero son las siguientes:

 

Ocaso, sauce, arena, pirámide y boreal.

“Todo pasa y todo queda”

(Antonio Machado).

 

No me hace gracia que hables de ocaso, cuando lo que quieres decir es que hemos terminado. ¡Serás cursi, se veía venir!

Nada tan fácil como expresar que ya no sientes lo que aquel día al pie del sauce llorón prometimos y, quedaron entrelazados nuestros nombres; mientras que sentados en la arena comimos tortilla de patatas y donut de chocolate.

─Luego hicimos una pirámide que sería el símil según dijimos, de que nuestro amor apuntaría a la estrella polar y nada lo derrumbaría. Sentimiento que sellaríamos mientras disfrutáramos una aurora boreal, en nuestro viaje nupcial.

 

 Nani. Febrero 2022

lunes, 7 de febrero de 2022

NO ME GUSTA JUZGAR A LA LIGERA

 

─A mí me parecen manchas de rotulador a pesar del rojo y el cerco que alrededor tiene, oscurecido y seco.

─Puede que sea mal pensado.

─Que una vez asesinara a su esposo, no quiere decir que haya repetido la experiencia. Desde luego esa camisa es de su desaparecido marido actual, pero ya sabemos qué últimamente decía que se iría y que estaba muy arrepentido de su matrimonio con la viuda, ¡pero eso no la implica de nuevo!

 

Nani. Febrero 2022

viernes, 4 de febrero de 2022

DE ANDURRIALES Y RESPETO

 


Foto de mi autoría (Nani Canovaca)

¿Tenéis alguna palabra que cause en vosotros alguna sensación, emoción, recuerdo o, que os impacte y os guste mucho decirla?. Pues, contadme una historia y utilizad esa palabra. (Propuesta de Bic Naranja. Viernes Creativos)

Desde pequeña escuchaba a mis mayores y me quedaba encandilada con su vocabulario. Ese que ya apenas se escucha, porque muchas cosas han dejado de ser, de realizarse o porque ahora es muy cool o guay aplicar un anglicismo que deja descolgado al ciudadano de andar por casa. A veces creo que todo depende de modas (todo se vende y nos dejamos engatusar), pero no nos damos cuenta que por seguir esas tendencias, dejamos de lado todo lo que nos identifica, todo lo que se han ganado a pulso nuestros mayores o todo lo que hemos heredado, bueno o malo. Lo bueno, porque se debe mantener para conservarlo y lo que no es tan bueno o malo, para mejorarlo o para tenerlo presente y no repetirlo ya que todo sirve para aprender (una persona que no aprende de lo que le rodea, siempre caerá en el barro, ¡creo!). Pero bueno, aquí estamos hoy para hablar de palabras, esas que nos han marcado de alguna manera. Puedo contar por ejemplo cuando iba a tomar el sol de la mano de mi madre y saludábamos a un mayor de esos que estaban labrando, regando, o recogiendo la aceituna, poniendo ladrillos o a pie de una fragua, lo primero que hacía esa persona era saludar al vernos llegar: “¡Dios la guarde a osté y a la chicuela! ¿Onde van por estos ANDURRIALES?

¡Me sabe tan bien esa palabra! Cuando la uso, me recuerda las meriendas de pan con chocolate o el puñado de pipas de girasol compradas en un puesto callejero, al chico o ancianito de las chucherías de la esquina. Me sabe a espiga arrancada al mulo que volvía cargado con ellas, ya de vuelta con el PUJARERO tras cumplir con su jornada en el campo. A palo dul o a regaliz duro que vendía D. José en la farmacia. A caña de azúcar mordida y chupeteada en tardes de verano, o a correrías por debajo de la manga del agua que regaba el parque y que el señor encargado a veces, aprovechaba nuestro juego y nos ponía como una sopa al menor descuido (todo se convertía en un juego por entonces). A leche “migá” en las noches de verano o a días de gallina ciega en los portales de las amigas. Esas son las palabras que me recuerdan valores e infancia, pero hay muchas más y no puedo olvidar mi bandera, que es el RESPETO y que me habla tan alto y claro, que creo es el camino que me lleva a todos sitios, el que me indica qué no debo sobrepasar y, sobre todo, lo que le debo a los míos, al vecino y al resto de la humanidad.

 

Nani. Febrero 2022

jueves, 3 de febrero de 2022

PROYECTANDO SUEÑOS

 

Las Cinco Palabras propuestas por la autora de 'Tiempo de Memoria', Chelo de la Torre, son las siguientes:

Ángulos, tiempo, memoria, libro y cuadrado.


Los planos estaban llenos de ángulos, círculos y rectángulos. Su intención era realizar un edificio cargado de luz y comodidad, pero el tiempo corría en contra. No debía dejarse llevar por las prisas. La memoria le recordaba los fallos que en una ocasión tuvo precisamente por ese motivo, así que cogió el teléfono y llamó a la empresa. Dijo que necesitaba más fechas para realizar el proyecto que tanto deseaban. Cuando colgó, cogió un vaso de leche, un libro y se dio un respiro. Al otro día y más relajado, comenzó a dejar cuadrado el edificio de sus sueños.

 

Nani. Febrero 2022


lunes, 31 de enero de 2022

SOBREPROTECCIÓN

 

Las Cinco Palabras propuestas por la autora de '¡Hay que andar!', Raquel Hermida, son las siguientes:

 

Síncope, Neurodegenerativas, Serenidad, Andad y Brillo.


Un síncope, ─decía─ cuando sabíamos que era rabieta. Lo escuchó de pequeño y se lo apropió.

Mala educación y nada de enfermedades neurodegenerativas, sino caprichos para llamar la atención hasta que se le vio el plumero.

Cuando con la mayoría de edad quiso hacerse la víctima, con serenidad le cantó las cuarenta y le dijo que se acabó vivir del cuento.

─Tu novia y tú, ¡andad y buscad trabajo que ya es hora, toda la vida no vamos a resolver tus caprichos!

Cuando lo vio salir con la maleta, el brillo de su mirada y la esperanza, aplaudían al unísono.

 

Nani. Enero 2022

sábado, 29 de enero de 2022

FIN DE SEMANA EN LA PLAYA

 


Foto propuesta por Viernes Creativos


Era la más introvertida del grupo y cuando me resbalé de la doble torre que hizo Juan (encima María y luego yo), al perder el equilibrio y caernos los tres, no me echaron de menos en el primer momento, ya que no era de las que llamaba la atención. Las olas me absorbieron y aunque me defendía bien en el agua, me costó vida y esfuerzo salir a flote. Cuando me di cuenta que había perdido el horizonte y no sabía adonde dirigirme, todo mi empeño se centró en mantenerme a flote y seguir con vida. Mi suerte es que sé mantenerme quieta en el agua y de esa manera conseguí descansar. Me preocupaba que llegara la noche y no pudiera encontrar un faro o algo que me indicara dónde dirigirme con seguridad. Estando casi anocheciendo, tropezó mi cuerpo con algo que me estremeció. Cuando pasó el primer momento de confusión y pude advertir que se trataba de algo sólido a lo que aferrarme, así lo hice y volví a descansar. Más tarde pude observar que se trataba de un trozo de madera que aguantaba bien mi peso, convirtiéndose desde ese mismo instante, en mi mejor amigo, siendo un alivio ya que el agotamiento se estaba dejando sentir y la luna comenzaba a decirme que habían pasado bastantes horas, recordándome al mismo tiempo que debía reservar energías, ya que no tenía idea de si encontraría tierra firme o tendría que seguir aferrada a mi tabla de salvación muchas horas más. Entonces me pareció percibir alguna luz que se filtraba por algún lugar. Prestando atención e intentando serenar la inquietud que ya me estaba haciendo mella, me pareció que al frente se veía un enorme acantilado, agreste y desafiante, pero con algo de luz. Llegué haciendo un gran esfuerzo sobre mi tabla de salvamento y me aferré a la roca que mis manos comenzaron a rozar. La noche se iba acercando y el temor a no saber qué iba a encontrar, estaba haciendo mella. Con gran esfuerzo intenté escalar, pero se me hacía muy laborioso ya que el cansancio se agudizaba y mis pies descalzos y resentidos después de estar tanto tiempo en el agua, notaban con intensidad los afilados salientes que pinchaban como alfileres. Como no me quedaba otra, apreté los dientes y mis dedos sobre las rocas e intenté ascender. No recuerdo bien como pude quedar a salvo y como fui encontrada por mis amigos que más tarde me contaron, que hasta pasado un tiempo y decidieron tomar un aperitivo, no se dieron cuenta que no estaba en el grupo y fue María la que pensó que debí adentrarme en el agua cuando hacíamos el gamberro. A partir de ahí todos se movilizaron y hasta que no amaneció, no me encontró el equipo de salvamento en una cueva de un acantilado no muy alejado del lugar donde estábamos disfrutando un día de playa y locuras. La experiencia y el miedo que pasé nunca lo olvidaré, así como mis amigos tampoco se olvidarán.

 

Nani. Enero 2022